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Los Beatles 50 años después: conciertos de Madrid y Barcelona 1965

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Año 1965. Importantes acontecimientos estaban por ocurrir. A nivel internacional, fue el año en que murió Winston Churchill, premier británico, uno de los líderes más influyentes durante la 2ª Guerra Mundial; del asesinato de Malcolm X, destacado activista USA, firme defensor de los derechos afroamericanos, coetáneo de Martin Luther King aunque bastante más radical; o del lanzamiento de la primera bomba de napalm, que tantos horrores causó entre la población en la guerra de Vietnam. Pero también fue un año clave en la historia de la música en España. Cuando El Cordobés triunfaba en los ruedos con sus maneras poco ortodoxas, Brigitte Bardot imponía sus cánones de belleza o Concha Velasco se convertía en la chica ye ye , algunas emisoras de radio y revistas especializadas seguían con gran atención los nuevos ritmos triunfantes en USA y el Reino Unido. Además, un turismo en pleno desarrollo facilitaba el intercambio cultural de los jóvenes, que TVE, que había empezado a emitir en 1956, se encargaba de propagar junto a las ‘excentricidades’ de la nueva ola de hippies y ‘melenudos’.

Fue también un año de madurez para la radio y la industria discográfica. Hacía algún tiempo que el mundo de la canción ligera y folklórica venía confluyendo con los jóvenes grupos del pop-rock español, pero la revolución musical en todo el mundo entraba en su período álgido. Iniciada en gran parte por Los Beatles, la ‘explosión’ de conjuntos hizo que los grupos españoles se decantaran por el beat británico. A los ya consolidados Dúo Dinámico, Los Relámpagos, Los Mustang o Micky y Los Tonys se le sumarían otros como Los Ángeles, Los Brincos, Lone Star, Los Sírex o Los Pekenikes. Todos con una característica común: poner de moda lanzar sus mejores éxitos durante las vacaciones de sol y playa, y con ello el arranque oficial de la llamada “canción del verano” precisamente en ese año 1965.

Pues bien, es en ese contexto cuando en el mes de julio se produce el desembarco de Los Beatles para actuar primero en Madrid en la plaza de Las Ventas y al día siguiente en La Monumental de Barcelona. Un acontecimiento muy esperado que muchos seguimos con pasión desde la atalaya de la Universidad Laboral de Tarragona. Fueron sus únicas actuaciones en España en toda su carrera musical, si bien antes ya se habían convertido en los grandes ídolos de la gente joven imponiendo un nuevo look y su forma de hacer música. Una España que les recibe entre alborozada y recelosa al ritmo de aquella estrofa que hoy pudiera parecer política, y que en realidad no lo es, que decía: “izquierda, izquierda, derecha, derecha, adelante, hacia atrás, un dos, tres”: los pasos de baile de la canción “La yenka” de Johnny & Charley, un éxito tan fulminante como fugaz, gran triunfadora también en aquel verano.

The Beatles. Barajas 03Los Beatles bajando las escalerillas del avión a su llegada al aeropuerto de Barajas.

Más que centrarnos en la actuación musical de Los Beatles, que abordaremos de forma colateral (no fue lo más importante), merece la pena recordar algunas de las anécdotas que les rodearon y que forman parte importante de la historia musical de nuestro país. Corría la tarde del 1 de julio de 1965, hace ya 50 años, cuando llegaron a Madrid para actuar al día siguiente en la plaza de Las Ventas. Cuatro jóvenes sin los que hoy es posible que el mundo musical fuese diferente. Especial mención merece el contexto histórico en que se enmarcó su visita a un país en momentos de cambio y de apertura hacia el exterior. Se decía que el Gobierno del general Franco, que trató de ningunearlos, no veía con buenos ojos la presencia de la banda: “Ni por lo que representan ni por las multitudes que convocan”. A su llegada al aeropuerto de Barajas procedentes de Liverpool ni se preocuparon de anunciarlos. Incluso los denostaron con epítetos como ‘degenerados’ y otros parecidos. El NO-DO (acrónimo de Noticiarios y Documentales), que siempre se proyectaba en las salas de cine antes de la exhibición de las películas, lo comentaba así: “La recepción que se les hace en Madrid no es apoteósica, pero en el aeropuerto se ha concentrado una juventud curiosa y alegre”. Bajaron las escalerillas del avión, saludaron a los grupos de jóvenes que de forma sorprendente habían conseguido colarse y, con el fin de evitar aglomeraciones, fueron conducidos con rapidez por la salida de las rutas nacionales. Aunque ocurrió un imprevisto que pudo tener consecuencias. Ringo Starr, su batería, se quedó rezagado firmando un autógrafo a un policía y al intentar conectar de nuevo con el grupo empujó a un agente, quien al darse la vuelta desenfundó su porra y estuvo a punto de provocar un conflicto diplomático. Menos mal que los gritos de advertencia de un avispado sargento llegaron justo a tiempo.

El mérito de que Los Beatles actuasen en España fue obra de Francisco Bermúdez, un conocido representante y promotor, quien por medios rocambolescos logró contactar con Brian Epstein, manager del conjunto. Fue bastante fácil y rápido, pues para su sorpresa se encontró con la curiosidad y el interés de la banda por actuar en nuestro país. El acuerdo se cerró en 900000 pesetas por los dos conciertos, lo que añadido al alquiler de los equipos y otros gastos organizativos elevó la suma a un total de 3000000 de pesetas. Si bien no ha trascendido mucho, se sabe que para poder montar los conciertos Bermúdez tuvo que pedir dinero prestado a uno de sus artistas representados: Raphael, el famoso cantante que en la actualidad sigue al pie del cañón. El permiso le fue concedido con solo siete días de antelación y el Gobierno intentó boicotearles hasta el último momento embargando las entradas y carteles hasta entonces. Al final no tuvieron más remedio que darlo pues acababan de ser condecorados por la reina Isabel II como Caballeros de la Orden del Imperio Británico y temieron que una negativa provocase un conflicto diplomático. Eso sí, se desplegó un enorme dispositivo policial por los alrededores de la plaza de toros, siendo uno de los comentarios más oídos: “Estábamos rodeados de ‘grises’, y aunque no pasó nada, sólo su presencia ya intimidaba”.

Los Beatles. Hotel Fenix 04. Bodegas Domecq 02Los Beatles durante la recepción ofrecida en el hotel Fénix por el alcalde de Jerez. Al fondo, en una réplica de las Bodegas Domecq, se pueden observar dos de los barriles firmados, en este caso por John Lennon y Paul Mc Cartney.

En Madrid, Los Beatles se alojaron en el hotel Fénix en las suites 123, 223, 323 y 423. Durante su primer día apenas salieron a la calle; tan sólo por la noche acudieron a un tablao flamenco acompañados del periodista Alfredo Amestoy. Aunque antes, en uno de los salones del hotel donde las conocidas Bodegas Domecq habían dispuesto una pequeña réplica de sus instalaciones, les fue ofrecido un vino por el alcalde de Jerez. Una recepción en la que, dejándose guiar por ciertas tradiciones de nuestro país, bailaron sevillanas, bebieron vino de jerez en un catavinos que extrajeron con la venencia, y hasta estamparon su firma en unos barriles. El NO-DO lo contaba así: “En Madrid se les depara la ocasión de firmar con sus nombres en los toneles de vinos de jerez. Hacen ensayos con la venencia y para ser la primera vez no están del todo mal”. Cuentan las crónicas que se retiraron bastante pronto. Tanto que existe una sabrosa anécdota protagonizada por El Cordobés, quien por iniciativa del diario Pueblo viajó ya entrada la noche desde Barcelona a Madrid para hacerse una foto con ellos. Según fuentes del hotel, un cruce de llamadas entre Ringo Starr y el matador de toros desencadenó un malentendido que hizo que éste se marchara muy cabreado. Al final, ni hubo foto, ni confirmación de la película que parece se estaba gestionando para rodar con la banda.

Al día siguiente, antes del concierto, ofrecieron la habitual rueda de prensa donde muchas de las preguntas versaron acerca de sus peinados. Lo comentaba el NO-DO de esta manera: “Hay muchos fotógrafos y operadores en la rueda de prensa que se celebra en el hotel donde se hospedan. Los objetivos apuntan principalmente sobre los tocados capilares”. Llegada la hora del concierto no bullía mucha gente por los tendidos de Las Ventas, ni se llegaron a vender todas las entradas. Se estima que asistieron unas 8000 personas. Influyeron diversas circunstancias o elementos disuasorios: desde su precio que oscilaba entre las 75 y 450 pesetas hasta el temor de los padres a la posible brutalidad policial. Muchos jóvenes, algunos incluso con entrada, se quedaron en casa por orden paterna. Así lo narraba el NO-DO con algo de ironía y mucho recochineo: “La actuación musical está anunciada en la plaza de toros donde salta a la vista que no hay un lleno. Junto al bullidor elemento joven, hay familias tranquilas y señores con barba, representantes del servicio doméstico y muchachas nerviosas de las llamadas fans. Y en el extremo de la barrera, familias completas con el nene”.

Cartel The Beatles-MadridEran las ocho y media de la tarde cuando dio comienzo el concierto. Su promotor Bermúdez había programado una larga lista de teloneros. Los Pekenikes, uno de los mejores grupos españoles del momento, fueron los últimos en actuar. Y es a las 22:10 horas cuando, por fin, salen Los Beatles por la puerta de chiqueros. John Lennon, que lucía un sombrero de ala ancha, saluda entonces y dice: ”Hello Spain. How are you”. Su actuación duró 35 minutos y tocaron 12 canciones, entre ellas muchos de sus éxitos. La iniciaron con “Twist and shout”, a la que siguieron “She’s a woman”, “I’m a loser”, “Cant buy me love”, “Baby’s in black”, “I wanna be your man”, “A hard day’s night”, “Everybody’s trying to be my baby”, “Rock and Roll music”, de Chuck Berry, “I feel fine”, “Ticket to ride”, para finalizar con “Long tall Sally”, de Little Richards. A pesar de que el respetable los pidió, no hubo bises. El presentador fue Rocco “Walter” Torrebruno Orgini, más conocido por Torrebruno, un cómico italiano afincado en España, artista polifacético, showman, actor, cantante, y presentador de TVE de programas de variedades como Gran Parada y Noche del Sábado y otros infantiles como La Guagua. Lo hizo a su ‘manera’: “Pues si, ha llegado el momento. Sí, queridas familias y amigos. Aquí están por primera vez los fantásticos, los únicos, Los Beatles”. Fue un comienzo que el NO-DO narraba así: “Por fin salen los melenudos al tablado. Algunos llevan sombrero ancho. Es una concesión al ambiente. He aquí un fragmento de su actuación y alguna fases de la reacción del público”, y ponía el siguiente colofón: “Pasaron por Madrid sin demasiada pena, ni demasiada gloria”.

The Beatles. Las Ventas 04Aspecto que presentaba la plaza de Las Ventas durante el concierto de Los Beatles el 2 de julio de 1965.

Además de ser una de las pocas personas que vivió en primera línea la mayoría de los acontecimientos, el único periodista que consiguió entrevistar a Los Beatles fue José Luis Álvarez. Director de la revista Fonorama en aquellos años, a continuación reflejamos algunas de sus impresiones de aquella tarde en una reciente entrevista en el periódico El Mundo.

“Desde el primer momento que llamamos a la puerta de su habitación en el Hotel Fénix, y detrás del guardaespaldas -que nos puso mala cara por la intromisión-, apareció un sonriente y afable Paul McCartney, que nos saludaba efusivo y sin ningún complejo, como si fuéramos amigos desde siempre. Nuestras dudas quedaron olvidadas, allí estábamos, nos presentamos y nos sentamos. Le dimos una de nuestras revistas anteriores y con ligeros comentarios comenzó a ojearla, hasta que vio un dibujo, de un lector nuestro, que había realizado una caricatura de Ringo -muy graciosa, por cierto- que le hizo reír. Ringo apareció en escena, quejándose, en broma, por ser siempre el hazmerreír de los demás”.

“Casi enseguida llegó George y un poco más tarde lo hizo John. Era como una reunión de seis amigos (me acompañó aquel día Roberto Sánchez Miranda, mi hombre de confianza), como si no fuera la primera vez que nos veíamos. La conexión fue inmediata, sencilla, muy, muy agradable. Se creó un ambiente tan cordial que hubiéramos podido estar horas y horas hablando, comentando, cantando… Sí, me hicieron cantar -no lo hago nada bien, pero tengo un puntito…-, y George dijo: ‘Bien, queda contratado, era lo que nos hacía falta’. Y entre bromas y comentarios fue pasando la tarde, hasta que Brian Epstein mandó a su ayudante para decirles que nos teníamos que ir a la plaza de Toros para la actuación”.

“¿Que cómo eran ellos? Cuatro amigos con gustos similares en música, ganas de pasárselo bien y que disfrutaban con lo que hacían, como jóvenes saben lo que les gusta a los jóvenes y hacen creaciones que calan directamente en el ánimo de todos por su sencillez y por su franqueza. Se les notaba ese deseo de tener más libertad, poder moverse con más tranquilidad por la vida”.

“Eran cuatro amigos alegres, con muchas ganas de vivir, con muchas ganas de pasárselo bien. Eran formales, no se les veía -o así lo vi yo- promiscuos, eran muy respetuosos…
-‘Oye Paul, abajo tenemos a unas amigas que quieren subir a saludaros…’
– ‘No, nada de eso, que después (nuestras mujeres o novias) nos tirarían de los pelos’”.

“Durante los momentos que pasamos con ellos no tomaron nada más que refrescos, y a una pregunta mía de por qué no querían salir a conocer Madrid, Paul -creo recordar que fue él- se levantó, se acercó a una de las ventanas, la abrió, se asomó… Gritos, gritos, llamadas, repetir su nombre, etc.
– ‘Por eso, ¿te parece poco? Si llego a bajar me comen vivo’”.

Jose Luis Alvarez y The Beatles 01José Luis Alvarez, con traje y corbata, con Los Beatles. Foto- portada de su libro “Los Beatles en España”.

Con motivo del 50 aniversario, José Luis Álvarez ha sido acusado de querer aprovecharse de las circunstancias al editar un disco de vinilo con la grabación del concierto “original” de aquel 2 de julio. Un material ansiado durante décadas que se suponía en su poder, pero que nunca había salido a la luz. ¡Nadie sabía si era verdad, se trataba de un bulo o tan solo una leyenda! Pero vayamos primero a 1965, cuando meses antes del concierto Álvarez establece contacto por primera vez con Brian Epstein, consiguiendo su autorización para entrevistar al cuarteto de Liverpool y, según él, también permiso para grabar en directo el show. Incluso asegura haber firmado un contrato para poder editarlo. Así lo cuenta, además de otros temas, a lo largo de una entrevista concedida al diario musical Efe Eme de la que extraemos algunas frases:

“A la rueda de prensa, en el mismo hotel Fénix de Madrid, donde también se alojaron, solo pudo colarse por las cocinas mi fotógrafo, Francisco Barahona. Nos negaron la entrada porque no teníamos carné de prensa, pero Brian Epstein se acercó al verme y me preguntó por qué no entrábamos. Cuando se enteró de la razón, se enfadó mucho con los porteros y ante su negación, dijo que o entrábamos o cogía a sus chicos y se iban”.

“Recuerdo algunas de las preguntas de la bochornosa rueda de prensa: “¿Os gusta España? ¿Y la paella?” ¿Conocéis al Cordobés? ¿No tenéis dinero para cortaros el pelo? Entonces, Roberto Sánchez-Miranda (mi ayudante en “Fonorama”) y yo atacamos preguntando sobre sus comienzos, su opinión sobre rock and roll, sus referencias, etc… y se giraron con cara de asombro, hay una instantánea muy buena de ellos con cara de asombro”.

“Al día siguiente, después de la famosa firma de barricas de vino de Jerez, pregunté a Epstein si había hablado con ellos para una posible entrevista para “Fonorama”, y mi inglés me jugó una mala pasa entendiendo que le llamase luego a las tres, cuando directamente nos citó a las tres en el hotel, y gracias a su gran flema y estupenda educación, no solo no se enfadó cuando nos presentamos a las cuatro, sino que se echó la culpa diciendo que seguramente se había explicado mal”.

“Cuando llego al hotel, la carcajada de los compañeros de prensa allí apostados fue general cuando dije que iba a entrevistar a los Beatles, que no concedían entrevistas (la última que dieron como banda fue para mi revista) y menos a un medio independiente como ‘Fonorama’, cuando allí estaban periodistas de ‘Pueblo’ o ‘ABC’. Al llegar a la habitación, un sonriente Paul McCartney nos estrechó la mano y nos invitó a entrar. Fueron casi cinco horas, más de charla entre amigos que entrevista, así lo definió Harrison. Los detalles de la extensa entrevista se pueden consultar en el número 14 de ‘Fonorama’, donde también se incluía una entrevista con Brian Epstein, quien colaboró en un montón de números posteriormente. La impresión que siempre tuve, y con detalles como el de Ringo, que regaló treinta tartas de manzana al personal del hotel, es que a pesar de ser muy jóvenes tenían una cultura, un trato y una educación exquisita”.

Los Beatles. Hotel Fenix 03. Rueda de prensaLos Beatles durante la rueda de prensa celebrada en el hotel Fénix de Madrid.

“Después de la rueda de prensa, los chicos se fueron a su cuarto mientras Roberto y yo nos reunimos con Epstein y le dije que me gustaría grabar el concierto, que podía ser un documento histórico; y así considero que es, aunque en aquella época los Beatles no gozaran de la popularidad y fama de ahora ni tampoco se publicaban directos ni despertaban el interés de hoy en día. Todavía no había montado mi sello discográfico, pero la idea ya me rondaba la cabeza, de hecho, con mi revista siempre llegaba a acuerdos con las discográficas del momento para regalar singles, cuando en aquella época una compañía de discos independiente era inimaginable, al poco tiempo nacería Cocodrilo Records. Se lo pensó un momento, me miró sonriente y me respondió que no estaría nada mal; entusiasmado con la idea formalizamos en poco más de seis líneas en una Olivetti que tenían en la recepción del hotel Fénix algo sencillo y entre amigos, y es que, hasta su muerte, fueron muchas veces las que vino a verme a España o subí yo a Inglaterra. Siempre con la condición de que podía hacerlo público exclusivamente con mi sello; firmamos un par de ejemplares y me marché a casa, ya que al día siguiente era el concierto y me esperaba un día duro”.

“Después de la entrevista, nos marchamos a la plaza pasadas las ocho con el show ya empezado. Los Beatles fueron a casa de unos amigos que vivían cerca de la plaza de toros de Las Ventas. Ellos nunca probaban sonido, no lo necesitaban. En el entreacto, después de la actuación de los Pekenikes, Epstein y yo montamos un equipo que constaba de un magnetofón Grundig de cuarto de pulgada y dos pistas, y cuatro micrófonos AKG con un pequeño mezclador; todo de lo que podía disponer por aquel entonces. Por cierto, se contó que tras acabar el concierto Brian Epstein no les dejó salir, pero nada más lejos de la realidad, fue él quien subió a las habitaciones a buscarles para ir a tomar algo pero estaban cansados, así que cogí mi coche y me fui con Epstein al Bourbon Street, un pub-club que estaba en la madrileña calle Diego de León.”

“El concierto sonó genial, a pesar de lo que mucha gente dice. Los Beatles fueron muy profesionales y el directo fue maravilloso, a pesar de los escasos medios técnicos y los menos vatios de los que se disponía en esa época. Todo el mérito de la calidad de sonido es únicamente suya. En el vinilo se ha respetado el sonido tal cual fue extraído de la bobina original, mientras que para el CD ha sido tratado digitalmente, pero siempre respetando la presentación de Torrebruno, los comentarios de los Beatles y una graciosa anécdota que Paul se arranca a contar en un macarrónico castellano”.

Al ser muchos los que dudan que se trate de la grabación de las bobinas originales, y también de su tardanza en publicarlas, José Luis Álvarez contesta con:
“No sabría darte una respuesta exacta, es algo que tenía casi olvidado hasta principios de los años ochenta cuando a raíz de la muerte de Lennon se empezó a crear el mito en torno al grupo, y se despertó un interés por este concierto, y lo busqué entre mis cintas. Hablé con mi amigo Manolo Díaz, por aquel entonces director de EMI España, que siempre se interesó, pero le prometí a Epstein que lo publicaría yo, y tampoco me he movido nunca por dinero. Además que Manolo se fue de viaje a Miami y ya se quedó en América y perdimos el contacto. Luego estuve muy centrado en mis programas de Radio Enlace, luego Radio 3… hasta que en 2008 me echaron junto con otros grandes periodistas en un ERE injusto, y fue cuando retomé la idea de publicar el concierto. ¿Por qué ahora? El cincuenta aniversario es una cifra redonda, y tras rescatar y publicar discos de Bruno Lomas, Los Relámpagos, Los Brincos, Ñu, Raza, The Vampires, Los Núcleos, Tennessee, Los Salvajes… hasta un total de más de cuatrocientos, a mis setenta y seis años creo que es la guinda a mi trayectoria y el mayor legado que podía dejar”.

Añadiendo:
“Creo que el sonido, como he dicho anteriormente, con Torrebruno y Paul hablando en castellano, y las fotos hablan por sí mismas. Cuando ellos nunca concedían entrevistas ni se dejaban fotografiar y menos posaban; en el vinilo, que viene acompañado del CD y un libro con fotos y textos, hay más de cincuenta fotografías inéditas en el hotel y el concierto que hizo mi fotógrafo Francisco Barahona. Y un montón de gente que estuvo allí puede dar fe. Si alguien pone en duda mi palabra, lo tiene muy fácil: que el 2 de julio, con motivo de su cincuenta aniversario y la publicación de la obra, no la compre ni la escuche”.

The Beatles. El Prat 01Los Beatles bajando las escalerillas del avión a su llegada al aeropuerto del Prat.

Sin embargo, recientemente se ha visto obligado a realizar una serie de puntualizaciones en el Facebook de la revista Fonorama, que lejos de aclarar las dudas las ha vuelto a poner sobre el tapete con su frase:
“Se ha desatado una crítica feroz contra mi persona y mi trabajo, poniendo en duda la autenticidad del concierto por mí grabado ese día. Yo aseguro que la grabación que yo hice fue auténtica, si bien lo que no puedo garantizar es que ‘alguien’ la haya podido manipular, e intentaré contar el por qué”.
Para a continuación dar una serie de explicaciones en las que no vamos a entrar porque la historia se ha tornado bastante rocambolesca abriendo las puertas a una posible manipulación de las cintas de la que se siente totalmente ajeno. Es más, afirma que en caso de que fuera así sería porque le hubieran dado el cambiazo sin darse cuenta.

Pero volviendo a los conciertos de Los Beatles, y a lo ocurrido entre bambalinas  aquel año 1965, lo cierto es que al día siguiente de su actuación en Madrid aterrizaron en Barcelona. Eran las cuatro y media de la tarde del 3 de julio cuando su avión llegó a una pista bastante alejada del aeropuerto de El Prat a la que sólo tuvieron acceso periodistas y fotógrafos. La bajada por las escalerillas no pudo ser más folklórica posando ante las cámaras con unas monteras de torero que les habían regalado. Luego se subieron a una limusina para su traslado hasta el hotel Avenida Palace, a cuya puerta les esperaba Joan Gaspart, ex presidente del F.C. Barcelona e hijo del empresario de la cadena hotelera HUSA. Cuentan que se ubicaron por parejas en las habitaciones 109 y 110, que a su vez comunicaban con la 111 que hacía de salón. Tras un breve descanso, a las siete de la tarde ofrecieron su clásica rueda de prensa, saliendo poco después por una puerta lateral que daba a la Rambla de Cataluña, evitando así a la multitud de fans. Leyenda urbana o no se dice que los pantalones de John Lennon acabaron tan arrugados que el propio Joan Gaspart se ofreció a cambiárselos por los suyos antes de empezar el concierto. Cartel The Beatles-BarcelonaA su actuación en La Monumental, que se inició las 22:45h de la noche, asistieron unas 18000 personas, bastantes más que en Madrid. Un espectáculo también presentado por Torrebruno, que contó entre sus teloneros con Los Sirex, conjunto que gozaba de bastante fama entonces. El repertorio musical duró 40 minutos e interpretaron un total de 12 canciones, las mismas que en Madrid. Así relataba al día siguiente el diario La Vanguardia la crónica del concierto:

“Ante un público tan numeroso como heterogéneo se efectuó anoche en la Monumental la anunciada representación de los ‘Beatles’ que constituyó un clamoroso éxito. El entusiasmo del público y, por lo tanto, su reconocimiento de las innegables cualidades artísticas que adornan al famoso cuarteto, fue no sólo ruidoso, sino que en algunos casos alcanzó expresiones delirantes. Los cuatro melenudos ídolos nos ofrecieron lo más caracterizado de su repertorio con esta mezcla de habilidad y audacia que distinguen su nada desdeñable espectáculo. Lástima que los aullidos de sus ‘fans’ hicieron perder a la representación muchos matices. Como quiera que los intérpretes fueron globalmente estimados por sus especialísimas características musicales no cabe duda de que la mayor parte de los espectadores pasaron un rato excelente, sólo enturbiado por el temor constante de que se produjera un ataque de histerismo colectivo en alguno de los numerosos grupos que demostraron, durante toda la función, una tensión nerviosa alarmante. Afortunadamente nada grave ocurrió y a las amenas características de la velada hay que añadir la nota pintoresca de los entusiastas en las más variadas y singulares reacciones”.

Como ha dicho Leslie, el veterano cantante y líder de Los Sirex: “La gente no paraba de cantar y no dejaban escuchar las canciones”. Sin embargo la versión que transmitió el NO-DO del acontecimiento fue muy diferente. También cierta parte de la prensa seguía afirmando que: Los Beatles habían pasado por España ‘sin pena ni gloria’”. Otro hecho anecdótico fue que para el reportaje del NO-DO se eligieron imágenes del concierto de Las Ventas de Madrid, evitando de ese modo las del lleno evidente en La Monumental de Barcelona. “En Las Ventas no llenaron porque la represión fue mayor en Madrid que en Barcelona. Hubo más despliegue policial y los grises cargaron en Madrid. Se temía que este concierto encendiera la protesta política”, señala el historiador Javier de Castro, autor del libro “Los Beatles. Made in Spain”.

The Beatles. La Monumental 02Aspecto que presentaba la plaza de La Monumental durante el concierto de Los Beatles el 3 de julio de 1965.

Una foto que daría la vuelta al mundo años después, y que no vio la luz en su momento, fue la realizada por Carlos Pérez de Rozas, periodista gráfico de La Vanguardia, en la que aparecen Los Beatles bromeando con dos ‘grises’. En ella se puede ver como Paul McCartney y John Lennon hacen el saludo militar, mientras George Harrison intenta peinarlos por encima de la gorra.  “Pérez de Rozas sabía que no iba a pasar la censura y ni intentó publicarla”, afirma De Castro. La historia se ha encargado de poner las cosas en su sitio y cincuenta años después los historiadores están de acuerdo en que: “Aquel concierto fue un hito y el primer signo de modernidad en la España del general Franco”, sigue diciendo Castro. “Estuvieron muy simpáticos, incluso posaron con los tricornios de la Guardia Civil, algo que nadie se atrevía a hacer en aquella época”, recuerdan desde el hotel.

The Beatles. Guardia Civil 01Los Beatles bromeando con una pareja de la Guardia Civil en el hotel Avenida Palace.

A mediados de la década de los años 60 se forjaron los primeros síntomas de un cambio social y cultural en España. Si bien no se puede decir que los conciertos de Los Beatles fueran uno de los desencadenantes, sí representaron el espejo de una situación y transformación inevitables. Por mucho que algunos se empeñen, no hubo ningún fracaso en sus conciertos de Madrid y Barcelona. Más bien el ritmo de la juventud se aceleró a partir de ese momento y medio siglo después seguimos recordando sus actuaciones una vez más. Marcaron un antes y un después en nuestra historia musical y como dice una de sus canciones: ¡Que noche la de aquel día!



Palmeras en la nieve. Luz Gabás

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Palmeras en la nieve 01“Palmeras en la nieve”, ópera prima de la escritora Luz Gabás, sitúa la narración en dos épocas muy distintas, la actual (2003) y años 50 y 60 del siglo pasado, y en dos lugares tan opuestos como Pasolobino, pequeño pueblo (ficticio) del Pirineo aragonés y la antigua colonia española de Guinea Ecuatorial, de manera especial en la isla de Fernando Poo (hoy Bioko) donde transcurre la mayor parte. El cultivo y la elaboración del cacao, la convivencia entre españoles y nativos, sus diferencias sociales, y sobre todo unos personajes complejos, forman parte de un entorno que camina hacia la independencia. Amor y rencores resurgen con fuerza dentro de una sociedad llevada al enfrentamiento a medida que cambia la posición de unos y otros. Al tiempo que reflexiona sobre la colonización, muestra también su lado más convulso. Bien construida, con diálogos fluidos, en ningún momento llega a aburrir. Si hay que ponerle un pero, quizás su parte final se desencadena de forma un tanto abrupta; si bien es cierto que en el arranque de su lectura ya nos pone en antecedentes.

Sinopsis
Es 1953 y Kilian abandona la nieve de la montaña oscense para iniciar junto a su hermano Jacobo el viaje de ida hacia una tierra desconocida, lejana y exótica, la isla de Fernando Poo. En las entrañas de este territorio exuberante y seductor, le espera su padre, un veterano de la finca Sampaka, el lugar donde se cultiva y tuesta uno de los mejores cacaos del mundo.

En esa tierra eternamente verde, cálida y voluptuosa, los jóvenes hermanos descubren la ligereza de la vida social de la colonia en comparación con una España encorsetada y gris; comparten el duro trabajo necesario para conseguir el cacao perfecto de la finca Sampaka; aprenden las diferencias y similitudes culturales entre coloniales y autóctonos; y conocen el significado de la amistad, la pasión, el amor y el odio. Pero uno de ellos cruzará una línea prohibida e invisible y se enamorará perdidamente de una nativa. Su amor por ella, enmarcado en unas complejas circunstancias históricas, y el especial vínculo que se crea entre el colono y los oriundos de la isla, transformarán la relación de los hermanos, cambiarán el curso de sus vidas y serán el origen de un secreto cuyas consecuencias alcanzarán el presente.

En el año 2003, Clarence, hija y sobrina de ese par de hermanos, llevada por la curiosidad del que desea conocer sus orígenes, se zambulle en el ruinoso pasado que habitaron Kilian y Jacobo y descubre los hilos polvorientos de ese secreto que finalmente será desentrañado.

Un excelente relato que recupera nuestras raíces coloniales y una extraordinaria y conmovedora historia de amor prohibido con resonancias de “Memorias de África”.

Sin título-2

Como complemento previo a su lectura nunca está de más un poco de historia acerca de una isla, Fernando Poo, y un país, Guinea Ecuatorial, que antes de alcanzar su independencia estuvieron bajo dominación británica y más tarde española.

De 1827 a 1843, el Reino Unido estableció su presencia en Guinea Ecuatorial para combatir la trata de esclavos fundando Port Clarence (hoy Malabo) y San Carlos, aunque no lo consiguió pues continuó bajo su presencia. Durante años ingleses y españoles se disputaron su control, pero fue en 1843 cuando Juan José Lerena y Barry, comandante del bergantín “Nervión”, proclamó la soberanía española de la isla, cambiando nombres ingleses por españoles y organizando la vida administrativa de la ciudad. Al tiempo prosiguió su labor de reconocimiento y explotación de las demás islas del Golfo de Guinea, volviendo a establecer la presencia española en Malabo. Más tarde, en 1885, la porción continental, lo que hoy es Río Muni, se convirtió en protectorado y en 1900 en colonia, año en el que un tratado firmado en París determinó los límites del territorio reconocido a España. Ambos territorios (insular y continental) fueron unidos en 1926 como la colonia de Guinea Española con capital Santa Isabel (hoy Malabo) en la isla de Bioko (antes Fernando Poo). Sin embargo, durante la primera mitad del siglo XX, España carecía de la riqueza necesaria para desarrollar una infraestructura económica consolidada. A pesar de todo se pusieron en marcha grandes plantaciones de cacao en la isla de Bioko con miles de trabajadores nigerianos importados como braceros.

En 1956 los territorios se organizaron como provincia del Golfo de Guinea y en 1959 adquirieron el estatus de provincias españolas ultramarinas, dividiéndose en dos: Fernando Poo y Río Muni. Como tal estuvieron regidas por un gobernador general con todos los poderes civiles y militares, celebrando las primeras elecciones locales ese año y eligiendo los primeros procuradores en Cortes ecuatoguineanos. En diciembre de 1963, las dos provincias se reunificaron como Guinea Ecuatorial y fueron dotadas de una autonomía limitada con órganos comunes para todo el territorio (entre ellos el cuerpo legislativo) y organismos propios en cada provincia. Aunque el comisionado nombrado por el gobierno español tenía amplios poderes, la Asamblea General de Guinea Ecuatorial tenía gran influencia en la formulación de leyes.

La primera Constitución de Guinea Ecuatorial se aprobó en referéndum popular el 11 de agosto de 1968 bajo la supervisión de observadores de la ONU, votando a su favor un 64% del electorado. Entre el 22 de septiembre y el 2 de octubre de ese mismo año se celebraron las primeras elecciones generales con el triunfo de Francisco Macías Nguema, que gobernó de manera dictatorial hasta ser depuesto, juzgado y fusilado por orden de su sobrino Teodoro Obiang, actual presidente, el 29 de septiembre de 1979. Cuando se proclamó su independencia de forma oficial (12 de octubre de 1968), Guinea Ecuatorial tenía uno de los mayores ingresos per cápita de toda África. Una de las labores más importantes que España ejerció de forma muy activa durante el tiempo de colonización fue conseguir una de las mayores tasas de alfabetización del continente y un notable desarrollo de su red de instalaciones sanitarias.

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Luz Gabás, actual alcaldesa de Benasque (Huesca), nació en 1968 en Monzón, un pueblo de la misma provincia. Estudió en Zaragoza y se licenció en Filología Inglesa. Más tarde ejerció como profesora de Escuela Universitaria, compaginando durante años la docencia con la traducción e investigación en Literatura y Lingüística. Su novela “Palmeras en la nieve” fue uno de los éxitos editoriales de 2012. La propia autora señala en su prólogo como los antecedentes familiares inspiraron gran parte de su trabajo. Así lo cuenta:

“Mi padre vivió en Guinea y su aventura late en la inspiración de esta novela. En 1953 emigró a ese lugar de palmeras, tierra ocre y hombre recios. Tenía tan solo 24 años y, como tantos otros españoles, decidió cruzar la Península y probar suerte en mitad de la selva tropical, un mundo mágico que no era el suyo y que, sin embargo, nunca pudo borrar de su mente”.

“A través de algunos emigrantes, llegaban noticias de que en Guinea había probabilidades de encontrar un buen trabajo en alguna de las plantaciones regentadas por colonos españoles. Los emprendedores soñaban entonces con ofrecer el sustento a sus familias con un salario imposible de conseguir en España, pero cuando llegaban a Fernando Poo o a Santa Isabel, además, quedaban seducidos por el color de un lugar que nada tenía que ver con el gris oscuro de nuestra Península”.

“A veces, cuando mi padre miraba las imágenes de aquellos tiempos, volvía a enamorarse de sus recuerdos, de la pasión de sus gentes, del olor de los cacaotales, de la intensa piel negra de los amigos que ni el tiempo pudo palidecer en su recuerdo”.

“Palmeras en la nieve”, que está inspirada en los españoles emigrados a Guinea Ecuatorial, tiene una cierta similitud con “El tiempo entre costuras”, aunque sus historias son muy distintas. Novela intensa, bien documentada, Luz Gabás siempre tuvo muy clara su idea, pues su inspiración le nacía desde dentro. ¡Solo necesitaba plasmarla! Esto comentaba en una de sus entrevistas: “Cogí una excedencia y decidí escribir una novela con la que siempre habíamos bromeado en casa por tratarse de una historia que era un diamante en bruto. Mi padre y mi abuelo emigraron a la isla de Fernando Poo, antigua colonia española, y los recuerdos que nos transmitían resultaban exóticos y evocadores. Así que me lancé a escribirla con la única obsesión de trascender lo local; que no fuera una acumulación de batallitas”. Al igual que hicieron algunos de sus familiares desde finales del siglo XIX hasta los años 70 del siglo pasado, más de 200 personas del valle de Benasque emigraron a la pequeña isla de Fernando Poo, a un país al que miles de españoles llegaron en tiempos no tan lejanos. “Es mucha gente para una zona como Benasque y la isla dejó su huella. Mi ambición era escribir la novela independiente de lo que ocurriera con ella, porque me daba mucha pena que se perdiera esa parte de nuestra historia”.

Finca Sampaka. EntradaEntrada que recrea a la finca “Sampaka” de “Palmeras en la nieve”.

Luz Gabás ha escrito una novela de superación y también de reflexión sobre el mundo colonial. “Palmeras en la nieve” nos habla de las relaciones personales, pero también del contraste de culturas en un entorno duro como el de Fernando Poo de la época. En cierta manera es una obra costumbrista, que refleja en cierta manera la evolución de un país y sus movimientos hacia la independencia. Se lee con facilidad desde el principio al final, a la vez que enseña, instruye y entretiene.


Canciones con historia: “Silence is golden”. The Four Seasons. The Tremeloes

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No es normal, pero tampoco inusual, que una canción alcance el éxito con dos grupos musicales distintos. Sin embargo, llegar a lo más alto, y hacerlo en breve espacio de tiempo no suele suceder. Justo lo que ocurrió en 1964 con “Silence is golden” interpretada por The Four Seasons, sus creadores, grandes triunfadores en América, y poco más tarde, en 1967, por The Tremeloes, competidores directos de The Beatles, que con una extraordinaria versión se encumbraron en Europa y también en USA. Dos versiones no muy diferentes y un éxito repartido en función de las áreas geográficas. Escrita por Bob Crewe y Bob Gaudio, uno de los integrantes de The Four Seasons, fue grabada como cara B de un single cuyo tema principal “Rag Doll” alcanzó el nº 1 en las listas Bilboard. Su titulo hace referencia a un famoso dicho suizo con el que se quiere estimular el silencio entre la gente, sobre todo a aquellos que a veces hablan de más y terminan luego lamentándose: “Sprechen ist silbern, schweigen ist golden” (‘El ruido es plata, el silencio es oro’).

Tras el gran triunfo logrado por The Four Seasons fueron muchas las bandas que incluyeron “Silence is golden” en su repertorio, pero ninguna con tanto éxito como el original. Hasta que tres años más tarde, The Tremeloes, un conjunto londinense que destacaba por sus “covers” (“versiones”) de canciones famosas, encontrándose de gira con The Hollies, una tarde decidieron realizar una versión para mostrarle a sus fans que su guitarrista Rick West era capaz de igualar el espectacular falsete de Frankie Valli, la inconfundible voz de The Four Seasons. Su interpretación resultó Silence is golden 01. Original 1967 Españaextraordinaria con el público puesto en pie que les ovacionó largamente. Hasta el punto que Tony Hicks, miembro de The Hollies, irrumpió en escena para conminarles con esta rotunda frase: “¡Un gran tema, tenéis que grabarlo, si o si!”. Quedaron tan impactados que decidieron hacerlo de inmediato, alcanzando a los pocos días de su lanzamiento el nº 1 en el Reino Unido en medio de las alabanzas de la crítica musical y el fuerte apoyo de las emisoras de radio. Un triunfo que se extendió más tarde a USA donde llegó al puesto nº 11 de las listas Bilboard Hot 100.

“Silence is golden”

Sin título-1


The Tremeloes interpretando en directo “Silence is golden” en uno de sus conciertos.


“Silence is golden” en la voz de Frankie Valli & The Four Seasons, sus creadores.

En la historia del rock si un grupo consiguió competir con The Beatles, además de The Rolling Stones, fueron The Tremeloes. Con un tipo de música similar lo hicieron en más de una ocasión durante la década de los 60. Todo comenzó en 1962 cuando la compañía discográfica Decca tuvo que decidir que banda joven lanzar al naciente mercado de la música beat. Dos fueron las finalistas: The Tremeloes y The Beatles, avalados éstos desde Liverpool por la ola de entusiasmo que desataban a diario en The Cavern Club, su local de referencia. Al final, Decca eligió a The Tremeloes que en aquel momento estaban integrados por Brian Poole, su espléndido cantante inspirado para casi todo en su ídolo el genial Buddy Holly, los guitarristas Alan Blakley y Riky West, el bajista y saxofonista Alan Howard y el batería Dave Munden. Todos muy acoplados todos, ¡como no!, a la arrolladora personalidad de Poole, que pronto cambió sus gafas estilo Buddy Holly por lentes de contacto y así poder competir a nivel de imagen con la moda que estaban imponiendo The Beatles, que obligados a seguir otro camino fichaban por la discográfica EMI. The Tremeloes publican su primer single, “Twist little sister”, en 1962, al que siguieron otros que iban a marcar la línea de estilo de sus primeros años: canciones llevadas al éxito por otros cantantes interpretadas con nuevos y espléndidos arreglos. Fue el inicio de una carrera fulgurante con un primer gran triunfo con su versión del genial tema “Twist and shout” (Nº 4 en las listas), antes popularizado por The Beatles, y originalmente por The Isley Brothers y The Top Notes, el primer grupo en grabarla.

Siguieron escalando puestos en las listas de éxito con sorprendente facilidad con versiones de temas famosos como “Candy man” (Roy Orbison) o “Someone, someone” (The Crickets). Sin embargo, en 1965 se produce una ruptura que parecía muy importante: Brian Poole, su figura principal, decide emprender su carrera musical en solitario. Contra todo pronóstico el cuarteto no lo acusa. Y no solo eso, sino que comienza la posiblemente mejor etapa de The Tremeloes. Cambian de compañía discográfica para fichar por CBS y en 1967 graban “’Here comes my baby” (Nº 4) (Cat Stevens), obteniendo un rotundo triunfo en América y el Reino Unido vendiendo más de un millón de copias. A continuación lanzan sin duda su mayor éxito, “Silence is golden”, con el que alcanzan el nº 1 en las listas británicas donde muestran el enorme poderío de sus armonías vocales, y terminan con “Even the bad times are good”. ¡¡Tres discos de oro seguidos!! Durante un tiempo resistieron en la cresta de la ola, grabando algún otro éxito comercial como ‘”My little lady” o “Suddenly you love me” (versión de “Uno tranquilo” de Riccardo del Turco), pero dependían demasiado de las composiciones ajenas. En plena era psicodélica lo intentaron remediar con un nuevo single, “Helule Helule” (Nº 14) y muy poco más, hasta que al final de los años 60 pasaron sin remedio a la retaguardia. Más tarde, ya lejos de su mejor época, con bastantes cambios en la banda y algún triunfo menor, continuaron incansables con sus giras durante las décadas siguientes interpretando sus viejos éxitos, a menudo acompañados por Brian Poole, y compartiendo cartel con otras estrellas de los 60.

The Tremeloes 04The Tremeloes en sus inicios.

¡¡Y que decir de The Four Seasons!! los creadores y primeros triunfadores con “Silence is golden”. Banda integrada por Frankie Valli, Tommy DeVito, Bob Gaudio y Nick Massi, su historia (va para más de seis décadas) abarca estilos musicales diversos: desde el típico sonido soul que les definió en los 60, pasando por un cambio de armonías vocales en la era disco, hasta conquistar Broadway y grandes teatros con la obra “Jersey Boys”, ganadora del premio Tony al mejor musical (Broadway); basada en su carrera, se estrenó en el año 2005 con gran éxito en todo el mundo. Hace muy poco (2014) ha sido llevada al cine por Clint Eastwood, reconocido actor y director, lo que habla, y muy bien, de su importancia en la música y su vida.

En 1964, antes que The Beatles “invadieran” USA, The Four Seasons eran los grandes dominadores en las listas musicales, siendo el primer y único grupo estadounidense en lograr tres Nº 1 consecutivos con “Sherry” (1962), al que siguieron “Big girls don’t cry” y “Walk like a man”, destacando sobremanera el extraordinario “falsete” de Frank Valli calificado por algunos de “estratosférico”. Fueron uno de los pocos grupos USA en llegar a lo más alto antes, durante y después del reinado de los “chicos de Liverpool”. Hasta el punto que su discográfica, aprovechando una supuesta “rivalidad” con The Beatles, lanzó un álbum titulado “The Beatles vs. The Four Seasons”, todo un artículo de colección cuya portada pregonaba un duelo titulado “La batalla internacional del siglo”. Sin embargo, nada más lejos de la realidad; a pesar de todo ese empeño en enfrentarles, ambos grupos se tenían una gran admiración.

Frankie Valli and The Four Seasons 2012Frankie Valli y The Four Seasons durante su actuación en The Royal Albert Hall (Londres) en el año 2012.

Cuando lanzaron “Silence is golden”, uno de sus mejores trabajos, su éxito quedó un poco oscurecido al ir en la cara B del single cuyo principal hit era “Rag doll” (nº 1 en las listas Bilboard). Aunque no pasó desapercibida, ocupó también las primeras posiciones, no consiguió llegar al nº 1 hasta tres años más tarde con la versión de The Tremeloes. Ambas de una calidad excelente, esta vez si que se puede afirmar que la versión llegó más alto que el original. Quizás en la interpretación de The Tremeloes existe una cierta dulzura que el original no acaba de transmitir; sin embargo, la fantástica voz de Frankie Valli y la espléndida armonía de The Four Seasons tampoco desmerecen nada. No cabe duda que “Silence is golden’” combina la sencillez de las melodías de los 60. Con una gran ejecución vocal, se puede decir que se trata de… ¡una canción de largo recorrido!


“Silence is golden” en una reciente interpretación de Frankie Valli & The Four Seasons.


The Tremeloes cantando “Silence is golden” (subtitulada en español) en un programa de TV.


Juegos tradicionales y populares (I), su influencia en la educación

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Los juegos populares y tradicionales practicados en la calle o en el colegio son algo que no debiera haberse perdido ningún niño, y más las generaciones actuales. Aparte de su valor cultural, tienen una gran influencia en su educación. Su papel va mucho más allá del juego en sí, está muy en línea con lo que hoy se denomina de forma un tanto llamativa: gestión por competencias (lo abordaremos en un próximo post). Teniendo en cuenta siempre que en el caso de los niños la piedra angular del proceso de aprendizaje es su conducta “motriz”, concepto que supera lo que es el propio movimiento en el juego para pasar a la comprensión de su conducta como una persona que actúa con un sentido y una intención.

Los juegos tradicionales se transmiten de generación en generación y tienen continuidad en el tiempo, mientras que los juegos populares son actividades lúdicas practicadas en cierto momento por un grupo importante de personas de una determinada población. Lo normal es referirse a ambos de manera indistinta. Forman parte de nuestro patrimonio cultural, adaptándose a lo largo de la historia a las características de cada lugar. Con este tipo de juegos el niño no sólo se divierte, sino que también desarrolla sus potencialidades físicas, intelectuales y sociales. Por desgracia, en la actualidad no gozan de buena salud; es más, existen claros signos de  decadencia, entre otros motivos por la acelerada revolución tecnológica y el sedentario estilo de vida de la sociedad actual.

Sin título-1 Es muy importante ofrecer a los niños juegos diferentes a los que hoy “marca” la publicidad. Frente aquellos en que prima el juguete (p.e. los electrónicos) donde es muy difícil compartir actividad e interacción con otras personas, es mucho mejor el enfoque basado en el entretenimiento y disfrute en compañía de los amigos, dando por supuesto que no deben estar exentos de movimiento o acción. A decir verdad, cada vez es más difícil jugar fuera de las casas, sobre todo en las ciudades donde se ha ido perdiendo un espacio difícilmente recuperable. Lejos quedan los tiempos cuando los hoy más adultos fueron niños y bajaban solos a la calle para jugar con sus amigos. Lo de menos era el juguete, ¡lo más importante era… el juego! Seguro que muchos se acuerdan de los partidos de fútbol en mitad de la calle que únicamente ‘paraban’ cuando alguien gritaba: ¡alto, que viene un coche! Si se quiere es un ejemplo extremo, pero muy válido para establecer una comparación. De no ser porque existen algunos signos de esperanza, si no se pone remedio los juegos tradicionales parecen abocados a desaparecer. Por fortuna hace algunos años surgió una corriente desde las escuelas y colegios que pretende recuperar, preservar, y dar a conocer este tipo de juegos. Incluso algunos organismos oficiales, que por fin se han dado cuenta de su importancia en la educación, también se han involucrado. Frente a una sociedad de consumo que amenaza en dirección ‘interesada’, un movimiento social, casi en ciernes, se resiste a su pérdida y que queden en el olvido.

Está demostrado que la cultura del juego en la calle o en la escuela nos enseña muchas más cosas que el juego en sí: respetar normas, organizarnos sin la autoridad del adulto, respetar turnos, tener amigos,…; en definitiva, nos enseña a… ¡vivir! O lo que es lo mismo, a… ¡educar en valores! Juegos que siguen siendo tan válidos como entonces, muchos niños… no pueden aprenderlos Antes, al tiempo que se establecía una correa de transmisión, los niños mayores se los enseñaban a los pequeños, pero ahora, al no poder salir solos a la calle, la cadena de aprendizaje se ha roto. Aunque solo fuese por su valor educativo y cultural se justificaría la necesidad de enseñar este tipo de juegos que durante miles de años han sido una escuela de formación física, casi la única, y de relaciones sociales. A continuación mostraremos algunos de los más representativos o conocidos, o que requieren cierta habilidad, si bien como dice un famoso dicho: “son todos los que están… pero no están todos los que son”.

Cuadro Juego de niños. Pieter Brueghel 03. NumeradoCuadro “Juegos de niños” pintado por Pieter Brueghel en 1560.

Antes de entrar en su didáctica hagamos un poco de historia haciendo referencia al famoso cuadro de Pieter Brueghel “El Viejo” titulado “Juegos de niños” que data de 1560. Estudiosos del mismo han cuantificado alrededor de 250 niños y 86 juegos representados, algunos aún vigentes como la gallinita ciega, las tabas, la peonza, el aro, el escondite… Hay quien opina que se trata de una alegoría a la infancia, pero hay respuestas de todo tipo. Una imagen cuando menos curiosa, tanto por el tema como por la razones (se desconocen) que llevaron al artista a pintar un cuadro en el que a primera vista se observa una extensa zona de una ciudad llena de niños dedicados a divertirse y jugar. Si bien, mirando con mayor atención, la realidad es que los niños no todos parecen tener todos ‘cara de niños’, sino que en muchos casos se asemejan a pequeños adultos. Ahora bien, de lo que no existe duda es que todos están disfrutando en compañía y con sus juegos.

Las canicas
También llamadas boliches, banzones (Asturias),… son unas pequeñas bolas de vidrio, arcilla, metal o cerámica. De ahí que se prefiera jugar en un suelo de tierra y no en terreno duro donde rebotarían demasiado. Se trata de un juego de puntería donde lo más importante es tocar a la canica contraria. No existe límite de jugadores, pero se aconseja no pasar de cinco. Existen varias modalidades, aunque solo describiremos una de las más usuales: el caso de dos jugadores (la más práctica) donde el resto puede ir rotando a medida que avanza el juego. ¡El objetivo final es ganarle canicas a los rivales!

Canicas 01Lo primero que se necesita es realizar un hoyo (“guá”) en el suelo de 5-8 cm. de diámetro y 3-7 cm. de profundidad. Para decidir el orden se marcará una línea a una cierta distancia (4-5 m.) desde donde cada jugador lanzará su canica. Aquel que la introduzca en el “guá” tendrá el derecho a comenzar el juego. Si nadie lo logra lo hará el que quede más cerca. Luego, el oponente colocará su canica en una zona más o menos establecida, no muy lejana. A continuación el primero en tirar, cogiendo su canica entre los dedos índice y pulgar (a veces dedos pulgar y medio), tras medir dos palmos y medio desde el “guá”, apuntará y lanzará contra la canica contraria. Si la golpea, tendrá que introducir la suya en el “guá”. Si falla, será el contrario quien lance su canica tratando de darle y en caso de conseguirlo meterla luego en el “guá”. Aquel que lo logre primero será quien se ‘quede’ con la canica del oponente. 

Las canicas es uno de los juegos tradicionales más antiguos. Si bien no se conoce su origen real, parece que se remonta hasta el Antiguo Egipto y la Roma Precristiana. Se han encontrado canicas en la tumba de un niño egipcio alrededor del año 3000 a.C y en la Antigua Roma era un juego infantil de gran popularidad. Los niños son quienes más lo suelen jugar; no así las niñas que lo hacen con mucha menos frecuencia.

La gallinita ciega
Practicado por niños y niñas, se trata de un juego para activación de los sentidos. Fomenta la atención táctil, ayuda a la cohesión y distensión en los grupos y resulta adecuado para promover y formar a los niños en nuevas amistades, y por tanto su inserción en la escuela. Tan solo se necesita un pañuelo o un trapo. Uno de los jugadores hace de gallinita ciega para lo cual se le tapan los ojos sin que pueda ver. El resto, formando un corro a su alrededor, comienza el juego con un diálogo igual o similar al siguiente:

“Gallinita ciega ¿qué se te ha perdido? (dice el corro)
Una aguja y un dedal
(contesta la gallina)
Pues da tres vueltas y los encontrarás
(dice el corro)
Una, dos y tres
Y la del revés”.

La gallinita gira entonces tres vueltas sobre sí misma (a veces la ayuda un compañero) y, luego, con los brazos extendidos, intenta coger a alguien del corro. Todos intentarán despistarle agachándose o de cualquier otra manera, pero siempre sin mover los pies del suelo. Cuando la gallinita consigue tocar a uno deberá adivinar, solamente por el tacto, de quién se trata. Si le reconoce, colocará la venda a la persona que ha cogido, pasando ésta a ser la nueva gallinita ciega. En caso contrario se repite de nuevo el juego.

Algunas fuentes señalan que su origen se remonta a ritos muy antiguos relacionados con la prehistoria. Otros, como el historiador Rodrigo Caro (siglo XVII), cuentan que habría que buscarlo en los juegos latinos. El pintor Francisco de Goya lo inmortalizó (1788) en un famoso cuadro titulado con el mismo nombre. Fue aprovechado por los adultos a partir del siglo XVIII como una forma en apariencia inocente de relacionarse en los salones o fiestas campestres de las nuevas sociedades burguesas. Es uno de los juegos reflejados en el cuadro “Juegos de niños” de Brueghel (1560).

Gallina ciega 01Cuadro “La gallina ciega” pintado por Goya en 1788.

Las chapas
También conocido como “fichas” (Asturias). El número de jugadores va de dos a un pequeño grupo y la “materia prima” es una o varias chapas metálicas circulares similares a las que cerraban las antiguas botellas de refrescos. Existen diversas modalidades, aunque solo haremos referencia a las “carreras de chapas”, una de las más extendidas, cuya motivación principal está inspirada en las carreras ciclistas. Cualquier terreno es válido, pero por sus características se suele jugar en las aceras. Lo primero sería trazar un circuito con tiza (en otro tipo de terreno sirve cualquier objeto punzante). Aunque el recorrido puede ser totalmente recto y liso, lo normal es añadirle dificultades con fuertes curvas, estrechamientos, saltos, sin olvidar las grandes rectas. De esa manera se torna más emocionante. Antes de empezar con el juego en si, lo normal era ‘preparar’ antes las chapas. Para ello se elimina primero el corcho que la recubre internamente (ahora es un plástico) y después se ‘decora’ con un cromo o foto de alguno de nuestros deportistas favoritos, recortada a la medida del diámetro de la chapa. En algunas ocasiones se lijaba la superficie exterior rozándola contra el suelo o las paredes, pues de esa manera disminuye su rozamiento y se incrementa la velocidad. En cuanto a la forma de lanzar o empujar la chapa lo usual es impulsar su zona trasera con el dedo medio (también con el pulgar); incluso hay quien le sabe imprimir determinados ‘efectos. Aunque por encima de todo lo que prima es la habilidad.

Para marcar el orden de salida (o comenzar la carrera) una de las maneras consistía en que todos los jugadores lanzasen su chapa lo más lejos posible. Aquel que lograse la mayor distancia era quien comenzaba la “etapa” desde la línea de salida, y así sucesivamente. Durante el juego, si al ’empujar’ la chapa ésta quedaba dentro del trazado del circuito se dejaba en ese lugar hasta un nuevo turno; si por el contrario saliese fuera había que retroceder al sitio desde donde tiró. Si tocase la chapa de otro jugador se perdería el siguiente turno. Chapas 01Al final, el ganador será aquel que llegue primero a la meta. Al igual que en las carreras ciclistas, lo normal es que todos los jugadores finalicen la ‘etapa’ para así poder establecer un orden de clasificación. Se trata de un claro ejemplo de juego divertido para el que no se necesita gastar dinero. ¡¡Tan solo basta con la imaginación!! Su práctica tenía mucho éxito coincidiendo con el desarrollo de las grandes vueltas ciclistas: Tour de Francia, Giro de Italia o Vuelta a España. Si bien tradicionalmente se consideraba un juego de chicos (las niñas lo solían practicar con sus hermanos), ahora lo juegan niños y niñas de forma indistinta.

El juego de las chapas se inició cuando se comienzan a fabricar botellas con tapones de chapa. A finales del siglo XIX, en EEUU se vive la fiebre de los refrescos recetados como medicinas para curar algunas enfermedades, pero la industria tenía un gran problema: el “efecto curativo” (presumían de ello) se basaba en gran parte en mantener el burbujeo, para lo que se necesitaba un tapón adecuado. Tras muchos intentos con todo tipo de materiales, el modelo definitivo lo inventó en 1981 William Painter, hombre de negocios irlandés. Pronto fue “bautizado” popularmente con el nombre de “chapa”. A partir de entonces fue cuando se comenzaron a aprovechar los tapones como material de juego.

El burro
Juego de saltos y adivinaza. También conocido como “churro” o “tijera, navaja, ojo” (Asturias). Se forman dos equipos con varios jugadores cada uno y, como la mayoría de los juegos, se comienza sorteando los distintos ‘papeles’: el equipo que salta, el que se queda o “apochina”, y la “madre” que pertenece a este último. El jugador que hace el papel de “madre” apoyará la espalda contra una pared y el resto de sus compañeros se colocará en fila en posición de ‘burro’; es decir, uno detrás de otro con la cabeza entre las piernas del compañero de delante, agarrándose fuertemente a ellas. Así hasta llegar al primero que pondrá su cabeza en el vientre de la “madre”. A continuación, los componentes del otro equipo irán saltando por turnos sobre la fila dispuesta, dejando sitio para que quepan todos encima. Lo harán uno a uno saltando por encima del final de la barrera intentando llegar lo más adelante posible. De ahí que para el primer salto se elija al jugador con mayor fuerza y habilidad. De esa forma podrá llegar más lejos y dejar suficiente espacio para que se coloquen el resto de compañeros. Todos se tendrán que quedar en el sitio en que caen, tan solo se podrán ayudar con las manos en el impulso inicial. En caso de no lograr ‘meter’ al equipo completo encima perderán y pasarán a ocupar el lugar del equipo contrario. Cuando el último jugador ha saltado, y siempre que los de abajo hayan resistido el peso (sin derrumbarse), uno de ellos (normalmente el que se encuentra más cerca de la “madre”) realiza la siguiente pregunta en voz alta: ¿Churro, media manga, manga entera?, o “¿Tijera, navaja, ojo? u otra frase similar según la zona donde se juegue, al tiempo que con su mano ejecuta una figura con una de las tres posibilidades. Si el equipo que está debajo acierta será el que salte la vez siguiente; si no, lo volverá a hacer el que se encuentra arriba. En teoría no puede haber trampa porque la “madre” pertenece al equipo que está debajo y siempre está viendo la figura hecha por el contrario. Decimos esto porque en algunas ocasiones, muy pocas, se aprovechaba para hacer otro tipo de “venganzas”, como las dirigidas al “empollón de la clase” (solo si era el típico “repelente”) o aquel que “peor caía a los demás”. En ellas hasta la “madre” mentía con tal de unirse al festejo.

El burro 01

Se trata de un juego que no precisa de grandes espacios y donde prima la actividad física: carrera, salto y resistencia. Eso si, requiere una buena colocación y agarrarse fuerte al compañero para no deshacer la fila del equipo que está debajo. Para el que salta tiene un doble objetivo: uno físico, consistente en lograr colocar a todos sus jugadores a “caballo” del contrincante, y otro, una vez conseguido, que los adversarios no adivinen la posición que se marca con el dedo o con el brazo. Aunque no existe un número máximo de participantes, se aconseja no pasar de cinco por equipo con el fin de no provocar magullamientos en las espaldas del que está debajo. Una práctica bastante usual, picaresca por otra parte, suponía el pacto “secreto” entre los jugadores del equipo que salta para hacerlo sobre el contrario más débil físicamente, de modo que éste doblara las rodillas y se cayera. De esa manera podían seguir con un nuevo salto. Ahora bien, todo hecho con cierta prudencia, pues aguantar el peso de varias personas, amén del impulso recibido del salto, puede llegar a ser peligroso para la espalda de cualquiera. De ahí que fuese raro que lo practicasen las chicas, argumentando, no sin razón, que era… un juego… de “burros”.

La comba
Saltar a la comba o a la cuerda es un juego que viene muy bien como ejercicio físico. Se puede realizar de manera individual o en grupo. La forma más habitual es que uno o más participantes salten sobre una cuerda que se hace girar de modo que pase por debajo de sus pies y por encima de su cabeza. Si se practica de manera individual, es la misma persona quien mueve la cuerda y salta al tiempo. Si es en grupo (al menos tres personas), son dos las que voltean la cuerda mientras la tercera salta. La cuerda, elemento fundamental, debe ser de una longitud y consistencia que la hagan manejable. El juego suele ir acompañado de una canción para saltar a su ritmo. En la figura de abajo se muestran tres de las más conocidas: “Al pasar la barca”, El cochecito” y “La reina de los mares”. Si son breves sirven para señalar el momento de entrada y salida de la comba. Cuando son más largas, a los participantes les da tiempo incluso a entrar saltando de dos en dos o agacharse mientras la cuerda queda suspendida en el aire cada cierto número de saltos. Si el movimiento es solo de balanceo (de uno a otro lado a ras de suelo) se denomina “barca”. Además de proporcionar beneficios físicos, los ejercicios con cuerda son muy recomendables para determinadas personas y prácticas deportivas. Así por ejemplo es un método usual de entrenamiento en deportes como el boxeo, tenis o culturismo, pues desarrolla y fortalece los músculos de brazos y piernas, y el cuello y hombros se vuelven más firmes.

La comba 01

El origen del juego de la comba no está nada claro. Hay quien lo sitúa en los artesanos de la cuerda del Antiguo Egipto que se divertían saltando con ella, siendo emulados también por los niños. Otras referencias hablan como una de las actividades favoritas para festejar el año nuevo en la antigua China. Parece que Hipócrates, famoso médico griego (460-377 a.C.), recomendaba hacer ejercicios con la cuerda para mejorar la agilidad. De la época medieval existen pinturas que muestran a niños saltando a la comba tal y como se hace en la actualidad. En España, el salto de la comba es un juego popular tradicionalmente practicado casi en exclusiva por niñas. Hoy en algunos países existe una visión más abierta y universal y se considera una actividad aeróbica dirigida a niños y niñas con beneficios para la salud y el desarrollo armónico de quienes lo practican. Es uno de los juegos representado en el cuadro “Juegos de niños” de Pieter Brueghel (1560).

Las tabas
De nombre científico astrágalo, la taba es un hueso que se encuentra en el tarso. Se trata de un juego de destreza que consiste en lanzar unas tabas a modo de dados y una pequeña bola o piedra llamada “pita”. En la antigüedad se utilizaban como tabas los huesos de algunos animales como los pertenecientes a las rodillas de las patas traseras del cordero. La “pita” (similar a una canica) suele ser de cristal  o de barro. Normalmente una taba tiene cuatro caras: cóncava (con un hoyo muy pequeño en el centro), convexa (se parece a una panza), lisa (por su superficie) y con forma de S (con un pequeño hoyo en el centro), que reciben distintos nombres según el lugar: “hoyo, panza o tripa, liso y carnero”, “tripa, ocho, rey y panza”,…

Tabas 01El número de tabas para el juego varía de cinco a doce. Existen distintas modalidades. Una de ellas consiste en lanzar hacia lo alto las tabas y la “pita”, dejar caer las tabas, y recoger la “pita” antes de que lo haga también. A continuación se vuelve a lanzar la “pita” mientras se intenta mover las tabas de manera que quede hacia arriba la cara acordada previamente entre los jugadores. Todo tiene que hacerse muy rápido, pues la “pita” como ya hemos dicho no puede tocar el suelo. Luego, en una segunda tirada, se recogen las tabas colocadas por la cara correcta y al tiempo se intenta cambiar de lado aquellas que aún no lo están. La operación se repite para cada una de las cuatro caras de la taba hasta que se termine un ciclo. Si la “pita” cae al suelo se pierde turno. Si no se recoge ninguna taba o ésta no se corresponde con lo acordado también se pierde. Gana el participante que necesita menos lanzamientos para completar todas las jugadas.

Hasta hace no muchos años las tabas era uno de los juegos más practicado por las niñas. Todas tenían su pequeña colección. Su origen se remonta a la Antigua Grecia, pues aún se conservan esculturas, pinturas sobre mármol, y objetos como ánforas con representaciones del juego. En Roma, con la cristianización de mundo pagano, fue perdiendo popularidad con el tiempo. Aunque los niños siguieron jugando a las tabas como una prueba de reflejos y habilidad, grupos de adultos las utilizaban para apostar. Todavía hoy se sigue con esa práctica en países como Mongolia o Argentina (zona de la Pampa). En España se utilizó como juego de apuestas cuando los casinos o salas de juego estuvieron prohibidos. Se trata de uno de los juegos representados en el cuadro “Juegos de niños” de Brueghel (1560).

La peonza
Se puede jugar en solitario o en grupo. También conocida como trompo, conviene que su superficie esté más o menos lisa. Existen distintas modalidades, aunque lo más importante en cualquiera es saber “bailar” la peonza (girar sobre su eje). Con el fin de soportar los golpes de los contrincantes tradicionalmente se fabricaban de maderas duras. En la actualidad, con todo más masificado, se utilizan diferentes tipos y también materiales sintéticos. Su forma geométrica más normal es cónica, siendo primordial que su diseño propicie el mejor efecto de giro. El cuerpo termina en una punta de metal (ferrote, en Asturias) sobre la que se apoya. El cordel o cuerda enrollado en el cuerpo es el elemento que permite imprimir la rotación al tirar de él. A mayor rapidez al tirar, así lo será también el movimiento. Para evitar que el cordel se escape de la mano en el momento de lanzar la peonza, se suele anudar en su extremo una arandela o una moneda agujereada que impide que la cuerda salga disparada. Ésta se debe colocar perpendicular al eje del cuerpo, sujetando un extremo con el dedo pulgar y formando con la otra mano bandas paralelas hasta recubrir casi toda la superficie. Antes de efectuar al lanzamiento se sujeta el cuerpo con la palma de la mano y se agarra con fuerza el otro extremo del cordel para que no se escape. Justo entonces se coloca el dedo índice en la parte superior del cuerpo y el pulgar cerca de la punta o ferrote, para finalmente lanzarla, tirando hacia atrás del cordel, de pie o con el cuerpo encorvado (el impacto contra el suelo en este caso será menor). Se puede realizar con el ferrote mirando hacia abajo e imprimiendo un movimiento horizontal de giro con el brazo, o mirando hacia arriba, girando el brazo con una sacudida vertical hacia abajo.

Peonza 01Entre las modalidades practicadas algunas de las más conocidas son:
– Sacar objetos.- Se traza un círculo en el suelo y en su centro cada jugador coloca una canica, otra peonza o, más usual, una moneda. Después cada uno tirará por turno su peonza, la recogerá en la mano y la lanzará contra una de las monedas para tratar de sacarla del círculo. Una operación que puede repetir mientras la peonza siga girando. Si lo consigue se llevará la moneda. En cuanto la peonza deje de girar le corresponderá el turno al siguiente jugador.
Rompe peonzas: Se traza también un círculo en el suelo y uno de los jugadores colocará en el centro una peonza contra la cual se tirará. Aquel que falle el tiro la sustituirá por una suya.

Para asignar el orden de intervención existen diversas fórmulas: desde tirar una moneda a una raya trazada en el suelo y ver quien queda más cerca, hasta lanzar las peonzas y observar cual es la que más se aproxima. Cuando el juego exija poner en el suelo una peonza para “blanco” de los demás, se suele colocar una “vieja”, el único requisito es que se le pueda hacer “bailar”. Había quien tras comprar una peonza iba luego a una ferretería para que le quitasen el ferrote original y cambiarlo por otro más “picudo”, o como entonces se decía: “…de reglamento”, que producía auténticos estragos cuando golpeaba a las del “contrario”. Antes de demostrar las “cualidades” de una peonza a estrenar los primeros ensayos se solían hacer a escondidas, sometiéndola a todo tipo de pruebas: “hacerla dormir” en la mano, “zumbar”, poner a punto el “afilado”, elevarla en el aire y dejarla caer, llevarla al oído y chequear su sonido,… En fin todo un cúmulo de habilidades que al final se traducían en algo tan simple como… “hacerla ‘soñar'”.

De la existencia de peonzas se tiene conocimiento allá por el año 4000 a. C., pues se han encontrado modelos elaborados con arcilla en algunas excavaciones arqueológicas a orillas del río Éufrates, en la antigua Mesopotamia. En Roma y Grecia se jugaba a la peonza hace más de dos mil años; existe constancia en pinturas muy antiguas y algunos textos literarios donde se cita. Marco Porcio Catón, “Catón El Mayor” (234 -147 a. C.), político e historiador romano, ya citaba el juego en sus escritos. También el poeta Virgilio explicaba su manejo en unos versos de su obra “La Eneida”. En el Museo Británico se conserva un ejemplar de Tebas del año 1250 a.C. donde explican también su uso. Asimismo, en una inscripción encontrada en Beocia (cercana a Tebas) consta que un niño dedicó al dios Zagreo, avatar del Dioniso místico, dios del vino en quien se reencarnó, varios juguetes entre ellos una peonza (strobilo) con su látigo (cuerda). Platón, eminente filósofo griego (427-347 a. C.) menciona también en un fragmento de su obra “La República” a los strobilos. En el siglo XIV las peonzas estaban muy extendidas por toda Europa. Se trata de uno de los juegos representados en el cuadro “Juegos de niños” de Brueghel (1560).

Peonza 02

Hasta aquí algunos de los juegos tradicionales y populares más conocidos. Seguro que muchos los han practicado, aunque no tantos conocen el transfondo histórico o leyenda popular que les rodea. Unos juegos que ayudan y son importantes en el desarrollo social y emocional de los niños.
En un próximo post publicaremos una segunda entrega.


Padre, hijo y el pensamiento lateral

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Siguiendo la línea iniciada en otros post, a continuación planteamos otro problema de “pensamiento lateral” que tanto atraen a aquellos que buscan algo diferente. Acostumbrados a aplicar el recurso de la lógica, en estos casos la imaginación es el elemento clave. De ahí la importancia de tener la mente “abierta” a todo tipo de supuestos, tanto si son válidos como si no. De no hacerlo así, nos bloquearíamos de inmediato: ¡se necesita romper con el patrón “clásico” de pensamiento y buscar caminos alternativos!

Se trata de un “acertijo” muy conocido, algunos así también lo califican, que dice:
Antonio, padre de Luis, un niño de 8 años, sale conduciendo su coche desde su casa en Madrid en dirección a Valencia. Luis va con él. En el camino ocurre un terrible accidente. Un camión que venía en sentido contrario se sale de la autopista y embiste de frente al coche de Antonio. El impacto mata instantáneamente a Antonio, pero Luis sigue con vida. Una ambulancia de emergencia del hospital de Valencia llega casi de inmediato, advertida por quienes fueron ocasionales testigos, y el niño es trasladado al hospital.

Operación 02Nada más llegar, los médicos de guardia empiezan a tratar al niño para intentar salvarle la vida. Tras intercambiar opiniones y estabilizar sus funciones vitales, deciden que la condición de Luis es muy grave y no pueden resolver el problema. Necesitan consultar. Además, advierten del riesgo de su traslado a otro hospital por lo que creen que lo mejor es dejarlo internado allí.

Después de una junta de médicos, se comunican con el Hospital de Niños de Madrid y finalmente se asesoran con una eminencia en el tema a quien ponen en conocimiento de lo ocurrido. Como todos coinciden que lo mejor es dejar a Luis en Valencia, la eminencia decide que lo mejor es viajar directamente desde Madrid hasta allí. Y lo hace.

Al llegar, los médicos le presentan el caso y esperan ansiosos su opinión.
Finalmente, uno de ellos es el primero en hablar: ¿Cree usted estar en condiciones de salvar al niño?, pregunta con un hilo de voz.
Y obtiene la siguiente respuesta:
“¡Cómo no lo voy a salvar, haré todo lo posible, si es mi hijo!”

¿Como es posible?

Hasta aquí la historia. Tan solo dos aclaraciones para que no se alimente la divagación:
a) Antonio no es el padrastro, y
b) Antonio tampoco es un sacerdote.

Como se puede observar, nada de cálculos profundos, ni siquiera existen. Eso sí, se trata de un problema que ha generado mucha controversia. Pero insistiendo en que no hay ninguna trampa y que todo se encuentra a la vista. Como ya hemos dicho, los problemas de “pensamiento lateral” solo requieren caminos o “ángulos” distintos a los “normales”. Tanto es así que, cuando al final se da con la respuesta exacta, suele ocurrir una exclamación del tipo: ¡¡como no se me habría ocurrido antes”!!

Ver solución en “De Bixley a Quixley, pasando por Pixley, y los intervalos de tiempo”.

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A continuación mostramos la solución al problema planteado en el artículo “Los vecinos enfrentados y el parque común”.

En la figura de abajo se muestra el diseño de los caminos para que los tres vecinos en ningún momento se crucen en su salida, condición “sine qua non”.

Sin título-1


La cinta de Moebius y la topología

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En el post “Euler y los siete puentes de Königsberg” hicimos referencia a la topología como un tipo de geometría basado en la estructura de los objetos y no en las medidas, que suele ser lo habitual. Esta interesante rama de las Matemáticas, que también hemos citado en “Los vecinos enfrentados”, permite doblar, estirar, encoger, retorcer… siempre que se haga sin romper ni separar lo que ya estaba unido, ni tampoco pegar lo que estaba separado. Así, por ejemplo, en topología un triángulo es lo mismo que un cuadrado (podemos transformar uno en otro de forma continua); sin embargo, una circunferencia no es lo mismo que un segmento (habría que partirla por algún punto).

Un chiste habitual entre los topólogos es que “son incapaces de distinguir una taza de una rosquilla”. Algo que pudimos comprobar en uno de los ejemplos de “La conjetura de Poincaré” (ver figura superior) donde decíamos que dos figuras son homeoformas (la misma forma) cuando, con pequeñas restricciones que no vienen al caso, una se puede transformar en otra por un proceso de deformación.

Hecho este pequeño preámbulo sobre la topología daremos un paso más para hablar de la famosa “cinta de Moebius”. Para ello nos apoyaremos de nuevo en los mismos tres “vecinos enfrentados”, que en esta ocasión tienen un problema más difícil de resolver. Imaginemos tres pozos situados enfrente de sus casas a los que quieren acceder, pero debido a su fuerte animadversión sus caminos en ningún momento se pueden cruzar. Se trata pues de “salvar” la situación. Granjas y pozos 01O lo que es lo mismo, para ello se necesitaría trazar nueve líneas: A-1, A-2, A-3, B-1, B-2, B-3, C-1, C-2, C-3 que nunca se crucen (ver figura de la izquierda).

Tan solo pedimos que se intente durante un rato (no demasiado largo), pues en apariencia no tiene solución. Sin embargo, los tres vecinos se dieron cuenta de que si vivieran en una “cinta mágica”, algunos llaman así a la “cinta de Moebius”, su problema quedaría resuelto. Su diseñador, al que debe su nombre, la definió de la siguiente manera: “Si cogemos una cinta de papel y la unimos por sus extremos resulta un anillo; pero si a uno de ellos le damos media vuelta antes, retorciéndolo, y luego los pegamos, el resultado es otra ‘cinta’ con aplicaciones muy diferentes”.


Cinta de Moebius

Cinta de Moebius 01Si en el problema planteado hubiésemos colocado las casas y los pozos en el interior de una cinta de Moebius comprobaríamos que la solución es posible. Veríamos com el último escollo quedaría resuelto gracias a las propiedades inherentes a esta cinta “mágica”. En el dibujo de abajo se puede observar como el camino que va desde la casa A hacia la izquierda puede llegar al pozo 3 sin cruzarse con ningún otro… ¡solo que por lo que ‘parece’ la parte trasera! Alguien podría decir: “¡Se ha hecho trampa! Hemos llegado a todos los pozos, sí, pero a uno de ellos por el otro lado de la cinta. ¡Así…cualquiera!” A lo que Möebius seguramente hubiera respondido: “¿De que otro lado está hablando? ¡Solo hay un lado! Si ves dos lados en mi cinta, por favor píntame uno de azul y el otro de amarillo”. Son muchos los que han intentado, pero nadie lo ha conseguido. El resultado es que se empieza pintando con un color y se termina igual en el mismo sitio. Puedes comprobarlo: coge un lápiz, inicia el trazado de una línea en cualquier parte y, sin tocar ningún borde, sigue, sigue… y al final te encontrarás con que alcanzas de nuevo el punto de partida. Conclusión: ¡¡La cinta de Moebius tan solo tiene un lado!!; al contrario que una cinta normal, ‘cilíndrica’, que tiene dos.

Solución. Granjas y pozos. Problema

Solución al problema planteado entre los tres vecinos “enfrentados”, los caminos y los pozos.

Entre las propiedades de la cinta de Moebius cabe citar las siguientes:
1) Tiene una sola cara.

Si se colorea comenzando por la ‘aparentemente’ exterior, al final quedará coloreada toda la cinta. Por tanto, no tiene sentido hablar de cara interior y exterior.
2) Tiene un solo borde.
Se puede comprobar siguiendo el borde con un dedo y ver que se alcanza el punto de partida tras haber recorrido la totalidad del mismo.
3) Es una superficie no orientable.
Si se parte con una par de ejes perpendiculares orientados, al desplazarse paralelamente a lo largo de la cinta se llegará al punto de partida con la orientación invertida. O lo que es lo mismo: una persona que se deslizara ‘tumbada’ sobre ella, mirando hacia la derecha, al recorrer una vuelta completa aparecerá mirando hacia la izquierda.
4) Otras propiedades.-
Si se corta a todo lo largo se obtienen dos resultados diferentes según dónde se realice el corte. a) Si se hace en la mitad exacta del ancho de la cinta, se obtiene una cinta más larga pero con dos vueltas, y b) Si a esta ‘nueva’ cinta se la vuelve a cortar a lo largo por el centro de su ancho, lo que se consigue son otras dos cintas iguales entrelazadas. A medida que se van cortando cada una en este sentido se siguen obteniendo más bandas entrelazadas. Y así sucesivamente.


Vídeo explicativo que incluye algunas propiedades de la cinta de Moebius.

Como ya hemos dicho, en topología tienen poco sentido conceptos tan habituales como “ángulo”, “línea recta”, “área”… Entonces, ¿para qué sirve esta rama de la geometría? Plano MetroUn claro ejemplo lo tenemos en el plano del metro o línea de autobuses de una gran ciudad  con sus distintas estaciones y trayectos. Se puede observar que no es geométricamente exacto, la curvatura de sus líneas no coincide, su longitud no está a escala, ni tampoco la posición relativa de las estaciones. Sin embargo, se trata de un plano muy útil (de hecho, si fuera exacto sería muy engorroso de usar y poco práctico) que posee otro grado de ‘exactitud’: representa con ‘fidelidad’ la información necesaria para llegar a nuestro destino. Es lo que se conoce como “información topológica” y la cinta de Möebius uno de sus ejemplos.


“El quinto día”. Frank Schatzing

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El quinto día 03“El mar se ha convertido en una amenaza para la Humanidad. Las criaturas marinas invaden las costas. La naturaleza desafía al hombre. El pánico se extiende por doquier… Un equipo de científicos tratará de descubrir las causas de la catástrofe universal que se cierne desde los océanos, pero en el curso de su investigación se verán obligados a cuestionar sus más firmes convicciones, también las morales”. Un resumen más que correcto de esta interesante novela de ciencia ficción. Aunque utiliza términos científicos con relativa frecuencia, en pocas ocasiones llegan a aburrir. Desarrollada en diferentes escenarios, “El quinto día” tiene la habilidad de ir incrementando el interés en cada uno hasta alcanzar un cierto clímax para cortarlo justo antes de pasar al siguiente. Una máxima de las obras bien hechas que no siempre se consigue. Alcanza momentos de excitación, incluso de ansiedad, como durante el ataque de una manada de orcas, ballenas grises y jorobadas a un grupo de turistas en una visita de recreo. Sencillamente fantástico. Quizás su parte final se vuelva un poco reiterativa cuando trata de explicar los ataques de los “yrr”, la ‘nueva’ forma de inteligencia que amenaza la Humanidad. No es que resulte aburrida, al contrario, pero quizás inicia el desenlace de forma abrupta, perdiendo parte del suspense.

Sinopsis
En Perú, un pescador desaparece sin dejar rastro. Entretanto, los expertos de una empresa petrolífera noruega encuentran extraños organismos que ocupan cientos de kilómetros cuadrados del fondo marino. Y en las costas de la Columbia Británica comienza a observarse un inquietante cambio en el comportamiento de las ballenas. Algo ha hecho que las criaturas marinas se vuelvan contra el hombre.

Nada de todo esto parece tener una causa común, pero el biólogo Sigur Johanson sospecha que en estas anomalías hay algo más que una simple serie de coincidencias. Lo mismo acaba creyendo el investigador de ballenas canadienses León Anawak, quien llega a una preocupante conclusión: una catástrofe está a punto de suceder, y ésta podría poner en peligro la continuidad de la raza humana.

Lo desconocido se rebela. Una lucha contra reloj para salvar a la Humanidad. La búsqueda del origen de esta amenaza enfrentará a los biólogos con sus peores pesadillas. Un ambicioso thriller que no dejará indiferente a nadie.

Ataque ballena 01Ataque de una ballena austral a un yate de recreo en las costas sudafricanas en el año 2010.

Frank Schatzing, nacido en Colonia (Alemania) en 1957, persona polifacética: director de publicidad, músico, productor musical y apasionado cocinero, es desde mediados de los noventa un reconocido escritor. A su primera obra “Tod und Teufel” (1995) (“La muerte y el diablo”), le siguieron “Las sombras de la Catedral” (1996), “Hambre asesina” (1996), “El lado oscuro” (1997) y “Lautlos” (“En silencio”) (2000), que tuvo una gran acogida. Experto buceador, con “El quinto día” (2005), después de años de pensar en la idea central de la historia, ha visto cumplido su sueño. Best seller en Alemania, fue galardonada en su país con el premio a la mejor novela de ciencia ficción. No se trata de la clásica odisea espacial desarrollada en un futuro lejano; al contrario, sucede en nuestro planeta en el momento actual, y encierra un mensaje crítico contra nuestra sociedad por la forma de entender el ecologismo. Aunque ficción, también tiene mucho de divulgación científica. Con un original argumento nos introduce en las profundidades marinas, donde mamíferos como orcas y ballenas y algunos microorganismos están poniendo en peligro el ecosistema con sus bruscos cambios de comportamiento. Hasta el punto de provocar catástrofes de gran magnitud y la muerte de miles de personas. Bien construida, con detalladas descripciones (a veces excesivas), nos permite comprender ciertos secretos de nuestros océanos y de las plataformas petrolíferas marinas.

Hay quien sostiene que las ideas plasmadas en “El quinto día” se basan en la Teoría de Gaia, según la cual la atmósfera y la superficie de la Tierra se comportan como un todo donde la vida se encarga de autorregular las condiciones más importantes. Así, por ejemplo, en el caso de los océanos lo hace con la temperatura, composición y salinidad. Ideada por el químico James Lovelock (1969), fue el escritor William Golding, uno de sus mayores apoyos, quien le sugirió el nombre de “Gaia” (diosa griega de la Tierra). A Lovelock, que en 1965 había participado como asesor de la NASA en el primer intento para descubrir la posible existencia de vida en Marte, le había llamado la atención las grandes diferencias entre la Tierra y sus dos planetas más próximos. Una singularidad que le llevó a formular su hipótesis apoyada en que la biosfera autorregula las condiciones del planeta para hacer su entorno (temperatura y atmósfera) más acogedor a las distintas especies. Con anterioridad se suponía que la Tierra poseía las condiciones adecuadas para que se diese la vida y que lo único que había ocurrido, como consecuencia y responsabilidad de las formas que lo habitan, era una simple adaptación a las diferentes condiciones.

Hipotesis de Gaia 01Lovelock definió a Gaia como: “una ciudad compleja que implica a la biosfera, atmósfera, océanos y tierra; constituyendo en su totalidad un sistema cibernético o retroalimentado que busca un entorno físico y químico óptimo para la vida en el planeta”, confirmando así la existencia de un sistema de control global. Basaba sus argumentos en que la temperatura de la superficie había permanecido constante, a pesar del incremento de la energía proporcionada por el Sol. También, aunque debería ser inestable, la composición atmosférica y la salinidad de los océanos. Al principio, la comunidad científica no dio mucho crédito a su teoría; sin embargo, en los últimos 20 años parece que se está tomando más en serio. Para Lovelock, la verdadera amenaza consiste en alterar de forma drástica las zonas donde se encuentran los circuitos primarios de control del planeta, como el cinturón de las selvas tropicales y las plataformas continentales, postulando al tiempo que la vida fomenta y mantiene unas condiciones adecuadas para sí misma que afectan al entorno.

Uno de los momentos claves de la novela se desarrolla en las plataformas que extraen petróleo y gas natural de los yacimientos del lecho marino que luego se transportarán hasta la costa. El metano (CH4), el hidrocarburo más sencillo, gas incoloro, inodoro, muy inflamable, es el principal componente del gas natural y  procede de la descomposición de sustancias orgánicas. Con un potencial de calentamiento muy superior al dióxido de carbono (CO2) en la proporción de 21 veces mayor contribuye con fuerza al efecto invernadero. A altas presiones, como las existentes en el fondo del océano, forma hidratos sólidos (clatratos) en cantidades aún desconocidas, pero que se suponen muy grandes. Estos clatratos (combinaciones de hielo y metano) están considerados como una importante fuente potencial de metano, si bien hasta ahora no se ha podido realizar ninguna explotación comercial, pues existen serios problemas de inestabilidad y una posible inflamabilidad provocaría su salida a la atmósfera en forma de burbujas. Una hipótesis denominada “fusil de clatratos” sugiere que si a causa del calentamiento global se produjese un aumento de temperatura suficiente en estos “yacimientos”, el metano podría liberarse de golpe a la atmósfera y dado su enorme potencial de efecto invernadero calentaría la Tierra a niveles sin precedentes. Aunque todavía no peligroso, el incremento de la temperatura del agua de los océanos es ya una realidad. En un futuro su efecto podría traer consigo una fuga repentina en las reservas de hidratos de metano de incalculables consecuencias. ¡De ahí el apodo de “fusil”! Algunos hablan de que la temperatura media del planeta podría subir hasta 5ºC. Una teoría que podría explicar la causa del fuerte y rápido calentamiento en el pasado lejano de la Tierra, como el ocurrido en el período del Paleoceno-Eoceno hace 55 millones de años.

Burbujas de metano 01Burbujas de metano observadas por sonar ascendiendo desde el fondo marino del Ártico. Foto BBC News.

Al problema citado, de por si muy grave, habría que añadir otro tan importante si cabe. Al encontrarse la mayor parte de los clatratos acumulados en los fondos marinos, su escape espontáneo afectaría también a la zona de los taludes de alta pendiente que separan las plataformas continentales (cercanas a la costa y de poca profundidad) de las oceánicas (situadas a grandes profundidades). Una hipotética fuga general podría traer consigo que algún talud se desplomase sobre la llanura abisal provocando un desplazamiento del agua tan brutal, el llamado efecto Storegga, que daría lugar a un tsunami nunca visto (megatsunami) con olas de hasta 100 metros de altura y velocidades superiores a 400 Km/h que destruiría todo lo que encontrase a su paso. Suena a ciencia ficción, pero no es así. Aunque improbable, existen referencias en el pasado. Parece que hace unos 8000 años en Noruega, el efecto Storegga provocó un tsunami que inundó toda Islandia, Noruega, Dinamarca, y parte de Reino Unido y Alemania. Diversos estudios actuales colocan a la isla canaria de La Palma como próxima a sufrir un derrumbamiento de este tipo por los dos focos volcánicos existentes, cuya característica principal es que albergan en su interior agua de lluvia almacenada durante miles de años, lo que les convierte en potencialmente inestables. La última erupción ocurrida en 1949 ya causó un deslizamiento de tierra que abrió una zanja de 2 kilómetros de largo entre el este y oeste de la zona sur de la isla.

No hace tanto (2009), científicos de varios países afirmaban tener pruebas de que se estaba liberando metano desde los fondos marinos del Ártico, fenómeno que relacionaban con su calentamiento, el incremento del nivel del mar y la desaparición de los bloques de hielo. A pesar de que en su mayor parte se disuelven en el agua, otra parte se escapa a la atmósfera. Se han detectado frente a las costas noruegas más de 250 de estas chimeneas en el fondo marino a profundidades inferiores a 400 metros. A profundidades mayores los depósitos de metano permanecen estables debido a la menor temperatura y una mayor presión. Además, que el metano se disuelva en el mar tampoco significa que no alcance la atmósfera o que no tenga consecuencias.

Burbujas de metano 02Modo en que el metano se escapa del fondo marino. Foto BBC News.
Algunos de estos  supuestos se plantean en “El quinto día”, un título que hace referencia al día en que Dios creó los mares y los océanos. Una novela no muy al uso, que alerta, entre otras cosas, del calentamiento global de nuestro planeta. Algo extensa, en ocasiones con terminología científica, es también ágil y amena. Conforme a las ideas de la Teoría de Gaia, la actividad del hombre ha ido creando unas condiciones que empiezan a afectar al equilibrio que sostiene las formas de vida y los ecosistemas. Nos muestra un mundo al borde del Apocalipsis con la Humanidad acosada e incapaz de defenderse frente a un enemigo hasta entonces desconocido para el hombre: el mar. Interesante para los aficionados a la ciencia, lo es también para los amantes de las historias de aventuras. Suspense, acción, ciencia…. ficción; no le falta nada. Entretenida.


Canciones con historia: The Beatles. “Yesterday”.

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Artículo publicado inicialmente con el Nº 93 el 14 de diciembre de 2011, eliminado y vuelto a editar con el Nº 246 el 24/08/2015 por spam continuado durante varios meses.

The Beatles son sin duda la mejor banda de rock de todos los tiempos; si acaso alguien se les acerca esos son The Rolling Stones. Muchas de sus canciones forman parte de la historia, es muy difícil elegir una de un grupo que ha vendido más de 1000 millones de discos: ¡¡son tantas las que hemos tarareado y tantas las que alcanzaron los primeros puestos de las listas de éxitos¡¡ Me he decidido por “Yesterday”, pero bien podrían haber sido “She loves you”, “A Hard Day’s Night”, “Michelle”, “Help”, “Love me do”, “Please please me”, “Ticket to ride”, “All you need is love”, o cualquier otra de su primera época, por mencionar solo algunas. “Yesterday” es una de sus canciones más populares y una de las muchas obras maestras que incluye su discografía. Durante las décadas de los años 60-70 fue un verdadero himno para toda una generación veinteañera, y con el paso del tiempo, a medida que fuimos cumpliendo años, pasó a ser idolatrada por todas las edades hasta convertirse en lo que es hoy: todo un clásico.

“Yesterday” tiene una historia cuando menos curiosa. Parece ser que Paul Mc Cartney, durante una siesta en casa de su novia de entonces, soñó con una melodía y al despertarse se fue enseguida a interpretarla al piano para no olvidarse de nada. Luego, al pensar en la forma tan curiosa de cómo había surgido su inspiración, le entraron algunas dudas y se dedicó durante un tiempo a preguntar a la gente de su entorno musical si la conocían o les sonaba de algo. No quería escribir todavía su letra hasta no tener la seguridad de que no le había traicionado el subconsciente. Una vez despejadas sus dudas empezó a escribir una historia con un título, “Scrambled Eggs” (“Huevos revueltos”), que le duró muy poco. Al mostrársela a su productor musical, George Martin en esa época, éste le insinuó que una melodía tan buena debería tener un título mejor. Así nació “Yesterday” (“Ayer”), una de las más hermosas canciones de The Beatles y la primera composición oficial del grupo grabada solo por uno de sus integrantes. La incluyeron en su quinto álbum, “Help”, y, aunque solo había intervenido Paul, John Lennon y Paul Mac Cartney figuran como sus autores. Fue algo que decidió Brian Epstein, su famoso manager, que quiso que así fuese para no crear divisiones en el grupo. A Paul no le molestó el acuerdo en aquel momento pero no por mucho tiempo. El mismo Lennon,al que se le atribuía también el mérito sin ser cierto, tuvo que explicar en bastantes ocasiones que había sido McCartney quien había compuesto la canción en solitario.

Durante el rodaje de la película “Help”, del mismo título que su álbum, ocurrió una curiosa anécdota. En unos de los estudios se colocó un piano y de pronto Paul se arrancó a interpretar “Srambled Eggs”; algo que molestó mucho al resto de la banda y a Richard Lester, el productor de cabecera de sus películas, que estaban hartos de una canción que aún no tenía letra después de tanto tiempo pasándola por sus “narices”. El enfado fue tan grande que Lester le amenazó con quitarle el piano si no la terminaba de una “puñetera” vez. Y así fue. Si su melodía se compuso en el año 1964, la canción completa no vio la luz hasta el siguiente año, y en la tardanza tuvo mucho que ver las discrepancias que generó Paul al escribirla. También por el rechazo del resto del grupo a algo que no consideraban suyo. Según Lennon, la canción iba y venía pero nunca se acababa, por eso la titularon al principio “Huevos revueltos” en broma; otros dicen que así empezaba la primera estrofa hasta que decidieron que solo debía contener una palabra: “Yesterday”, algo que aún llevó su tiempo. A partir de ahí, McCartney comenzó a darle vueltas a las palabras y enseguida encajó la melodía. Se parecía muy poco al estilo por el que habían apostado: el famoso sonido Liverpool y le costó mucho convencer a sus compañeros para incluirla en un álbum. Las diferencias eran tan grandes que Lennon, Harrison y Ringo Starr no permitieron que se publicara como disco sencillo y solo accedieron a hacerlo en un LP (“Help!).

Paul McCartney, presentado por su compañero George Harrison, interpretando en solitario “Yesterday”.

“Yesterday” fue la canción más tocada en la radio americana durante ocho años consecutivos por lo que su popularidad era innegable. También la más versionada con gran diferencia, entre otros por artistas tan reconocidos como The Mamas and the Papas, Joan Baez, Frank Sinatra, Elvis Presley, Matt Monro, Ray Charles, Plácido Domingo y muchos más, hasta 1600. Aunque nunca ha estado olvidada, es una canción que ha vuelto a resurgir en los últimos años, llegando a ocupar el puesto 13 en la lista de la revista Rolling Stone de las 500 mejores canciones de todos los tiempos. En una encuesta realizada por la BBC Radio en 1999, fue elegida como la mejor canción del siglo XX. No han faltado voces críticas que la han calificado también como una canción empalagosa, sin embargo, algunos como Bob Dylan no tuvieron reparo en grabarla e incluirla en su propio repertorio, eso sí, sin que su versión fuera nunca publicada.

“Yesterday”

The Beatles durante la conferencia de prensa en el Hotel Fénix a su llegada a Madrid en julio de 1965

Cuando The Beatles comenzaron a grabar “Help!”, su quinto álbum, ya estaban en la cima del éxito. Habían pasado con rapidez de los pubs de Hamburgo al éxito masivo en los Estados Unidos, un trabajo agotador de conciertos y largas sesiones de grabación dirigidas por George Martin. En tan solo nueve meses compusieron, grabaron y publicaron el disco. En su cara B aparecía por fin “Yesterday”, una de las canciones más reconocidas de The Beatles y la más versionada de la historia. Paul interpretó este tema lleno de matices y melancolía con solo su guitarra y un cuarteto de cuerda. El álbum se abría con “Help!”, que Lennon compuso como un canto desesperado a la increíble reacción que habían recibido a nivel mundial en los últimos años. El cansancio ya empezaba a pesar en la banda, y John vio en esa composición una manera de desahogarse.

Se ha llegado a especular que Paul McCartney se pudo haber basado, de forma inconsciente, en la canción “Georgia On My Mind” de Ray Charles. También se la ha relacionado con otras composiciones, incluso con una canción napolitana del siglo XIX. Nunca se ha podido ser demostrar nada. Una vez que Paul dio con la palabra clave del título el resto del texto salió muy rápido. “Yesterday” es una balada melódica que habla sobre el amor de un hijo a su madre, Mary Patricia Mohin, que murió el 31 de octubre de 1956, cuando él era un adolescente; alguien que reflexiona sobre su soledad emocional y lo plasma en una historia de amor. Como ejemplo está una parte de la canción que dice: “Why she had to go I don’t know she wouldn’t say, I said something wrong, now I long for yesterday” (Por qué tuvo que irse, no lo sé, ella no lo diría, dije algo mal y ahora anhelo el ayer).

Esta obra de arte no podía ser más que de los oriundos de Liverpool, un grupo que cambió la música y el mundo. Una canción que, como ya expliqué en otro post, me cogió en mi época de estudiante en la Universidad Laboral de Tarragona, justo el año en que The Beatles la publicaron y en el que incluyeron a Madrid y Barcelona en una gran gira mundial de conciertos únicos e irrepetibles. Nunca más volvieron, fue su primera y última actuación en España. Todo un acontecimiento.

The Beatles interpretando “Yesterday” y otras canciones en un concierto celebrado en Munich el 24 de junio de 1966.

Ray Charles en 1988 cantando en directo “Yesterday” con introducción previa al piano del movimiento Nº 7 Traumerei (Ensueño) una de las obras más conocidas de Schumann.



Descifrando mensajes: la máquina Enigma y la 2ª Guerra Mundial

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“Descifrando Enigma” (“The Imitation Game”), interesante película con 8 nominaciones a los Oscar 2015, premio al mejor guión, trae al primer plano a la 2ª Guerra Mundial donde grandes matemáticos tuvieron destacadas intervenciones que marcaron líneas de actuación muy importantes en el devenir de la contienda. Fueron, por ejemplo, los casos del inglés Alan Turing y su máquina Enigma, de enorme Descifrando Enigma 01trascendencia en la aceleración del final de la guerra, o la conjetura de Zarankiewich, colofón a un trabajo realizado por el húngaro Paul Turan, al que dedicaremos un próximo post.

Inventada en 1918 por Arthur Scherbius, un ingeniero alemán, la máquina Enigma es en esencia un artilugio electromecánico con un teclado parecido al de una máquina de escribir, donde las teclas hacen de interruptores, un engranaje mecánico y un panel luminoso con las letras del alfabeto. Su órgano principal, lo que hoy podría ser la CPU (unidad central de proceso) de un ordenador, lo formaban varios rotores en forma de disco circular plano conectados entre sí. Cada uno con 26 contactos eléctricos en cada cara, uno por letra del alfabeto, y cada contacto conectado a su vez por cable con otro diferente de la cara contraria. El mensaje cifrado se obtenía al resultar sustituidas las letras del texto original por las proporcionadas de forma automática por una determinada combinación de la máquina.

Al poder disponer cada rotor de un cableado diferente hacía que la secuencia de alfabetos de sustitución variase según cuales, y en que orden, se instalasen en sus ranuras (durante la guerra lo normal era que cada máquina tuviese un máximo de cinco rotores para utilizar tres en cada combinación). Esta disposición, conocida con el nombre de configuración inicial, se distribuía en libros de claves a los distintos usuarios a principios de cada mes a (con mayor frecuencia a medida que avanzaba la guerra). A diferencia de máquinas similares, el último rotor se conectaba a un reflector, una especie de cableado fijo que “reflejaba” la señal por los rotores, que permitía a su vez el descifrado. Es decir, si una determinada combinación indicaba, por ejemplo, que la letra A quedaba cifrada como una P; a la inversa, y en las mismas condiciones, una P era devuelta como una A. Este elemento, que no incorporaban las primeras versiones de Enigma, posibilitaba que la clave utilizada para el cifrado pudiera usarse también en el descifrado, de manera que, si la configuración fuese correcta, para obtener el mensaje original sólo había que introducir el cifrado.

Enigma 3 rotoresA la izquierda, una máquina Enigma de tres rotores; a la derecha, sencillo esquema sinóptico donde se muestra el diagrama de cableado para una letra cualquiera en el proceso de cifrado.

El interés por la criptografía comenzó en Alemania en la 1ª Guerra Mundial, aunque se detuvo tras el armisticio (1918). Durante la misma los departamentos de descifrado eran lo bastante avanzados como para interceptar la mayoría de los mensajes. Para el hallazgo de claves casi todos sus métodos se basaban en conseguir gran cantidad de textos cifrados y reconocer sus patrones mediante análisis estadístico. En realidad se trataba de un simple análisis de frecuencia que confiaba en que una letra sustituye siempre a otra distinta del texto original. Ahora bien, en ocasiones la situación se tornaba difícil de resolver. De ahí que a los responsables de cifrados se les recomendase utilizar no sólo la sustitución letra por letra, sino una clave más larga que provocase el fallo en las técnicas de descifrado (o al menos hacerlas mucho más complicadas). Una operativa que tenía también sus inconvenientes, a veces graves: ¡¡intercambiar mensajes con una clave larga requiere más tiempo y los errores son más probables!!

Al renacer el militarismo en Europa, en Alemania se reavivó el interés por los trabajos de Arthur Scherbius, creador de la primera máquina Enigma con rotores inspirada en los trabajos del holandés Hugo Koch. Introdujeron importantes mejoras, una de las más interesantes la adición de rotores intercambiables. La Marina fue la primera institución en utilizarla y luego otros organismos oficiales. Su influencia fue tal que en 1926 la firma Enigma desapareció del mercado pasando a estar bajo control del Estado Alemán. En ese momento disponía de tres rotores, a los que años más tarde se añadió un cuarto, luego cinco y posteriormente ocho, que la convirtieron en una máquina muy segura. Con sus rotores múltiples proporcionaba un modo sencillo de asignar un alfabeto de sustitución para cualquier mensaje (en el proceso de cifrado) y para un texto cifrado (en el de descifrado). Al tratarse de una máquina portátil, los operadores (ejército de tierra, submarinos, aviación, puestos de mando,…) disponían de un libro de instrucciones sobre como colocar los distintosSin título-3 elementos, unas posiciones que cambiaban cada poco tiempo. Era una técnica simple de crear patrones de sustitución similar a la empleada en el siglo XV (más tarde se denominó cifrado polialfabético) donde las partes afectadas intercambiaban una pequeña cantidad de información (equivalente a la clave) que permitía crear los distintos alfabetos (diferentes para cada letra). Una idea sencilla, pero eficaz, que hasta la aparición de los métodos estadísticos y el análisis de frecuencias costó siglos encontrar métodos fiables para romperla.

Sin embargo, a diferencia del sistema polialfabético, el problema de Enigma era que no tenía una longitud de clave elemental: los rotores generaban una sustitución alfabética en cada posición y su secuencia podía cambiarse solo con hacer girar uno o más rotores, su orden y posición relativa. Para darse una idea, en su configuración más simple disponía de un repertorio de 26*26*26 = 17576 alfabetos de sustitución (3 rotores y 26 letras cada uno) para una combinación y orden de rotores dado. Mientras el mensaje original no superara esas 17576 pulsaciones no habría un uso repetido de un determinado alfabeto. Además, su secuencia era diferente si los rotores fueran colocados en una cierta posición (ABC) u otra distinta (ACB), por ejemplo. Al poder permutarse sus posiciones, para el caso de tres rotores en tres ranuras se obtenían 3*2*1= 6 posibles combinaciones, que añadidas a las 26*26*26 (17756) de letras daban un total de 105456 (6*17756) alfabetos disponibles. Esto sirvió para catalogar a Enigma como una máquina muy segura.

Bletchley Park es el nombre de una mansión victoriana reconvertida en instalación militar durante la 2ª Guerra Mundial que albergó, y de la que tomó su nombre, la Escuela de Códigos y Cifrados del Gobierno del Reino Unido (GC&CS, por sus siglas en inglés), responsable del descifrado de códigos de la red alemana “Enigma”. La película “The imitation game”, protagonizada por Benedict Cumberbatch, uno de los actores de moda, en el papel de Alan Turing, un excelente matemático, y Keira Knightley en el de Joan Clarke, también brillante matemática que trabajó junto a Turing, aunque contiene algunos fallos documentales deja muy clara su decisiva contribución en la victoria aliada.

Bletchley Park 01Mansión de Bletchley Park en la que estaban destinados Alan Turing y su equipo de colaboradores encargados de descifrar los códigos de la red alemana “Enigma”.

Durante la invasión de Polonia en 1939, el ejército alemán había aumentado la seguridad de la máquina Enigma pasando de tres rotores y tres ranuras a incorporar otros dos rotores más y utilizar tres de los cinco en cualquier momento. Fue entonces cuando el equipo dirigido por Alan Turing en Bletchley Park tuvo que enfrentarse a los problemas creados por la gran cantidad de variaciones de cifrado que presentaban los mensajes alemanes. Poco antes de la guerra, los británicos se habían reunido con los polacos. Éstos ya habían conseguido hacerse con un modelo Enigma más simple en 1929, lo que les había permitido avanzar en la penetración de su código.  Sin embargo, al cambiar a máquinas con más rotores dichas técnicas dejaron de ser efectivas y convirtieron a Enigma en poco menos que indescifrable. Fue en su trabajo en el que se basó Turing al inicio, pero con un enfoque distinto y un éxito relativo: aunque en solo tres meses logró descifrar el código, no lo hacía con la suficiente rapidez como para automatizar el proceso. Fue entonces cuando decidió diseñar su propia máquina, apodada “Bombe” (“La Bomba”), que entró en funcionamiento en la primavera de 1940.

La tarea principal de Turing y su equipo consistía en descubrir los ajustes de códigos, a veces diarios, de las máquinas Enigma de las redes militares alemanas. En especial los rotores en uso, su posición, ajustes de anillos del alfabeto y el cableado del clavijero o cuadro de conexiones. Para ello se instaló la primera batería de “Bombes” en Bletchley Park. Arrancó con mucha fuerza pues todos estaban ansiosos por introducirse de una vez en el “corazón” de los cifrados alemanes, en especial los enviados por los submarinos que operaban en el Atlántico Norte. Eran los más importantes, su código disponía de mayores niveles de seguridad y causaba estragos en las filas aliadas, sobre todo en la marina mercante y los grandes convoyes de provisiones y materiales. Sus comunicaciones estaban soportadas por Enigmas con hasta ocho rotores en lugar de cinco y el número de combinaciones posibles aumentaba de manera exponencial con respecto a modelos anteriores. Pero tras la captura de unos documentos en los que se encontraban anotadas las claves para el mes de febrero de 1941 y los importantes avances hechos por Turing y su equipo pudieron componer el sistema de cifrado utilizado completo. Con el fin de que los dispositivos “Bombe” pudieran funcionar con este código, para  poder descifrar el mensaje desarrollaron una técnica estadística que posibilitó conocer la identidad de cada rotor en la máquina de origen antes de aplicarlo a la suya. ¡¡Fue un éxito rotundo!!

Bombe de TuringDispositivo “Bombe” de Turing.

Los dispositivos “Bombe” eran grandes bloques de más de dos metros de altura y anchura parecida que empleaban relés electromecánicos para verificar las potenciales configuraciones de Enigma. El tic tac permanente de sus relés fue el que hizo que se les apodara de esa manera. A pesar de su velocidad era imposible verificar la enorme cantidad de posibles configuraciones de Enigma en un tiempo razonable, de modo que el equipo de Turing se puso a trabajar en como reducirlo de forma significativa. Diversas casualidades, algunas en apariencia inocuas, dieron pistas interesantes para avanzar en la penetración. Así, por ejemplo, se supo que ninguna letra se podía codificar como sí misma: ¡¡una A nunca podría convertirse en una A!! Otra técnica asumía que expresiones comunes en alemán, como “Heil Hitler” o “por favor responde”, tendrían que aparecer con frecuencia en los textos: ¡¡Fue también una pista fundamental!! Todos estos supuestos y otros con éxito eran conocidos en Bletchley Park como “cribas”, pues con solo un fragmento “probable” no era raro que pudieran ser descifrados determinados mensajes. Hasta los propios alemanes fueron de gran ayuda ‘involuntaria’ en ocasiones. Así, en una de ellas, se solicitó a un operador alemán un mensaje de prueba que respondió tecleando una letra T de forma repetida, lo que hizo que un analista británico recibiese un largo mensaje sin una sola T: ¡¡enseguida se dio cuenta y comprendió lo que había pasado!! En otras ocasiones se pudo comprobar como ciertos operadores usaban una y otra vez las mismas configuraciones, que a menudo coincidían con sus iniciales o las de sus novias.

Todo este mar de tráfico interceptado desde Bletchley Park hizo que con solo utilizar las técnicas polacas originales se encontraran parte de los códigos empleados en el día a día. Ahora bien el grueso de la información se mantuvo impenetrable y pronto se evidenció que para lograr avances significativos era muy importante capturar elementos físicos de una máquina Enigma. Difícil labor porque los buques alemanes, como el resto del ejército, tenían órdenes de deshacerse de todo tras ser abordados. Pasaron largos meses sin resultados claros que por contra sirvieron para que, en base a la documentación obtenida, se pudieran confirmar las ideas de Turing sobre el funcionamiento de la máquina. ¡¡Solo faltaba la “penetración” completa!! Un golpe espectacular que ocurre el mes de mayo de 1940 con la primera captura de un submarino con su máquina aún conectada cuando fue registrado. Con la batería de “Bombes” a pleno rendimiento las consecuencias fueron demoledoras: los submarinos alemanes empezaron a caer con relativa facilidad y con ello, poco a poco, el resto del entramado Enigma. 

Equipo de Turing 01Alan Turing (Benedict Cumberbatch), Joan Clarke (Keira Knightley), y el resto del equipo en una escena de la película “The Imitation Game”, esperando absortos el resultado de los trabajos de sus dispositivos Bombe.

En febrero de 1942 los alemanes agregaron un cuarto rotor a sus máquinas para enviar los mensajes más delicados. Fue el momento de mayor intensidad que alcanzó la codificación durante la guerra al que Turing respondió aumentando la eficiencia de sus “Bombe”. Gracias al equipo de Bletchley Park, los aliados conocían las intenciones los alemanes mucho más de lo que éstos  jamás llegaron a sospechar. Sin embargo, debían tener mucho cuidado en que sus sorprendentes ataques no delataran su capacidad de intercepción de las comunicaciones alemanas. ¡¡Era un riesgo muy peligroso!! sobre el que una mínima duda haría que aumentase el nivel de codificación y tener que comenzar todo de nuevo. De ahí que, en ocasiones, ante determinada información sobre ataques inminentes se optase por no tomar medidas extremas. Un uso restringido que funcionó perfectamente y que hizo que los alemanes nunca sospecharan que el código Enigma se había roto: ¡¡creían imposible que alguien pudiese hacerlo!! En todo caso, culpaban de las pérdidas “anormales” a los espías británicos infiltrados en sus filas.

Alan Turing (1912-1954) fue un genio del siglo XX. Considerado por algunos el padre de la inteligencia artificial, en 1936 desarrolló su “máquina universal”, precedente del ordenador, participando tras la guerra en la creación de las grandes computadoras británicas. Tuvo un penoso final. En 1952 las autoridades británicas entraron en su vivienda con la intención de investigar una denuncia por robo. Al final le acabaron arrestando bajo la acusación de “indecencia grave” por ser homosexual, conducta ilegal que suponía una grave condena. Los oficiales de policía no tenían ni idea de que se encontraban ante un héroe de guerra, pionero de la informática actual, principal artífice del descifrado de códigos de la máquina Enigma.  Turing en ningún momento se defendió de sus cargos. Condenado a un tratamiento hormonal, fue encontrado muerto en junio de 1954. Se dictaminó suicidio por arsénico tras comer una manzana envenenada. Pero hay quien lo considera un caso abierto y no se descarta el asesinato. En 2009, Gordon Brown, primer ministro británico, leyó una disculpa pública en nombre de su Gobierno: “Su tratamiento fue injusto, y me agrada tener la oportunidad de decir cuanto siento, cuanto sentimos todos nosotros, lo que le ocurrió”. Sin embargo, en 2012 el gobierno de David Cameron denegó el indulto aduciendo que la homosexualidad era considerada entonces como un delito penal. Finalmente, en la Nochebuena de 2013,  la Reina Isabel II le concedió el indulto que le exoneraba de toda culpa.

La noticia de que el cifrado de Enigma había sido roto durante la guerra permaneció en secreto hasta finales de los años 60 y con ello el esfuerzo de muchas personas. De no haber sido por la destacada intervención de Alan Turing y su equipo (existe gran consenso al respecto) el curso de la guerra podría haber sido muy distinto: desde que Inglaterra hubiera caído en manos de los alemanes, hasta que se hubiera retrasado, incluso fracasado, el desembarco de Normandía, y el conflicto alargado dos o tres años más con consecuencias imprevisibles. ¡¡Fue una gran noticia!!


De Bixley a Quixley, pasando por Pixley, y los intervalos de tiempo

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Un acertijo del genial y polifacético, también discutido, Sam Loyd, consumado y creativo ajedrecista, amante de los rompecabezas como el Tamgram, y un apasionado de las Matemáticas Recreativas. Aunque tenga otra apariencia, en esta ocasión nos plantea un problema sencillo que, sin ninguna de sus connotaciones, tiene un cierto parecido con los conocidos trabalenguas. Dice así:

Trabalenguas 01He aquí un bonito problema que se me ocurrió durante un viaje de Bixley a Quixley que hice a lomos de una mula. Le pregunté a Don Pedro, el guía nativo que caminaba delante de mí llevando a mi mula de las riendas, si mi cabalgadura podía avanzar a otro paso. Me dijo que sí, que tenía que andar mucho más lento, por lo que proseguí mi viaje a velocidad uniforme. Para estimular a Don Pedro, responsable de mi único poder impulsor, le dije que entraríamos en Pixley para tomar algún refresco. A partir de ese momento él no pudo pensar en otra cosa más que en Pixley.

Cuando llevábamos cuarenta minutos de viaje le pregunté cuánto camino habíamos recorrido, y Don Pedro replicó: “La mitad de la distancia que hay hasta Pixley”.

Cuando habíamos cubierto siete millas más, le pregunté de nuevo: “¿Qué distancia hay hasta Quixley?”. Me contestó, como antes: “La mitad de la distancia que hay hasta Pixley”.

Llegamos a Quixley en otra hora de viaje, lo que me induce a pedirles que determinen la distancia que hay entre Bixley y Quixley.

La solución en un próximo post”.

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A continuación mostramos la solución al problema planteado en el post “Padre, hijo, y el pensamiento lateral”.

La eminencia médica no puede ser otra que la madre de Luis, el niño accidentado. Algunos habrán acertado, pero es muy posible que bastantes no. A veces, cuando un problema no contiene información suficiente, al menos en apariencia, se necesita avanzar en distinta dirección a la “habitual”. Es entonces cuando se habla del pensamiento lateral, un tipo de razonamiento que en ocasiones nos hace exclamar: ¿cómo no se me había ocurrido antes?

Las apariencias engañan 04En el caso que nos ocupa tenemos tan interiorizado que con el término “eminencia” o figura relevante nos estamos refiriendo a un hombre, que apenas le damos opción a la mujer. De ahí la necesidad de pensar de “forma lateral”, aunque estamos seguros que ante una alternativa explícita nadie dudaría en aceptar que una eminencia puede ser tanto hombre como mujer. Es más, es muy posible que las mujeres que no han logrado resolver el acertijo, al conocer la solución se hayan sentido desilusionadas con su conducta en cierto modo machista, que tanto condenan a menudo.


Los Beatles 50 años después: conciertos de Madrid y Barcelona 1965

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Año 1965. Importantes acontecimientos estaban por ocurrir. A nivel internacional, fue el año en que murió Winston Churchill, premier británico, uno de los líderes más influyentes durante la 2ª Guerra Mundial; del asesinato de Malcolm X, destacado activista USA, firme defensor de los derechos afroamericanos, coetáneo de Martin Luther King aunque bastante más radical; o del lanzamiento de la primera bomba de napalm, que tantos horrores causó entre la población en la guerra de Vietnam. Pero también fue un año clave en la historia de la música en España. Cuando El Cordobés triunfaba en los ruedos con sus maneras poco ortodoxas, Brigitte Bardot imponía sus cánones de belleza o Concha Velasco se convertía en la chica ye ye , algunas emisoras de radio y revistas especializadas seguían con gran atención los nuevos ritmos triunfantes en USA y el Reino Unido. Además, un turismo en pleno desarrollo facilitaba el intercambio cultural de los jóvenes, que TVE, que había empezado a emitir en 1956, se encargaba de propagar junto a las ‘excentricidades’ de la nueva ola de hippies y ‘melenudos’.

Fue también un año de madurez para la radio y la industria discográfica. Hacía algún tiempo que el mundo de la canción ligera y folklórica venía confluyendo con los jóvenes grupos del pop-rock español, pero la revolución musical en todo el mundo entraba en su período álgido. Iniciada en gran parte por Los Beatles, la ‘explosión’ de conjuntos hizo que los grupos españoles se decantaran por el beat británico. A los ya consolidados Dúo Dinámico, Los Relámpagos, Los Mustang o Micky y Los Tonys se le sumarían otros como Los Ángeles, Los Brincos, Lone Star, Los Sírex o Los Pekenikes. Todos con una característica común: poner de moda lanzar sus mejores éxitos durante las vacaciones de sol y playa, y con ello el arranque oficial de la llamada “canción del verano” precisamente en ese año 1965.

Pues bien, es en ese contexto cuando en el mes de julio se produce el desembarco de Los Beatles para actuar primero en Madrid en la plaza de Las Ventas y al día siguiente en La Monumental de Barcelona. Un acontecimiento muy esperado que muchos seguimos con pasión desde la atalaya de la Universidad Laboral de Tarragona. Fueron sus únicas actuaciones en España en toda su carrera musical, si bien antes ya se habían convertido en los grandes ídolos de la gente joven imponiendo un nuevo look y su forma de hacer música. Una España que les recibe entre alborozada y recelosa al ritmo de aquella estrofa que hoy pudiera parecer política, y que en realidad no lo es, que decía: “izquierda, izquierda, derecha, derecha, adelante, hacia atrás, un dos, tres”: los pasos de baile de la canción “La yenka” de Johnny & Charley, un éxito tan fulminante como fugaz, gran triunfadora también en aquel verano.

The Beatles. Barajas 03Los Beatles bajando las escalerillas del avión a su llegada al aeropuerto de Barajas.

Más que centrarnos en la actuación musical de Los Beatles, que abordaremos de forma colateral (no fue lo más importante), merece la pena recordar algunas de las anécdotas que les rodearon y que forman parte importante de la historia musical de nuestro país. Corría la tarde del 1 de julio de 1965, hace ya 50 años, cuando llegaron a Madrid para actuar al día siguiente en la plaza de Las Ventas. Cuatro jóvenes sin los que hoy es posible que el mundo musical fuese diferente. Especial mención merece el contexto histórico en que se enmarcó su visita a un país en momentos de cambio y de apertura hacia el exterior. Se decía que el Gobierno del general Franco, que trató de ningunearlos, no veía con buenos ojos la presencia de la banda: “Ni por lo que representan ni por las multitudes que convocan”. A su llegada al aeropuerto de Barajas procedentes de Liverpool ni se preocuparon de anunciarlos. Incluso los denostaron con epítetos como ‘degenerados’ y otros parecidos. El NO-DO (acrónimo de Noticiarios y Documentales), que siempre se proyectaba en las salas de cine antes de la exhibición de las películas, lo comentaba así: “La recepción que se les hace en Madrid no es apoteósica, pero en el aeropuerto se ha concentrado una juventud curiosa y alegre”. Bajaron las escalerillas del avión, saludaron a los grupos de jóvenes que de forma sorprendente habían conseguido colarse y, con el fin de evitar aglomeraciones, fueron conducidos con rapidez por la salida de las rutas nacionales. Aunque ocurrió un imprevisto que pudo tener consecuencias. Ringo Starr, su batería, se quedó rezagado firmando un autógrafo a un policía y al intentar conectar de nuevo con el grupo empujó a un agente, quien al darse la vuelta desenfundó su porra y estuvo a punto de provocar un conflicto diplomático. Menos mal que los gritos de advertencia de un avispado sargento llegaron justo a tiempo.

El mérito de que Los Beatles actuasen en España fue obra de Francisco Bermúdez, un conocido representante y promotor, quien por medios rocambolescos logró contactar con Brian Epstein, manager del conjunto. Fue bastante fácil y rápido, pues para su sorpresa se encontró con la curiosidad y el interés de la banda por actuar en nuestro país. El acuerdo se cerró en 900000 pesetas por los dos conciertos, lo que añadido al alquiler de los equipos y otros gastos organizativos elevó la suma a un total de 3000000 de pesetas. Si bien no ha trascendido mucho, se sabe que para poder montar los conciertos Bermúdez tuvo que pedir dinero prestado a uno de sus artistas representados: Raphael, el famoso cantante que en la actualidad sigue al pie del cañón. El permiso le fue concedido con solo siete días de antelación y el Gobierno intentó boicotearles hasta el último momento embargando las entradas y carteles hasta entonces. Al final no tuvieron más remedio que darlo pues acababan de ser condecorados por la reina Isabel II como Caballeros de la Orden del Imperio Británico y temieron que una negativa provocase un conflicto diplomático. Eso sí, se desplegó un enorme dispositivo policial por los alrededores de la plaza de toros, siendo uno de los comentarios más oídos: “Estábamos rodeados de ‘grises’, y aunque no pasó nada, sólo su presencia ya intimidaba”.

Los Beatles. Hotel Fenix 04. Bodegas Domecq 02Los Beatles durante la recepción ofrecida en el hotel Fénix por el alcalde de Jerez. Al fondo, en una réplica de las Bodegas Domecq, se pueden observar dos de los barriles firmados, en este caso por John Lennon y Paul Mc Cartney.

En Madrid, Los Beatles se alojaron en el hotel Fénix en las suites 123, 223, 323 y 423. Durante su primer día apenas salieron a la calle; tan sólo por la noche acudieron a un tablao flamenco acompañados del periodista Alfredo Amestoy. Aunque antes, en uno de los salones del hotel donde las conocidas Bodegas Domecq habían dispuesto una pequeña réplica de sus instalaciones, les fue ofrecido un vino por el alcalde de Jerez. Una recepción en la que, dejándose guiar por ciertas tradiciones de nuestro país, bailaron sevillanas, bebieron vino de jerez en un catavinos que extrajeron con la venencia, y hasta estamparon su firma en unos barriles. El NO-DO lo contaba así: “En Madrid se les depara la ocasión de firmar con sus nombres en los toneles de vinos de jerez. Hacen ensayos con la venencia y para ser la primera vez no están del todo mal”. Cuentan las crónicas que se retiraron bastante pronto. Tanto que existe una sabrosa anécdota protagonizada por El Cordobés, quien por iniciativa del diario Pueblo viajó ya entrada la noche desde Barcelona a Madrid para hacerse una foto con ellos. Según fuentes del hotel, un cruce de llamadas entre Ringo Starr y el matador de toros desencadenó un malentendido que hizo que éste se marchara muy cabreado. Al final, ni hubo foto, ni confirmación de la película que parece se estaba gestionando para rodar con la banda.

Al día siguiente, antes del concierto, ofrecieron la habitual rueda de prensa donde muchas de las preguntas versaron acerca de sus peinados. Lo comentaba el NO-DO de esta manera: “Hay muchos fotógrafos y operadores en la rueda de prensa que se celebra en el hotel donde se hospedan. Los objetivos apuntan principalmente sobre los tocados capilares”. Llegada la hora del concierto no bullía mucha gente por los tendidos de Las Ventas, ni se llegaron a vender todas las entradas. Se estima que asistieron unas 8000 personas. Influyeron diversas circunstancias o elementos disuasorios: desde su precio que oscilaba entre las 75 y 450 pesetas hasta el temor de los padres a la posible brutalidad policial. Muchos jóvenes, algunos incluso con entrada, se quedaron en casa por orden paterna. Así lo narraba el NO-DO con algo de ironía y mucho recochineo: “La actuación musical está anunciada en la plaza de toros donde salta a la vista que no hay un lleno. Junto al bullidor elemento joven, hay familias tranquilas y señores con barba, representantes del servicio doméstico y muchachas nerviosas de las llamadas fans. Y en el extremo de la barrera, familias completas con el nene”.

Cartel The Beatles-MadridEran las ocho y media de la tarde cuando dio comienzo el concierto. Su promotor Bermúdez había programado una larga lista de teloneros. Los Pekenikes, uno de los mejores grupos españoles del momento, fueron los últimos en actuar. Y es a las 22:10 horas cuando, por fin, salen Los Beatles por la puerta de chiqueros. John Lennon, que lucía un sombrero de ala ancha, saluda entonces y dice: ”Hello Spain. How are you”. Su actuación duró 35 minutos y tocaron 12 canciones, entre ellas muchos de sus éxitos. La iniciaron con “Twist and shout”, a la que siguieron “She’s a woman”, “I’m a loser”, “Cant buy me love”, “Baby’s in black”, “I wanna be your man”, “A hard day’s night”, “Everybody’s trying to be my baby”, “Rock and Roll music”, de Chuck Berry, “I feel fine”, “Ticket to ride”, para finalizar con “Long tall Sally”, de Little Richards. A pesar de que el respetable los pidió, no hubo bises. El presentador fue Rocco “Walter” Torrebruno Orgini, más conocido por Torrebruno, un cómico italiano afincado en España, artista polifacético, showman, actor, cantante, y presentador de TVE de programas de variedades como Gran Parada y Noche del Sábado y otros infantiles como La Guagua. Lo hizo a su ‘manera’: “Pues si, ha llegado el momento. Sí, queridas familias y amigos. Aquí están por primera vez los fantásticos, los únicos, Los Beatles”. Fue un comienzo que el NO-DO narraba así: “Por fin salen los melenudos al tablado. Algunos llevan sombrero ancho. Es una concesión al ambiente. He aquí un fragmento de su actuación y alguna fases de la reacción del público”, y ponía el siguiente colofón: “Pasaron por Madrid sin demasiada pena, ni demasiada gloria”.

The Beatles. Las Ventas 04Aspecto que presentaba la plaza de Las Ventas durante el concierto de Los Beatles el 2 de julio de 1965.

Además de ser una de las pocas personas que vivió en primera línea la mayoría de los acontecimientos, el único periodista que consiguió entrevistar a Los Beatles fue José Luis Álvarez. Director de la revista Fonorama en aquellos años, a continuación reflejamos algunas de sus impresiones de aquella tarde en una reciente entrevista en el periódico El Mundo.

“Desde el primer momento que llamamos a la puerta de su habitación en el Hotel Fénix, y detrás del guardaespaldas -que nos puso mala cara por la intromisión-, apareció un sonriente y afable Paul McCartney, que nos saludaba efusivo y sin ningún complejo, como si fuéramos amigos desde siempre. Nuestras dudas quedaron olvidadas, allí estábamos, nos presentamos y nos sentamos. Le dimos una de nuestras revistas anteriores y con ligeros comentarios comenzó a ojearla, hasta que vio un dibujo, de un lector nuestro, que había realizado una caricatura de Ringo -muy graciosa, por cierto- que le hizo reír. Ringo apareció en escena, quejándose, en broma, por ser siempre el hazmerreír de los demás”.

“Casi enseguida llegó George y un poco más tarde lo hizo John. Era como una reunión de seis amigos (me acompañó aquel día Roberto Sánchez Miranda, mi hombre de confianza), como si no fuera la primera vez que nos veíamos. La conexión fue inmediata, sencilla, muy, muy agradable. Se creó un ambiente tan cordial que hubiéramos podido estar horas y horas hablando, comentando, cantando… Sí, me hicieron cantar -no lo hago nada bien, pero tengo un puntito…-, y George dijo: ‘Bien, queda contratado, era lo que nos hacía falta’. Y entre bromas y comentarios fue pasando la tarde, hasta que Brian Epstein mandó a su ayudante para decirles que nos teníamos que ir a la plaza de Toros para la actuación”.

“¿Que cómo eran ellos? Cuatro amigos con gustos similares en música, ganas de pasárselo bien y que disfrutaban con lo que hacían, como jóvenes saben lo que les gusta a los jóvenes y hacen creaciones que calan directamente en el ánimo de todos por su sencillez y por su franqueza. Se les notaba ese deseo de tener más libertad, poder moverse con más tranquilidad por la vida”.

“Eran cuatro amigos alegres, con muchas ganas de vivir, con muchas ganas de pasárselo bien. Eran formales, no se les veía -o así lo vi yo- promiscuos, eran muy respetuosos…
-‘Oye Paul, abajo tenemos a unas amigas que quieren subir a saludaros…’
– ‘No, nada de eso, que después (nuestras mujeres o novias) nos tirarían de los pelos’”.

“Durante los momentos que pasamos con ellos no tomaron nada más que refrescos, y a una pregunta mía de por qué no querían salir a conocer Madrid, Paul -creo recordar que fue él- se levantó, se acercó a una de las ventanas, la abrió, se asomó… Gritos, gritos, llamadas, repetir su nombre, etc.
– ‘Por eso, ¿te parece poco? Si llego a bajar me comen vivo’”.

Jose Luis Alvarez y The Beatles 01José Luis Alvarez, con traje y corbata, con Los Beatles. Foto- portada de su libro “Los Beatles en España”.

Con motivo del 50 aniversario, José Luis Álvarez ha sido acusado de querer aprovecharse de las circunstancias al editar un disco de vinilo con la grabación del concierto “original” de aquel 2 de julio. Un material ansiado durante décadas que se suponía en su poder, pero que nunca había salido a la luz. ¡Nadie sabía si era verdad, se trataba de un bulo o tan solo una leyenda! Pero vayamos primero a 1965, cuando meses antes del concierto Álvarez establece contacto por primera vez con Brian Epstein, consiguiendo su autorización para entrevistar al cuarteto de Liverpool y, según él, también permiso para grabar en directo el show. Incluso asegura haber firmado un contrato para poder editarlo. Así lo cuenta, además de otros temas, a lo largo de una entrevista concedida al diario musical Efe Eme de la que extraemos algunas frases:

“A la rueda de prensa, en el mismo hotel Fénix de Madrid, donde también se alojaron, solo pudo colarse por las cocinas mi fotógrafo, Francisco Barahona. Nos negaron la entrada porque no teníamos carné de prensa, pero Brian Epstein se acercó al verme y me preguntó por qué no entrábamos. Cuando se enteró de la razón, se enfadó mucho con los porteros y ante su negación, dijo que o entrábamos o cogía a sus chicos y se iban”.

“Recuerdo algunas de las preguntas de la bochornosa rueda de prensa: “¿Os gusta España? ¿Y la paella?” ¿Conocéis al Cordobés? ¿No tenéis dinero para cortaros el pelo? Entonces, Roberto Sánchez-Miranda (mi ayudante en “Fonorama”) y yo atacamos preguntando sobre sus comienzos, su opinión sobre rock and roll, sus referencias, etc… y se giraron con cara de asombro, hay una instantánea muy buena de ellos con cara de asombro”.

“Al día siguiente, después de la famosa firma de barricas de vino de Jerez, pregunté a Epstein si había hablado con ellos para una posible entrevista para “Fonorama”, y mi inglés me jugó una mala pasa entendiendo que le llamase luego a las tres, cuando directamente nos citó a las tres en el hotel, y gracias a su gran flema y estupenda educación, no solo no se enfadó cuando nos presentamos a las cuatro, sino que se echó la culpa diciendo que seguramente se había explicado mal”.

“Cuando llego al hotel, la carcajada de los compañeros de prensa allí apostados fue general cuando dije que iba a entrevistar a los Beatles, que no concedían entrevistas (la última que dieron como banda fue para mi revista) y menos a un medio independiente como ‘Fonorama’, cuando allí estaban periodistas de ‘Pueblo’ o ‘ABC’. Al llegar a la habitación, un sonriente Paul McCartney nos estrechó la mano y nos invitó a entrar. Fueron casi cinco horas, más de charla entre amigos que entrevista, así lo definió Harrison. Los detalles de la extensa entrevista se pueden consultar en el número 14 de ‘Fonorama’, donde también se incluía una entrevista con Brian Epstein, quien colaboró en un montón de números posteriormente. La impresión que siempre tuve, y con detalles como el de Ringo, que regaló treinta tartas de manzana al personal del hotel, es que a pesar de ser muy jóvenes tenían una cultura, un trato y una educación exquisita”.

Los Beatles. Hotel Fenix 03. Rueda de prensaLos Beatles durante la rueda de prensa celebrada en el hotel Fénix de Madrid.

“Después de la rueda de prensa, los chicos se fueron a su cuarto mientras Roberto y yo nos reunimos con Epstein y le dije que me gustaría grabar el concierto, que podía ser un documento histórico; y así considero que es, aunque en aquella época los Beatles no gozaran de la popularidad y fama de ahora ni tampoco se publicaban directos ni despertaban el interés de hoy en día. Todavía no había montado mi sello discográfico, pero la idea ya me rondaba la cabeza, de hecho, con mi revista siempre llegaba a acuerdos con las discográficas del momento para regalar singles, cuando en aquella época una compañía de discos independiente era inimaginable, al poco tiempo nacería Cocodrilo Records. Se lo pensó un momento, me miró sonriente y me respondió que no estaría nada mal; entusiasmado con la idea formalizamos en poco más de seis líneas en una Olivetti que tenían en la recepción del hotel Fénix algo sencillo y entre amigos, y es que, hasta su muerte, fueron muchas veces las que vino a verme a España o subí yo a Inglaterra. Siempre con la condición de que podía hacerlo público exclusivamente con mi sello; firmamos un par de ejemplares y me marché a casa, ya que al día siguiente era el concierto y me esperaba un día duro”.

“Después de la entrevista, nos marchamos a la plaza pasadas las ocho con el show ya empezado. Los Beatles fueron a casa de unos amigos que vivían cerca de la plaza de toros de Las Ventas. Ellos nunca probaban sonido, no lo necesitaban. En el entreacto, después de la actuación de los Pekenikes, Epstein y yo montamos un equipo que constaba de un magnetofón Grundig de cuarto de pulgada y dos pistas, y cuatro micrófonos AKG con un pequeño mezclador; todo de lo que podía disponer por aquel entonces. Por cierto, se contó que tras acabar el concierto Brian Epstein no les dejó salir, pero nada más lejos de la realidad, fue él quien subió a las habitaciones a buscarles para ir a tomar algo pero estaban cansados, así que cogí mi coche y me fui con Epstein al Bourbon Street, un pub-club que estaba en la madrileña calle Diego de León.”

“El concierto sonó genial, a pesar de lo que mucha gente dice. Los Beatles fueron muy profesionales y el directo fue maravilloso, a pesar de los escasos medios técnicos y los menos vatios de los que se disponía en esa época. Todo el mérito de la calidad de sonido es únicamente suya. En el vinilo se ha respetado el sonido tal cual fue extraído de la bobina original, mientras que para el CD ha sido tratado digitalmente, pero siempre respetando la presentación de Torrebruno, los comentarios de los Beatles y una graciosa anécdota que Paul se arranca a contar en un macarrónico castellano”.

Al ser muchos los que dudan que se trate de la grabación de las bobinas originales, y también de su tardanza en publicarlas, José Luis Álvarez contesta con:
“No sabría darte una respuesta exacta, es algo que tenía casi olvidado hasta principios de los años ochenta cuando a raíz de la muerte de Lennon se empezó a crear el mito en torno al grupo, y se despertó un interés por este concierto, y lo busqué entre mis cintas. Hablé con mi amigo Manolo Díaz, por aquel entonces director de EMI España, que siempre se interesó, pero le prometí a Epstein que lo publicaría yo, y tampoco me he movido nunca por dinero. Además que Manolo se fue de viaje a Miami y ya se quedó en América y perdimos el contacto. Luego estuve muy centrado en mis programas de Radio Enlace, luego Radio 3… hasta que en 2008 me echaron junto con otros grandes periodistas en un ERE injusto, y fue cuando retomé la idea de publicar el concierto. ¿Por qué ahora? El cincuenta aniversario es una cifra redonda, y tras rescatar y publicar discos de Bruno Lomas, Los Relámpagos, Los Brincos, Ñu, Raza, The Vampires, Los Núcleos, Tennessee, Los Salvajes… hasta un total de más de cuatrocientos, a mis setenta y seis años creo que es la guinda a mi trayectoria y el mayor legado que podía dejar”.

Añadiendo:
“Creo que el sonido, como he dicho anteriormente, con Torrebruno y Paul hablando en castellano, y las fotos hablan por sí mismas. Cuando ellos nunca concedían entrevistas ni se dejaban fotografiar y menos posaban; en el vinilo, que viene acompañado del CD y un libro con fotos y textos, hay más de cincuenta fotografías inéditas en el hotel y el concierto que hizo mi fotógrafo Francisco Barahona. Y un montón de gente que estuvo allí puede dar fe. Si alguien pone en duda mi palabra, lo tiene muy fácil: que el 2 de julio, con motivo de su cincuenta aniversario y la publicación de la obra, no la compre ni la escuche”.

The Beatles. El Prat 01Los Beatles bajando las escalerillas del avión a su llegada al aeropuerto del Prat.

Sin embargo, recientemente se ha visto obligado a realizar una serie de puntualizaciones en el Facebook de la revista Fonorama, que lejos de aclarar las dudas las ha vuelto a poner sobre el tapete con su frase:
“Se ha desatado una crítica feroz contra mi persona y mi trabajo, poniendo en duda la autenticidad del concierto por mí grabado ese día. Yo aseguro que la grabación que yo hice fue auténtica, si bien lo que no puedo garantizar es que ‘alguien’ la haya podido manipular, e intentaré contar el por qué”.
Para a continuación dar una serie de explicaciones en las que no vamos a entrar porque la historia se ha tornado bastante rocambolesca abriendo las puertas a una posible manipulación de las cintas de la que se siente totalmente ajeno. Es más, afirma que en caso de que fuera así sería porque le hubieran dado el cambiazo sin darse cuenta.

Pero volviendo a los conciertos de Los Beatles, y a lo ocurrido entre bambalinas  aquel año 1965, lo cierto es que al día siguiente de su actuación en Madrid aterrizaron en Barcelona. Eran las cuatro y media de la tarde del 3 de julio cuando su avión llegó a una pista bastante alejada del aeropuerto de El Prat a la que sólo tuvieron acceso periodistas y fotógrafos. La bajada por las escalerillas no pudo ser más folklórica posando ante las cámaras con unas monteras de torero que les habían regalado. Luego se subieron a una limusina para su traslado hasta el hotel Avenida Palace, a cuya puerta les esperaba Joan Gaspart, ex presidente del F.C. Barcelona e hijo del empresario de la cadena hotelera HUSA. Cuentan que se ubicaron por parejas en las habitaciones 109 y 110, que a su vez comunicaban con la 111 que hacía de salón. Tras un breve descanso, a las siete de la tarde ofrecieron su clásica rueda de prensa, saliendo poco después por una puerta lateral que daba a la Rambla de Cataluña, evitando así a la multitud de fans. Leyenda urbana o no se dice que los pantalones de John Lennon acabaron tan arrugados que el propio Joan Gaspart se ofreció a cambiárselos por los suyos antes de empezar el concierto. Cartel The Beatles-BarcelonaA su actuación en La Monumental, que se inició las 22:45h de la noche, asistieron unas 18000 personas, bastantes más que en Madrid. Un espectáculo también presentado por Torrebruno, que contó entre sus teloneros con Los Sirex, conjunto que gozaba de bastante fama entonces. El repertorio musical duró 40 minutos e interpretaron un total de 12 canciones, las mismas que en Madrid. Así relataba al día siguiente el diario La Vanguardia la crónica del concierto:

“Ante un público tan numeroso como heterogéneo se efectuó anoche en la Monumental la anunciada representación de los ‘Beatles’ que constituyó un clamoroso éxito. El entusiasmo del público y, por lo tanto, su reconocimiento de las innegables cualidades artísticas que adornan al famoso cuarteto, fue no sólo ruidoso, sino que en algunos casos alcanzó expresiones delirantes. Los cuatro melenudos ídolos nos ofrecieron lo más caracterizado de su repertorio con esta mezcla de habilidad y audacia que distinguen su nada desdeñable espectáculo. Lástima que los aullidos de sus ‘fans’ hicieron perder a la representación muchos matices. Como quiera que los intérpretes fueron globalmente estimados por sus especialísimas características musicales no cabe duda de que la mayor parte de los espectadores pasaron un rato excelente, sólo enturbiado por el temor constante de que se produjera un ataque de histerismo colectivo en alguno de los numerosos grupos que demostraron, durante toda la función, una tensión nerviosa alarmante. Afortunadamente nada grave ocurrió y a las amenas características de la velada hay que añadir la nota pintoresca de los entusiastas en las más variadas y singulares reacciones”.

Como ha dicho Leslie, el veterano cantante y líder de Los Sirex: “La gente no paraba de cantar y no dejaban escuchar las canciones”. Sin embargo la versión que transmitió el NO-DO del acontecimiento fue muy diferente. También cierta parte de la prensa seguía afirmando que: Los Beatles habían pasado por España ‘sin pena ni gloria’”. Otro hecho anecdótico fue que para el reportaje del NO-DO se eligieron imágenes del concierto de Las Ventas de Madrid, evitando de ese modo las del lleno evidente en La Monumental de Barcelona. “En Las Ventas no llenaron porque la represión fue mayor en Madrid que en Barcelona. Hubo más despliegue policial y los grises cargaron en Madrid. Se temía que este concierto encendiera la protesta política”, señala el historiador Javier de Castro, autor del libro “Los Beatles. Made in Spain”.

The Beatles. La Monumental 02Aspecto que presentaba la plaza de La Monumental durante el concierto de Los Beatles el 3 de julio de 1965.

Una foto que daría la vuelta al mundo años después, y que no vio la luz en su momento, fue la realizada por Carlos Pérez de Rozas, periodista gráfico de La Vanguardia, en la que aparecen Los Beatles bromeando con dos ‘grises’. En ella se puede ver como Paul McCartney y John Lennon hacen el saludo militar, mientras George Harrison intenta peinarlos por encima de la gorra.  “Pérez de Rozas sabía que no iba a pasar la censura y ni intentó publicarla”, afirma De Castro. La historia se ha encargado de poner las cosas en su sitio y cincuenta años después los historiadores están de acuerdo en que: “Aquel concierto fue un hito y el primer signo de modernidad en la España del general Franco”, sigue diciendo Castro. “Estuvieron muy simpáticos, incluso posaron con los tricornios de la Guardia Civil, algo que nadie se atrevía a hacer en aquella época”, recuerdan desde el hotel.

The Beatles. Guardia Civil 01Los Beatles bromeando con una pareja de la Guardia Civil en el hotel Avenida Palace.

A mediados de la década de los años 60 se forjaron los primeros síntomas de un cambio social y cultural en España. Si bien no se puede decir que los conciertos de Los Beatles fueran uno de los desencadenantes, sí representaron el espejo de una situación y transformación inevitables. Por mucho que algunos se empeñen, no hubo ningún fracaso en sus conciertos de Madrid y Barcelona. Más bien el ritmo de la juventud se aceleró a partir de ese momento y medio siglo después seguimos recordando sus actuaciones una vez más. Marcaron un antes y un después en nuestra historia musical y como dice una de sus canciones: ¡Que noche la de aquel día!


Palmeras en la nieve. Luz Gabás

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Palmeras en la nieve 01“Palmeras en la nieve”, ópera prima de la escritora Luz Gabás, sitúa la narración en dos épocas muy distintas, la actual (2003) y años 50 y 60 del siglo pasado, y en dos lugares tan opuestos como Pasolobino, pequeño pueblo (ficticio) del Pirineo aragonés y la antigua colonia española de Guinea Ecuatorial, de manera especial en la isla de Fernando Poo (hoy Bioko) donde transcurre la mayor parte. El cultivo y la elaboración del cacao, la convivencia entre españoles y nativos, sus diferencias sociales, y sobre todo unos personajes complejos, forman parte de un entorno que camina hacia la independencia. Amor y rencores resurgen con fuerza dentro de una sociedad llevada al enfrentamiento a medida que cambia la posición de unos y otros. Al tiempo que reflexiona sobre la colonización, muestra también su lado más convulso. Bien construida, con diálogos fluidos, en ningún momento llega a aburrir. Si hay que ponerle un pero, quizás su parte final se desencadena de forma un tanto abrupta; si bien es cierto que en el arranque de su lectura ya nos pone en antecedentes.

Sinopsis
Es 1953 y Kilian abandona la nieve de la montaña oscense para iniciar junto a su hermano Jacobo el viaje de ida hacia una tierra desconocida, lejana y exótica, la isla de Fernando Poo. En las entrañas de este territorio exuberante y seductor, le espera su padre, un veterano de la finca Sampaka, el lugar donde se cultiva y tuesta uno de los mejores cacaos del mundo.

En esa tierra eternamente verde, cálida y voluptuosa, los jóvenes hermanos descubren la ligereza de la vida social de la colonia en comparación con una España encorsetada y gris; comparten el duro trabajo necesario para conseguir el cacao perfecto de la finca Sampaka; aprenden las diferencias y similitudes culturales entre coloniales y autóctonos; y conocen el significado de la amistad, la pasión, el amor y el odio. Pero uno de ellos cruzará una línea prohibida e invisible y se enamorará perdidamente de una nativa. Su amor por ella, enmarcado en unas complejas circunstancias históricas, y el especial vínculo que se crea entre el colono y los oriundos de la isla, transformarán la relación de los hermanos, cambiarán el curso de sus vidas y serán el origen de un secreto cuyas consecuencias alcanzarán el presente.

En el año 2003, Clarence, hija y sobrina de ese par de hermanos, llevada por la curiosidad del que desea conocer sus orígenes, se zambulle en el ruinoso pasado que habitaron Kilian y Jacobo y descubre los hilos polvorientos de ese secreto que finalmente será desentrañado.

Un excelente relato que recupera nuestras raíces coloniales y una extraordinaria y conmovedora historia de amor prohibido con resonancias de “Memorias de África”.

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Como complemento previo a su lectura nunca está de más un poco de historia acerca de una isla, Fernando Poo, y un país, Guinea Ecuatorial, que antes de alcanzar su independencia estuvieron bajo dominación británica y más tarde española.

De 1827 a 1843, el Reino Unido estableció su presencia en Guinea Ecuatorial para combatir la trata de esclavos fundando Port Clarence (hoy Malabo) y San Carlos, aunque no lo consiguió pues continuó bajo su presencia. Durante años ingleses y españoles se disputaron su control, pero fue en 1843 cuando Juan José Lerena y Barry, comandante del bergantín “Nervión”, proclamó la soberanía española de la isla, cambiando nombres ingleses por españoles y organizando la vida administrativa de la ciudad. Al tiempo prosiguió su labor de reconocimiento y explotación de las demás islas del Golfo de Guinea, volviendo a establecer la presencia española en Malabo. Más tarde, en 1885, la porción continental, lo que hoy es Río Muni, se convirtió en protectorado y en 1900 en colonia, año en el que un tratado firmado en París determinó los límites del territorio reconocido a España. Ambos territorios (insular y continental) fueron unidos en 1926 como la colonia de Guinea Española con capital Santa Isabel (hoy Malabo) en la isla de Bioko (antes Fernando Poo). Sin embargo, durante la primera mitad del siglo XX, España carecía de la riqueza necesaria para desarrollar una infraestructura económica consolidada. A pesar de todo se pusieron en marcha grandes plantaciones de cacao en la isla de Bioko con miles de trabajadores nigerianos importados como braceros.

En 1956 los territorios se organizaron como provincia del Golfo de Guinea y en 1959 adquirieron el estatus de provincias españolas ultramarinas, dividiéndose en dos: Fernando Poo y Río Muni. Como tal estuvieron regidas por un gobernador general con todos los poderes civiles y militares, celebrando las primeras elecciones locales ese año y eligiendo los primeros procuradores en Cortes ecuatoguineanos. En diciembre de 1963, las dos provincias se reunificaron como Guinea Ecuatorial y fueron dotadas de una autonomía limitada con órganos comunes para todo el territorio (entre ellos el cuerpo legislativo) y organismos propios en cada provincia. Aunque el comisionado nombrado por el gobierno español tenía amplios poderes, la Asamblea General de Guinea Ecuatorial tenía gran influencia en la formulación de leyes.

La primera Constitución de Guinea Ecuatorial se aprobó en referéndum popular el 11 de agosto de 1968 bajo la supervisión de observadores de la ONU, votando a su favor un 64% del electorado. Entre el 22 de septiembre y el 2 de octubre de ese mismo año se celebraron las primeras elecciones generales con el triunfo de Francisco Macías Nguema, que gobernó de manera dictatorial hasta ser depuesto, juzgado y fusilado por orden de su sobrino Teodoro Obiang, actual presidente, el 29 de septiembre de 1979. Cuando se proclamó su independencia de forma oficial (12 de octubre de 1968), Guinea Ecuatorial tenía uno de los mayores ingresos per cápita de toda África. Una de las labores más importantes que España ejerció de forma muy activa durante el tiempo de colonización fue conseguir una de las mayores tasas de alfabetización del continente y un notable desarrollo de su red de instalaciones sanitarias.

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Luz Gabás, actual alcaldesa de Benasque (Huesca), nació en 1968 en Monzón, un pueblo de la misma provincia. Estudió en Zaragoza y se licenció en Filología Inglesa. Más tarde ejerció como profesora de Escuela Universitaria, compaginando durante años la docencia con la traducción e investigación en Literatura y Lingüística. Su novela “Palmeras en la nieve” fue uno de los éxitos editoriales de 2012. La propia autora señala en su prólogo como los antecedentes familiares inspiraron gran parte de su trabajo. Así lo cuenta:

“Mi padre vivió en Guinea y su aventura late en la inspiración de esta novela. En 1953 emigró a ese lugar de palmeras, tierra ocre y hombre recios. Tenía tan solo 24 años y, como tantos otros españoles, decidió cruzar la Península y probar suerte en mitad de la selva tropical, un mundo mágico que no era el suyo y que, sin embargo, nunca pudo borrar de su mente”.

“A través de algunos emigrantes, llegaban noticias de que en Guinea había probabilidades de encontrar un buen trabajo en alguna de las plantaciones regentadas por colonos españoles. Los emprendedores soñaban entonces con ofrecer el sustento a sus familias con un salario imposible de conseguir en España, pero cuando llegaban a Fernando Poo o a Santa Isabel, además, quedaban seducidos por el color de un lugar que nada tenía que ver con el gris oscuro de nuestra Península”.

“A veces, cuando mi padre miraba las imágenes de aquellos tiempos, volvía a enamorarse de sus recuerdos, de la pasión de sus gentes, del olor de los cacaotales, de la intensa piel negra de los amigos que ni el tiempo pudo palidecer en su recuerdo”.

“Palmeras en la nieve”, que está inspirada en los españoles emigrados a Guinea Ecuatorial, tiene una cierta similitud con “El tiempo entre costuras”, aunque sus historias son muy distintas. Novela intensa, bien documentada, Luz Gabás siempre tuvo muy clara su idea, pues su inspiración le nacía desde dentro. ¡Solo necesitaba plasmarla! Esto comentaba en una de sus entrevistas: “Cogí una excedencia y decidí escribir una novela con la que siempre habíamos bromeado en casa por tratarse de una historia que era un diamante en bruto. Mi padre y mi abuelo emigraron a la isla de Fernando Poo, antigua colonia española, y los recuerdos que nos transmitían resultaban exóticos y evocadores. Así que me lancé a escribirla con la única obsesión de trascender lo local; que no fuera una acumulación de batallitas”. Al igual que hicieron algunos de sus familiares desde finales del siglo XIX hasta los años 70 del siglo pasado, más de 200 personas del valle de Benasque emigraron a la pequeña isla de Fernando Poo, a un país al que miles de españoles llegaron en tiempos no tan lejanos. “Es mucha gente para una zona como Benasque y la isla dejó su huella. Mi ambición era escribir la novela independiente de lo que ocurriera con ella, porque me daba mucha pena que se perdiera esa parte de nuestra historia”.

Finca Sampaka. EntradaEntrada que recrea a la finca “Sampaka” de “Palmeras en la nieve”.

Luz Gabás ha escrito una novela de superación y también de reflexión sobre el mundo colonial. “Palmeras en la nieve” nos habla de las relaciones personales, pero también del contraste de culturas en un entorno duro como el de Fernando Poo de la época. En cierta manera es una obra costumbrista, que refleja en cierta manera la evolución de un país y sus movimientos hacia la independencia. Se lee con facilidad desde el principio al final, a la vez que enseña, instruye y entretiene.


Canciones con historia: “Silence is golden”. The Four Seasons. The Tremeloes

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No es normal, pero tampoco inusual, que una canción alcance el éxito con dos grupos musicales distintos. Sin embargo, llegar a lo más alto, y hacerlo en breve espacio de tiempo no suele suceder. Justo lo que ocurrió en 1964 con “Silence is golden” interpretada por The Four Seasons, sus creadores, grandes triunfadores en América, y poco más tarde, en 1967, por The Tremeloes, competidores directos de The Beatles, que con una extraordinaria versión se encumbraron en Europa y también en USA. Dos versiones no muy diferentes y un éxito repartido en función de las áreas geográficas. Escrita por Bob Crewe y Bob Gaudio, uno de los integrantes de The Four Seasons, fue grabada como cara B de un single cuyo tema principal “Rag Doll” alcanzó el nº 1 en las listas Bilboard. Su titulo hace referencia a un famoso dicho suizo con el que se quiere estimular el silencio entre la gente, sobre todo a aquellos que a veces hablan de más y terminan luego lamentándose: “Sprechen ist silbern, schweigen ist golden” (‘El ruido es plata, el silencio es oro’).

Tras el gran triunfo logrado por The Four Seasons fueron muchas las bandas que incluyeron “Silence is golden” en su repertorio, pero ninguna con tanto éxito como el original. Hasta que tres años más tarde, The Tremeloes, un conjunto londinense que destacaba por sus “covers” (“versiones”) de canciones famosas, encontrándose de gira con The Hollies, una tarde decidieron realizar una versión para mostrarle a sus fans que su guitarrista Rick West era capaz de igualar el espectacular falsete de Frankie Valli, la inconfundible voz de The Four Seasons. Su interpretación resultó Silence is golden 01. Original 1967 Españaextraordinaria con el público puesto en pie que les ovacionó largamente. Hasta el punto que Tony Hicks, miembro de The Hollies, irrumpió en escena para conminarles con esta rotunda frase: “¡Un gran tema, tenéis que grabarlo, si o si!”. Quedaron tan impactados que decidieron hacerlo de inmediato, alcanzando a los pocos días de su lanzamiento el nº 1 en el Reino Unido en medio de las alabanzas de la crítica musical y el fuerte apoyo de las emisoras de radio. Un triunfo que se extendió más tarde a USA donde llegó al puesto nº 11 de las listas Bilboard Hot 100.

“Silence is golden”

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The Tremeloes interpretando en directo “Silence is golden” en uno de sus conciertos.


“Silence is golden” en la voz de Frankie Valli & The Four Seasons, sus creadores.

En la historia del rock si un grupo consiguió competir con The Beatles, además de The Rolling Stones, fueron The Tremeloes. Con un tipo de música similar lo hicieron en más de una ocasión durante la década de los 60. Todo comenzó en 1962 cuando la compañía discográfica Decca tuvo que decidir que banda joven lanzar al naciente mercado de la música beat. Dos fueron las finalistas: The Tremeloes y The Beatles, avalados éstos desde Liverpool por la ola de entusiasmo que desataban a diario en The Cavern Club, su local de referencia. Al final, Decca eligió a The Tremeloes que en aquel momento estaban integrados por Brian Poole, su espléndido cantante inspirado para casi todo en su ídolo el genial Buddy Holly, los guitarristas Alan Blakley y Riky West, el bajista y saxofonista Alan Howard y el batería Dave Munden. Todos muy acoplados todos, ¡como no!, a la arrolladora personalidad de Poole, que pronto cambió sus gafas estilo Buddy Holly por lentes de contacto y así poder competir a nivel de imagen con la moda que estaban imponiendo The Beatles, que obligados a seguir otro camino fichaban por la discográfica EMI. The Tremeloes publican su primer single, “Twist little sister”, en 1962, al que siguieron otros que iban a marcar la línea de estilo de sus primeros años: canciones llevadas al éxito por otros cantantes interpretadas con nuevos y espléndidos arreglos. Fue el inicio de una carrera fulgurante con un primer gran triunfo con su versión del genial tema “Twist and shout” (Nº 4 en las listas), antes popularizado por The Beatles, y originalmente por The Isley Brothers y The Top Notes, el primer grupo en grabarla.

Siguieron escalando puestos en las listas de éxito con sorprendente facilidad con versiones de temas famosos como “Candy man” (Roy Orbison) o “Someone, someone” (The Crickets). Sin embargo, en 1965 se produce una ruptura que parecía muy importante: Brian Poole, su figura principal, decide emprender su carrera musical en solitario. Contra todo pronóstico el cuarteto no lo acusa. Y no solo eso, sino que comienza la posiblemente mejor etapa de The Tremeloes. Cambian de compañía discográfica para fichar por CBS y en 1967 graban “’Here comes my baby” (Nº 4) (Cat Stevens), obteniendo un rotundo triunfo en América y el Reino Unido vendiendo más de un millón de copias. A continuación lanzan sin duda su mayor éxito, “Silence is golden”, con el que alcanzan el nº 1 en las listas británicas donde muestran el enorme poderío de sus armonías vocales, y terminan con “Even the bad times are good”. ¡¡Tres discos de oro seguidos!! Durante un tiempo resistieron en la cresta de la ola, grabando algún otro éxito comercial como ‘”My little lady” o “Suddenly you love me” (versión de “Uno tranquilo” de Riccardo del Turco), pero dependían demasiado de las composiciones ajenas. En plena era psicodélica lo intentaron remediar con un nuevo single, “Helule Helule” (Nº 14) y muy poco más, hasta que al final de los años 60 pasaron sin remedio a la retaguardia. Más tarde, ya lejos de su mejor época, con bastantes cambios en la banda y algún triunfo menor, continuaron incansables con sus giras durante las décadas siguientes interpretando sus viejos éxitos, a menudo acompañados por Brian Poole, y compartiendo cartel con otras estrellas de los 60.

The Tremeloes 04The Tremeloes en sus inicios.

¡¡Y que decir de The Four Seasons!! los creadores y primeros triunfadores con “Silence is golden”. Banda integrada por Frankie Valli, Tommy DeVito, Bob Gaudio y Nick Massi, su historia (va para más de seis décadas) abarca estilos musicales diversos: desde el típico sonido soul que les definió en los 60, pasando por un cambio de armonías vocales en la era disco, hasta conquistar Broadway y grandes teatros con la obra “Jersey Boys”, ganadora del premio Tony al mejor musical (Broadway); basada en su carrera, se estrenó en el año 2005 con gran éxito en todo el mundo. Hace muy poco (2014) ha sido llevada al cine por Clint Eastwood, reconocido actor y director, lo que habla, y muy bien, de su importancia en la música y su vida.

En 1964, antes que The Beatles “invadieran” USA, The Four Seasons eran los grandes dominadores en las listas musicales, siendo el primer y único grupo estadounidense en lograr tres Nº 1 consecutivos con “Sherry” (1962), al que siguieron “Big girls don’t cry” y “Walk like a man”, destacando sobremanera el extraordinario “falsete” de Frank Valli calificado por algunos de “estratosférico”. Fueron uno de los pocos grupos USA en llegar a lo más alto antes, durante y después del reinado de los “chicos de Liverpool”. Hasta el punto que su discográfica, aprovechando una supuesta “rivalidad” con The Beatles, lanzó un álbum titulado “The Beatles vs. The Four Seasons”, todo un artículo de colección cuya portada pregonaba un duelo titulado “La batalla internacional del siglo”. Sin embargo, nada más lejos de la realidad; a pesar de todo ese empeño en enfrentarles, ambos grupos se tenían una gran admiración.

Frankie Valli and The Four Seasons 2012Frankie Valli y The Four Seasons durante su actuación en The Royal Albert Hall (Londres) en el año 2012.

Cuando lanzaron “Silence is golden”, uno de sus mejores trabajos, su éxito quedó un poco oscurecido al ir en la cara B del single cuyo principal hit era “Rag doll” (nº 1 en las listas Bilboard). Aunque no pasó desapercibida, ocupó también las primeras posiciones, no consiguió llegar al nº 1 hasta tres años más tarde con la versión de The Tremeloes. Ambas de una calidad excelente, esta vez si que se puede afirmar que la versión llegó más alto que el original. Quizás en la interpretación de The Tremeloes existe una cierta dulzura que el original no acaba de transmitir; sin embargo, la fantástica voz de Frankie Valli y la espléndida armonía de The Four Seasons tampoco desmerecen nada. No cabe duda que “Silence is golden’” combina la sencillez de las melodías de los 60. Con una gran ejecución vocal, se puede decir que se trata de… ¡una canción de largo recorrido!


“Silence is golden” en una reciente interpretación de Frankie Valli & The Four Seasons.


The Tremeloes cantando “Silence is golden” (subtitulada en español) en un programa de TV.


Juegos tradicionales y populares (I), su influencia en la educación

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Los juegos populares y tradicionales practicados en la calle o en el colegio son algo que no debiera haberse perdido ningún niño, y más las generaciones actuales. Aparte de su valor cultural, tienen una gran influencia en su educación. Su papel va mucho más allá del juego en sí, está muy en línea con lo que hoy se denomina de forma un tanto llamativa: gestión por competencias (lo abordaremos en un próximo post). Teniendo en cuenta siempre que en el caso de los niños la piedra angular del proceso de aprendizaje es su conducta “motriz”, concepto que supera lo que es el propio movimiento en el juego para pasar a la comprensión de su conducta como una persona que actúa con un sentido y una intención.

Los juegos tradicionales se transmiten de generación en generación y tienen continuidad en el tiempo, mientras que los juegos populares son actividades lúdicas practicadas en cierto momento por un grupo importante de personas de una determinada población. Lo normal es referirse a ambos de manera indistinta. Forman parte de nuestro patrimonio cultural, adaptándose a lo largo de la historia a las características de cada lugar. Con este tipo de juegos el niño no sólo se divierte, sino que también desarrolla sus potencialidades físicas, intelectuales y sociales. Por desgracia, en la actualidad no gozan de buena salud; es más, existen claros signos de  decadencia, entre otros motivos por la acelerada revolución tecnológica y el sedentario estilo de vida de la sociedad actual.

Sin título-1 Es muy importante ofrecer a los niños juegos diferentes a los que hoy “marca” la publicidad. Frente aquellos en que prima el juguete (p.e. los electrónicos) donde es muy difícil compartir actividad e interacción con otras personas, es mucho mejor el enfoque basado en el entretenimiento y disfrute en compañía de los amigos, dando por supuesto que no deben estar exentos de movimiento o acción. A decir verdad, cada vez es más difícil jugar fuera de las casas, sobre todo en las ciudades donde se ha ido perdiendo un espacio difícilmente recuperable. Lejos quedan los tiempos cuando los hoy más adultos fueron niños y bajaban solos a la calle para jugar con sus amigos. Lo de menos era el juguete, ¡lo más importante era… el juego! Seguro que muchos se acuerdan de los partidos de fútbol en mitad de la calle que únicamente ‘paraban’ cuando alguien gritaba: ¡alto, que viene un coche! Si se quiere es un ejemplo extremo, pero muy válido para establecer una comparación. De no ser porque existen algunos signos de esperanza, si no se pone remedio los juegos tradicionales parecen abocados a desaparecer. Por fortuna hace algunos años surgió una corriente desde las escuelas y colegios que pretende recuperar, preservar, y dar a conocer este tipo de juegos. Incluso algunos organismos oficiales, que por fin se han dado cuenta de su importancia en la educación, también se han involucrado. Frente a una sociedad de consumo que amenaza en dirección ‘interesada’, un movimiento social, casi en ciernes, se resiste a su pérdida y que queden en el olvido.

Está demostrado que la cultura del juego en la calle o en la escuela nos enseña muchas más cosas que el juego en sí: respetar normas, organizarnos sin la autoridad del adulto, respetar turnos, tener amigos,…; en definitiva, nos enseña a… ¡vivir! O lo que es lo mismo, a… ¡educar en valores! Juegos que siguen siendo tan válidos como entonces, muchos niños… no pueden aprenderlos Antes, al tiempo que se establecía una correa de transmisión, los niños mayores se los enseñaban a los pequeños, pero ahora, al no poder salir solos a la calle, la cadena de aprendizaje se ha roto. Aunque solo fuese por su valor educativo y cultural se justificaría la necesidad de enseñar este tipo de juegos que durante miles de años han sido una escuela de formación física, casi la única, y de relaciones sociales. A continuación mostraremos algunos de los más representativos o conocidos, o que requieren cierta habilidad, si bien como dice un famoso dicho: “son todos los que están… pero no están todos los que son”.

Cuadro Juego de niños. Pieter Brueghel 03. NumeradoCuadro “Juegos de niños” pintado por Pieter Brueghel en 1560.

Antes de entrar en su didáctica hagamos un poco de historia haciendo referencia al famoso cuadro de Pieter Brueghel “El Viejo” titulado “Juegos de niños” que data de 1560. Estudiosos del mismo han cuantificado alrededor de 250 niños y 86 juegos representados, algunos aún vigentes como la gallinita ciega, las tabas, la peonza, el aro, el escondite… Hay quien opina que se trata de una alegoría a la infancia, pero hay respuestas de todo tipo. Una imagen cuando menos curiosa, tanto por el tema como por la razones (se desconocen) que llevaron al artista a pintar un cuadro en el que a primera vista se observa una extensa zona de una ciudad llena de niños dedicados a divertirse y jugar. Si bien, mirando con mayor atención, la realidad es que los niños no todos parecen tener todos ‘cara de niños’, sino que en muchos casos se asemejan a pequeños adultos. Ahora bien, de lo que no existe duda es que todos están disfrutando en compañía y con sus juegos.

Las canicas
También llamadas boliches, banzones (Asturias),… son unas pequeñas bolas de vidrio, arcilla, metal o cerámica. De ahí que se prefiera jugar en un suelo de tierra y no en terreno duro donde rebotarían demasiado. Se trata de un juego de puntería donde lo más importante es tocar a la canica contraria. No existe límite de jugadores, pero se aconseja no pasar de cinco. Existen varias modalidades, aunque solo describiremos una de las más usuales: el caso de dos jugadores (la más práctica) donde el resto puede ir rotando a medida que avanza el juego. ¡El objetivo final es ganarle canicas a los rivales!

Canicas 01Lo primero que se necesita es realizar un hoyo (“guá”) en el suelo de 5-8 cm. de diámetro y 3-7 cm. de profundidad. Para decidir el orden se marcará una línea a una cierta distancia (4-5 m.) desde donde cada jugador lanzará su canica. Aquel que la introduzca en el “guá” tendrá el derecho a comenzar el juego. Si nadie lo logra lo hará el que quede más cerca. Luego, el oponente colocará su canica en una zona más o menos establecida, no muy lejana. A continuación el primero en tirar, cogiendo su canica entre los dedos índice y pulgar (a veces dedos pulgar y medio), tras medir dos palmos y medio desde el “guá”, apuntará y lanzará contra la canica contraria. Si la golpea, tendrá que introducir la suya en el “guá”. Si falla, será el contrario quien lance su canica tratando de darle y en caso de conseguirlo meterla luego en el “guá”. Aquel que lo logre primero será quien se ‘quede’ con la canica del oponente. 

Las canicas es uno de los juegos tradicionales más antiguos. Si bien no se conoce su origen real, parece que se remonta hasta el Antiguo Egipto y la Roma Precristiana. Se han encontrado canicas en la tumba de un niño egipcio alrededor del año 3000 a.C y en la Antigua Roma era un juego infantil de gran popularidad. Los niños son quienes más lo suelen jugar; no así las niñas que lo hacen con mucha menos frecuencia.

La gallinita ciega
Practicado por niños y niñas, se trata de un juego para activación de los sentidos. Fomenta la atención táctil, ayuda a la cohesión y distensión en los grupos y resulta adecuado para promover y formar a los niños en nuevas amistades, y por tanto su inserción en la escuela. Tan solo se necesita un pañuelo o un trapo. Uno de los jugadores hace de gallinita ciega para lo cual se le tapan los ojos sin que pueda ver. El resto, formando un corro a su alrededor, comienza el juego con un diálogo igual o similar al siguiente:

“Gallinita ciega ¿qué se te ha perdido? (dice el corro)
Una aguja y un dedal
(contesta la gallina)
Pues da tres vueltas y los encontrarás
(dice el corro)
Una, dos y tres
Y la del revés”.

La gallinita gira entonces tres vueltas sobre sí misma (a veces la ayuda un compañero) y, luego, con los brazos extendidos, intenta coger a alguien del corro. Todos intentarán despistarle agachándose o de cualquier otra manera, pero siempre sin mover los pies del suelo. Cuando la gallinita consigue tocar a uno deberá adivinar, solamente por el tacto, de quién se trata. Si le reconoce, colocará la venda a la persona que ha cogido, pasando ésta a ser la nueva gallinita ciega. En caso contrario se repite de nuevo el juego.

Algunas fuentes señalan que su origen se remonta a ritos muy antiguos relacionados con la prehistoria. Otros, como el historiador Rodrigo Caro (siglo XVII), cuentan que habría que buscarlo en los juegos latinos. El pintor Francisco de Goya lo inmortalizó (1788) en un famoso cuadro titulado con el mismo nombre. Fue aprovechado por los adultos a partir del siglo XVIII como una forma en apariencia inocente de relacionarse en los salones o fiestas campestres de las nuevas sociedades burguesas. Es uno de los juegos reflejados en el cuadro “Juegos de niños” de Brueghel (1560).

Gallina ciega 01Cuadro “La gallina ciega” pintado por Goya en 1788.

Las chapas
También conocido como “fichas” (Asturias). El número de jugadores va de dos a un pequeño grupo y la “materia prima” es una o varias chapas metálicas circulares similares a las que cerraban las antiguas botellas de refrescos. Existen diversas modalidades, aunque solo haremos referencia a las “carreras de chapas”, una de las más extendidas, cuya motivación principal está inspirada en las carreras ciclistas. Cualquier terreno es válido, pero por sus características se suele jugar en las aceras. Lo primero sería trazar un circuito con tiza (en otro tipo de terreno sirve cualquier objeto punzante). Aunque el recorrido puede ser totalmente recto y liso, lo normal es añadirle dificultades con fuertes curvas, estrechamientos, saltos, sin olvidar las grandes rectas. De esa manera se torna más emocionante. Antes de empezar con el juego en si, lo normal era ‘preparar’ antes las chapas. Para ello se elimina primero el corcho que la recubre internamente (ahora es un plástico) y después se ‘decora’ con un cromo o foto de alguno de nuestros deportistas favoritos, recortada a la medida del diámetro de la chapa. En algunas ocasiones se lijaba la superficie exterior rozándola contra el suelo o las paredes, pues de esa manera disminuye su rozamiento y se incrementa la velocidad. En cuanto a la forma de lanzar o empujar la chapa lo usual es impulsar su zona trasera con el dedo medio (también con el pulgar); incluso hay quien le sabe imprimir determinados ‘efectos. Aunque por encima de todo lo que prima es la habilidad.

Para marcar el orden de salida (o comenzar la carrera) una de las maneras consistía en que todos los jugadores lanzasen su chapa lo más lejos posible. Aquel que lograse la mayor distancia era quien comenzaba la “etapa” desde la línea de salida, y así sucesivamente. Durante el juego, si al ’empujar’ la chapa ésta quedaba dentro del trazado del circuito se dejaba en ese lugar hasta un nuevo turno; si por el contrario saliese fuera había que retroceder al sitio desde donde tiró. Si tocase la chapa de otro jugador se perdería el siguiente turno. Chapas 01Al final, el ganador será aquel que llegue primero a la meta. Al igual que en las carreras ciclistas, lo normal es que todos los jugadores finalicen la ‘etapa’ para así poder establecer un orden de clasificación. Se trata de un claro ejemplo de juego divertido para el que no se necesita gastar dinero. ¡¡Tan solo basta con la imaginación!! Su práctica tenía mucho éxito coincidiendo con el desarrollo de las grandes vueltas ciclistas: Tour de Francia, Giro de Italia o Vuelta a España. Si bien tradicionalmente se consideraba un juego de chicos (las niñas lo solían practicar con sus hermanos), ahora lo juegan niños y niñas de forma indistinta.

El juego de las chapas se inició cuando se comienzan a fabricar botellas con tapones de chapa. A finales del siglo XIX, en EEUU se vive la fiebre de los refrescos recetados como medicinas para curar algunas enfermedades, pero la industria tenía un gran problema: el “efecto curativo” (presumían de ello) se basaba en gran parte en mantener el burbujeo, para lo que se necesitaba un tapón adecuado. Tras muchos intentos con todo tipo de materiales, el modelo definitivo lo inventó en 1981 William Painter, hombre de negocios irlandés. Pronto fue “bautizado” popularmente con el nombre de “chapa”. A partir de entonces fue cuando se comenzaron a aprovechar los tapones como material de juego.

El burro
Juego de saltos y adivinaza. También conocido como “churro” o “tijera, navaja, ojo” (Asturias). Se forman dos equipos con varios jugadores cada uno y, como la mayoría de los juegos, se comienza sorteando los distintos ‘papeles’: el equipo que salta, el que se queda o “apochina”, y la “madre” que pertenece a este último. El jugador que hace el papel de “madre” apoyará la espalda contra una pared y el resto de sus compañeros se colocará en fila en posición de ‘burro’; es decir, uno detrás de otro con la cabeza entre las piernas del compañero de delante, agarrándose fuertemente a ellas. Así hasta llegar al primero que pondrá su cabeza en el vientre de la “madre”. A continuación, los componentes del otro equipo irán saltando por turnos sobre la fila dispuesta, dejando sitio para que quepan todos encima. Lo harán uno a uno saltando por encima del final de la barrera intentando llegar lo más adelante posible. De ahí que para el primer salto se elija al jugador con mayor fuerza y habilidad. De esa forma podrá llegar más lejos y dejar suficiente espacio para que se coloquen el resto de compañeros. Todos se tendrán que quedar en el sitio en que caen, tan solo se podrán ayudar con las manos en el impulso inicial. En caso de no lograr ‘meter’ al equipo completo encima perderán y pasarán a ocupar el lugar del equipo contrario. Cuando el último jugador ha saltado, y siempre que los de abajo hayan resistido el peso (sin derrumbarse), uno de ellos (normalmente el que se encuentra más cerca de la “madre”) realiza la siguiente pregunta en voz alta: ¿Churro, media manga, manga entera?, o “¿Tijera, navaja, ojo? u otra frase similar según la zona donde se juegue, al tiempo que con su mano ejecuta una figura con una de las tres posibilidades. Si el equipo que está debajo acierta será el que salte la vez siguiente; si no, lo volverá a hacer el que se encuentra arriba. En teoría no puede haber trampa porque la “madre” pertenece al equipo que está debajo y siempre está viendo la figura hecha por el contrario. Decimos esto porque en algunas ocasiones, muy pocas, se aprovechaba para hacer otro tipo de “venganzas”, como las dirigidas al “empollón de la clase” (solo si era el típico “repelente”) o aquel que “peor caía a los demás”. En ellas hasta la “madre” mentía con tal de unirse al festejo.

El burro 01

Se trata de un juego que no precisa de grandes espacios y donde prima la actividad física: carrera, salto y resistencia. Eso si, requiere una buena colocación y agarrarse fuerte al compañero para no deshacer la fila del equipo que está debajo. Para el que salta tiene un doble objetivo: uno físico, consistente en lograr colocar a todos sus jugadores a “caballo” del contrincante, y otro, una vez conseguido, que los adversarios no adivinen la posición que se marca con el dedo o con el brazo. Aunque no existe un número máximo de participantes, se aconseja no pasar de cinco por equipo con el fin de no provocar magullamientos en las espaldas del que está debajo. Una práctica bastante usual, picaresca por otra parte, suponía el pacto “secreto” entre los jugadores del equipo que salta para hacerlo sobre el contrario más débil físicamente, de modo que éste doblara las rodillas y se cayera. De esa manera podían seguir con un nuevo salto. Ahora bien, todo hecho con cierta prudencia, pues aguantar el peso de varias personas, amén del impulso recibido del salto, puede llegar a ser peligroso para la espalda de cualquiera. De ahí que fuese raro que lo practicasen las chicas, argumentando, no sin razón, que era… un juego… de “burros”.

La comba
Saltar a la comba o a la cuerda es un juego que viene muy bien como ejercicio físico. Se puede realizar de manera individual o en grupo. La forma más habitual es que uno o más participantes salten sobre una cuerda que se hace girar de modo que pase por debajo de sus pies y por encima de su cabeza. Si se practica de manera individual, es la misma persona quien mueve la cuerda y salta al tiempo. Si es en grupo (al menos tres personas), son dos las que voltean la cuerda mientras la tercera salta. La cuerda, elemento fundamental, debe ser de una longitud y consistencia que la hagan manejable. El juego suele ir acompañado de una canción para saltar a su ritmo. En la figura de abajo se muestran tres de las más conocidas: “Al pasar la barca”, El cochecito” y “La reina de los mares”. Si son breves sirven para señalar el momento de entrada y salida de la comba. Cuando son más largas, a los participantes les da tiempo incluso a entrar saltando de dos en dos o agacharse mientras la cuerda queda suspendida en el aire cada cierto número de saltos. Si el movimiento es solo de balanceo (de uno a otro lado a ras de suelo) se denomina “barca”. Además de proporcionar beneficios físicos, los ejercicios con cuerda son muy recomendables para determinadas personas y prácticas deportivas. Así por ejemplo es un método usual de entrenamiento en deportes como el boxeo, tenis o culturismo, pues desarrolla y fortalece los músculos de brazos y piernas, y el cuello y hombros se vuelven más firmes.

La comba 01

El origen del juego de la comba no está nada claro. Hay quien lo sitúa en los artesanos de la cuerda del Antiguo Egipto que se divertían saltando con ella, siendo emulados también por los niños. Otras referencias hablan como una de las actividades favoritas para festejar el año nuevo en la antigua China. Parece que Hipócrates, famoso médico griego (460-377 a.C.), recomendaba hacer ejercicios con la cuerda para mejorar la agilidad. De la época medieval existen pinturas que muestran a niños saltando a la comba tal y como se hace en la actualidad. En España, el salto de la comba es un juego popular tradicionalmente practicado casi en exclusiva por niñas. Hoy en algunos países existe una visión más abierta y universal y se considera una actividad aeróbica dirigida a niños y niñas con beneficios para la salud y el desarrollo armónico de quienes lo practican. Es uno de los juegos representado en el cuadro “Juegos de niños” de Pieter Brueghel (1560).

Las tabas
De nombre científico astrágalo, la taba es un hueso que se encuentra en el tarso. Se trata de un juego de destreza que consiste en lanzar unas tabas a modo de dados y una pequeña bola o piedra llamada “pita”. En la antigüedad se utilizaban como tabas los huesos de algunos animales como los pertenecientes a las rodillas de las patas traseras del cordero. La “pita” (similar a una canica) suele ser de cristal  o de barro. Normalmente una taba tiene cuatro caras: cóncava (con un hoyo muy pequeño en el centro), convexa (se parece a una panza), lisa (por su superficie) y con forma de S (con un pequeño hoyo en el centro), que reciben distintos nombres según el lugar: “hoyo, panza o tripa, liso y carnero”, “tripa, ocho, rey y panza”,…

Tabas 01El número de tabas para el juego varía de cinco a doce. Existen distintas modalidades. Una de ellas consiste en lanzar hacia lo alto las tabas y la “pita”, dejar caer las tabas, y recoger la “pita” antes de que lo haga también. A continuación se vuelve a lanzar la “pita” mientras se intenta mover las tabas de manera que quede hacia arriba la cara acordada previamente entre los jugadores. Todo tiene que hacerse muy rápido, pues la “pita” como ya hemos dicho no puede tocar el suelo. Luego, en una segunda tirada, se recogen las tabas colocadas por la cara correcta y al tiempo se intenta cambiar de lado aquellas que aún no lo están. La operación se repite para cada una de las cuatro caras de la taba hasta que se termine un ciclo. Si la “pita” cae al suelo se pierde turno. Si no se recoge ninguna taba o ésta no se corresponde con lo acordado también se pierde. Gana el participante que necesita menos lanzamientos para completar todas las jugadas.

Hasta hace no muchos años las tabas era uno de los juegos más practicado por las niñas. Todas tenían su pequeña colección. Su origen se remonta a la Antigua Grecia, pues aún se conservan esculturas, pinturas sobre mármol, y objetos como ánforas con representaciones del juego. En Roma, con la cristianización de mundo pagano, fue perdiendo popularidad con el tiempo. Aunque los niños siguieron jugando a las tabas como una prueba de reflejos y habilidad, grupos de adultos las utilizaban para apostar. Todavía hoy se sigue con esa práctica en países como Mongolia o Argentina (zona de la Pampa). En España se utilizó como juego de apuestas cuando los casinos o salas de juego estuvieron prohibidos. Se trata de uno de los juegos representados en el cuadro “Juegos de niños” de Brueghel (1560).

La peonza
Se puede jugar en solitario o en grupo. También conocida como trompo, conviene que su superficie esté más o menos lisa. Existen distintas modalidades, aunque lo más importante en cualquiera es saber “bailar” la peonza (girar sobre su eje). Con el fin de soportar los golpes de los contrincantes tradicionalmente se fabricaban de maderas duras. En la actualidad, con todo más masificado, se utilizan diferentes tipos y también materiales sintéticos. Su forma geométrica más normal es cónica, siendo primordial que su diseño propicie el mejor efecto de giro. El cuerpo termina en una punta de metal (ferrote, en Asturias) sobre la que se apoya. El cordel o cuerda enrollado en el cuerpo es el elemento que permite imprimir la rotación al tirar de él. A mayor rapidez al tirar, así lo será también el movimiento. Para evitar que el cordel se escape de la mano en el momento de lanzar la peonza, se suele anudar en su extremo una arandela o una moneda agujereada que impide que la cuerda salga disparada. Ésta se debe colocar perpendicular al eje del cuerpo, sujetando un extremo con el dedo pulgar y formando con la otra mano bandas paralelas hasta recubrir casi toda la superficie. Antes de efectuar al lanzamiento se sujeta el cuerpo con la palma de la mano y se agarra con fuerza el otro extremo del cordel para que no se escape. Justo entonces se coloca el dedo índice en la parte superior del cuerpo y el pulgar cerca de la punta o ferrote, para finalmente lanzarla, tirando hacia atrás del cordel, de pie o con el cuerpo encorvado (el impacto contra el suelo en este caso será menor). Se puede realizar con el ferrote mirando hacia abajo e imprimiendo un movimiento horizontal de giro con el brazo, o mirando hacia arriba, girando el brazo con una sacudida vertical hacia abajo.

Peonza 01Entre las modalidades practicadas algunas de las más conocidas son:
– Sacar objetos.- Se traza un círculo en el suelo y en su centro cada jugador coloca una canica, otra peonza o, más usual, una moneda. Después cada uno tirará por turno su peonza, la recogerá en la mano y la lanzará contra una de las monedas para tratar de sacarla del círculo. Una operación que puede repetir mientras la peonza siga girando. Si lo consigue se llevará la moneda. En cuanto la peonza deje de girar le corresponderá el turno al siguiente jugador.
Rompe peonzas: Se traza también un círculo en el suelo y uno de los jugadores colocará en el centro una peonza contra la cual se tirará. Aquel que falle el tiro la sustituirá por una suya.

Para asignar el orden de intervención existen diversas fórmulas: desde tirar una moneda a una raya trazada en el suelo y ver quien queda más cerca, hasta lanzar las peonzas y observar cual es la que más se aproxima. Cuando el juego exija poner en el suelo una peonza para “blanco” de los demás, se suele colocar una “vieja”, el único requisito es que se le pueda hacer “bailar”. Había quien tras comprar una peonza iba luego a una ferretería para que le quitasen el ferrote original y cambiarlo por otro más “picudo”, o como entonces se decía: “…de reglamento”, que producía auténticos estragos cuando golpeaba a las del “contrario”. Antes de demostrar las “cualidades” de una peonza a estrenar los primeros ensayos se solían hacer a escondidas, sometiéndola a todo tipo de pruebas: “hacerla dormir” en la mano, “zumbar”, poner a punto el “afilado”, elevarla en el aire y dejarla caer, llevarla al oído y chequear su sonido,… En fin todo un cúmulo de habilidades que al final se traducían en algo tan simple como… “hacerla ‘soñar'”.

De la existencia de peonzas se tiene conocimiento allá por el año 4000 a. C., pues se han encontrado modelos elaborados con arcilla en algunas excavaciones arqueológicas a orillas del río Éufrates, en la antigua Mesopotamia. En Roma y Grecia se jugaba a la peonza hace más de dos mil años; existe constancia en pinturas muy antiguas y algunos textos literarios donde se cita. Marco Porcio Catón, “Catón El Mayor” (234 -147 a. C.), político e historiador romano, ya citaba el juego en sus escritos. También el poeta Virgilio explicaba su manejo en unos versos de su obra “La Eneida”. En el Museo Británico se conserva un ejemplar de Tebas del año 1250 a.C. donde explican también su uso. Asimismo, en una inscripción encontrada en Beocia (cercana a Tebas) consta que un niño dedicó al dios Zagreo, avatar del Dioniso místico, dios del vino en quien se reencarnó, varios juguetes entre ellos una peonza (strobilo) con su látigo (cuerda). Platón, eminente filósofo griego (427-347 a. C.) menciona también en un fragmento de su obra “La República” a los strobilos. En el siglo XIV las peonzas estaban muy extendidas por toda Europa. Se trata de uno de los juegos representados en el cuadro “Juegos de niños” de Brueghel (1560).

Peonza 02

Hasta aquí algunos de los juegos tradicionales y populares más conocidos. Seguro que muchos los han practicado, aunque no tantos conocen el transfondo histórico o leyenda popular que les rodea. Unos juegos que ayudan y son importantes en el desarrollo social y emocional de los niños.
En un próximo post publicaremos una segunda entrega.


El acertijo de la Casa Blanca, cooperación y trabajo en equipo

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Hay quien se ha apresurado en bautizarle como el “acertijo de la Casa Blanca” por haberlo planteado Edward Felten, director adjunto de Tecnología en Washington con el presidente Obama y licenciado en Ciencias de la Conmutación. A las pocas fechas de ser nombrado para el cargo (mayo 2015), en su presentación en el blog de la agencia gubernamental bajo el título de “Hola Mundo” (“Hello World”), causó furor en las redes sociales con un problema matemático. Además de plantear su acertijo, señalaba también que la Informática es algo más que “introducir códigos”: sirve para mejorar las relaciones, ayuda a resolver los problemas sociales y coopera de forma importante en los temas más complejos. A continuación reflejamos un pequeño resumen y el problema en cuestión:

Publicado por Ed Felten el 17 de mayo de 2015
“Aunque no fue el caso del presidente Obama cuando en diciembre del pasado año se convirtió en el primer presidente en escribir una línea de código de un programa, es tradicional que un programador novato imprima su primer mensaje con un “Hola Mundo” (“Hello World). El paso siguiente para la mayoría suele ser cambiar ese título por algo similar a “Hola, Ed”, y a partir de ahí seguir avanzando. La codificación es emocionante: puedes decidir lo que se supone va a suceder, y el computador… lo hará. El único límite es tu imaginación y tener ¡habilidad! He estado codificando durante casi cuarenta años, y no puedo olvidar como ideas muy simples si se combinan inteligentemente pueden dar lugar a tantas aplicaciones de gran alcance.

Empecé codificación alrededor de 1977, unos años en que pocos niños tenían acceso a las computadoras. Fui uno de los afortunados. Hoy están disponibles para muchos, y este gobierno está haciendo que sea una prioridad el acceso a la educación informática para millones de estudiantes en todo el país. Pero la informática es algo más que códigos, la informática puede ayudar a estudiar temas sociales complejos como la cooperación, y a su vez entender como hacerlo más fácil con los cooperantes y sin problemas, incluso sin la necesidad de estar en el mismo lugar. ¿Qué quiero decir? Bueno, como mi colega y compañero DJ Patil, director de Tecnología, me parece que una buena manera de aprender sobre un nuevo tema es con un rompecabezas. Así que aquí está el mío sobre la cooperación:

Sin título-1“Alice y Bob participan en un juego. Son compañeros de equipo, de modo que ganan o pierden ambos a la vez. Antes de comenzar se les explican las reglas y pueden hablar y ponerse de acuerdo sobre una estrategia.

A continuación van a habitaciones separadas e insonorizadas y no pueden comunicarse de ninguna manera. Entonces comienza el juego:

Cada uno lanza una moneda al aire y anota si el resultado es cara o cruz (no se permiten chanchullos, ni otras triquiñuelas: se lanza la moneda, ambos son sinceros, deben decir la verdad, y anotar el resultado.

Por tanto, Alice escribe su predicción intentando adivinar cuál ha sido el resultado de la moneda de Bob, al tiempo que éste hace lo mismo intentando adivinar el resultado de la moneda de Alice. Si una de las respuestas, o las dos, son correctas, Alice y Bob ganarán el juego como equipo que son. Pero si ambos fallan, los dos perderán”.

La pregunta es: ¿Existe alguna estrategia con la que Alice y Bob tengan garantizado ganar siempre?

Y añadió Felten:
Como avance, o para abrir boca, os dejo un ejemplo de estrategia que no funciona:
Alice y Bob deciden de entrada que los dos dirán que el otro ha sacado cara. Esta estrategia no garantiza ganar, porque los dos sacarán cruz un 25% de las veces y ambos vaticinios serían incorrectos. Ganarán un 75% de las veces, pero eso no basta: tienen que ganar siempre”.

Para terminar diciendo:
“En principio podría parecer que este rompecabezas es imposible, pero no te rindas; hay una solución qué voy a revelar en un futuro post. Mientras tanto, ve a mi cuenta de Twitter @edfelten44 en busca de pistas”.

Al venir nada menos que de la Casa Blanca, enseguida se armó un gran revuelo en las redes sociales donde se aportaron soluciones de todo tipo. Hasta hubo quien “apostó” que se trataba de un problema irresoluble. La realidad es tiene solución y no tan difícil. Lo importante es pensar con lógica y, si se precisa, también con un poco de “pensamiento lateral”. Por su planteamiento guarda cierto parecido con el “dilema del prisionero”, pero no es el caso; además encierra menor dificultad. Ante algunas dudas surgidas el propio Edward Felten a los pocos días ofreció una nueva pista en otro tweet:
“Alice se equivoca el 50% de las veces; Bob acierta el 50% de las veces. Bob debe acertar justo cuando Alice se equivoca”.

La solución en un próximo post.

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A continuación mostramos la solución al problema planteado en el post “De Bixley a Quixley pasando por Pixley”.

Como se puede observar Sam Loyd utiliza dos intervalos de tiempo referidos a un mismo punto (Pixley), uno hacia adelante y otro hacia atrás. Tan solo lo hace para “despistar”, pues no es necesario tenerlo en cuenta para la resolución del problema.

Sin título-2

Llamemos M al lugar de la primera parada, N al de la segunda, x la distancia entre Bixley y Pixley (BP), e y la existente entre Pixley y Quisley (PQ). Siendo pues la distancia total entre Bixley a Quixley igual a BP + PQ= x + y.

En el punto M se hace la primera pregunta:
“Cuando llevábamos cuarenta minutos de viaje le pregunté cuánto camino habíamos recorrido, y Don Pedro replicó: “La mitad de la distancia que hay hasta Pixley”.
Por tanto para que se cumpla han tenido que recorrer x/3, quedando 2x/3 para llegar hasta Pixley.

En el punto N se hace la segunda pregunta:
“Cuando habíamos cubierto siete millas más, le pregunté de nuevo: “¿Qué distancia hay hasta Quixley?”. Me contestó, como antes: “La mitad de la distancia que hay hasta Pixley”.
Luego haciendo un razonamiento similar, han recorrido 2y/3 desde Pixley y les queda finalmente y/3 para llegar a Quixley.

Como por otra parte se indica que el recorrido entre los puntos MN (donde se hacen las preguntas) es de 7 millas, que a su vez equivale (ver figura) a 2x/3 + 2y/3= 2/3 (x+y)= 2/3 del camino total, el valor de éste será:

Distancia Bixley-Quixley= 3/2 * 7= 21/2= 10,5 millas.

Se da un dato adicional que tampoco es necesario. Se trata del tiempo que tardan en hacer el recorrido desde Bixley al punto M (40 minutos), y desde N hasta Quixley (60 minutos). Únicamente sería preciso si nos hubieran pedido también situar a que distancia se encuentran los lugares M y N donde se realizan las preguntas. Pero no ha sido el caso.



La inteligencia artificial, Alan Turing, y los drones

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La inteligencia artificial (AI) es una disciplina surgida al final de la 2ª Guerra Mundial, así denominada por ser capaz de generar una inteligencia parecida a la del ser humano. En la actualidad se encuentra muy extendida por todo el mundo. Un ejemplo, por llamativo, son los famosos ‘drones’ (‘vehículos aéreos no tripulados’, VANT por sus siglas en inglés). Pilotados por control remoto, con aspecto parecido al de un avión, su uso en una primera etapa era básicamente militar. Sin embargo, cada vez se está utilizando más su control autónomo mediante vuelos preprogramados. En los últimos tiempos se han desarrollo tanto que apenas guardan semejanza con su diseño inicial. Pero siendo estrictos, los aparatos dirigidos a distancia no se pueden calificar como ‘drones’, que por definición operan sin la intervención humana para realizar su misión. Es decir, pueden despegar, volar y aterrizar de forma automática.

Drones 02Los ’drones’ están capacitados para efectuar tanto misiones de ataque como de reconocimiento, siendo actualmente los preferidos para las misiones demasiado “sucias o peligrosas”, aunque su uso cada vez es más frecuente en funciones civiles: labores de lucha contra incendios, seguridad, vigilancia de oleoductos,… Ha sido tan rápida su evolución que ya existe tecnología para crear ‘drones’ del tamaño de un mosquito capaces de espiar, fotografiar, y hasta matar directamente por medio de inyecciones. Incluso se está trabajando en la posibilidad de colocar chips en mosquitos reales para ejecutar las mismas funciones. Puede sonar a ‘teoría de la conspiración’, pero no es así. Los americanos y los rusos, y hasta los chinos, llevan mucho tiempo en este campo logrando importantes avances; muchos aún no han salido a la luz por razones estratégicas.

Pero hagamos un poco de historia. El término “Inteligencia Artificial” (AI) fue acuñado de manera oficial en 1956 durante la conferencia de Darthmouth (EEUU) por el científico estadounidense John McCarthy, si bien desde años antes se llevaba trabajando sobre distintas definiciones sin llegar a ser aceptadas en su concepto global. Considerada como el germen inicial, la idea de la conferencia era reunir a un grupo de investigadores (10) que quisieran trabajar en la conjetura de crear máquinas que simularan los diferentes aspectos y características de la inteligencia. Fallecido dos años antes, las ideas de Alan Turing tuvieron una gran influencia en su desarrollo. Todos creían que lo que denominamos pensamiento podía tener lugar fuera de la mente humana, y el ordenador el mejor instrumento para hacerlo. Matemático y criptógrafo, principal artífice en descifrar el código de la máquina Enigma durante la 2ª Guerra Mundial, Turing está considerado uno de los pioneros de la inteligencia artificial. Muy interesado en la computación, ha sido fuente de inspiración para muchos, aunque no todos están de acuerdo en la utilidad de sus postulados sobre si una máquina puede ser un ‘ente pensante’. En cualquier caso, nadie duda que fue un hombre adelantado a su época. Allá por 1950, con los ordenadores en sus primeros pasos, ya se encontraba entregado a uno de los grandes dilemas de la informática: ¿Pueden pensar las máquinas? Y a pesar de no disponer de argumentos convincentes, solía afirmar: “Las conjeturas son muy importantes porque nos muestran líneas útiles de investigación”.

Fue precisamente Turing quien contribuyó a la idea de generar una inteligencia que pudiese funcionar como la de un ser humano. De hecho creó una prueba, lo que hoy se conoce como ‘test de Turing’, para conocer si una máquina es ‘capaz de pensar’. Se trata de una adaptación del conocido “juego de la imitación” que consiste en colocar en una sala a un hombre y a una mujer y en otra distinta a un interrogador. Este último, en base a una serie de preguntas que tienen que responder por escrito, debe adivinar quién es el hombre, que siempre tratará de engañarle, y quién la mujer, cuya misión es ayudarle. O lo que es lo mismo, ambos, hombre y mujer, intentarán convencerle de que son la mujer. En el ‘test de Turing’ el hombre es sustituido por un ordenador y la idea es que si la persona que hace las preguntas no puede diferenciar entre el ser humano y la máquina, ésta será considerada un ‘ente pensante’. Turing venía a decir: “Si la máquina te contesta y tu no sabes distinguir si es una máquina la que te está contestando es entonces inteligencia artificial”.

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Enseguida aparecieron las primeras críticas, muchas basadas en motivos éticos y religiosos. Sobre todo de aquellos que consideraban que ninguna máquina podría acercarse a las capacidades del ser humano. Una de las objeciones más importantes era su falta de conciencia. Se decía que, además de generar sentimientos positivos o negativos sobre la información que le llega o acciones que realiza, para que una máquina tuviese capacidad mental debería tener conciencia. A pesar de todo, Turing estaba convencido de que los ordenadores podrían desarrollar tareas como las personas y que las dificultades de diseñar ‘máquinas pensantes’ eran básicamente de programación. Sugirió que para considerar válida la prueba de su test, la máquina debía convencer a un interrogador el 70% del tiempo tras 5 minutos de conversación. A día de hoy sus predicciones siguen siendo un desafío, aunque últimamente las películas de ficción nos están mal acostumbrando con robots letales indestructibles, capaces de tener conciencia de sí mismos y esclavizar a sus creadores. A pesar de que se ha avanzado mucho en el campo de la inteligencia artificial, aún se encuentra lejos de esas situaciones. Una de las mayores limitaciones es su imposibilidad de planificar como una mente humana. Por muy inteligente que sea, todavía no es capaz de prever algo inesperado para lo que no haya sido programada.

Donde si se ha producido un gran desarrollo es en el campo de los drones. Como hemos dicho, existe tecnología para crear drones del tamaño de un mosquito. Su capacidad para detectar a un enemigo e ir a por él cada vez es mayor. No solo eso, en el campo civil su evolución también está siendo muy fuerte. Por ejemplo, la firma Amazon ya dispone de un sistema de drones para repartir sus productos. Aunque lo tiene en período de prueba está funcionando bien. Sin embargo, no todo son parabienes, se han levantado bastantes voces críticas con la marcha o dirección de esta tecnología. El prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ha alertado sobre el uso de drones señalando que no se puede ‘jugar’ con un tema que se puede escapar de las manos. Por ejemplo, si equipamos un ejército con inteligencia artificial con capacidad de decisión por si mismo: ¿qué puede pasar? Odisea del espacio 01Si hacemos lo mismo con nuestra vida o nuestras máquinas al final podría ocurrir como en la famosa película “2001: Una odisea del espacio” (1968) de Stanley Kubrick cuando el ordenador Hal 9000 (Heuristically Programmed Algorithmic Computer) se termina rebelando contra los hombres. Encargado de controlar las funciones vitales de la nave espacial Discovery, al estar programado para no recibir respuestas que tengan dudas su inteligencia artificial le hace cambiar drásticamente de comportamiento. Pese a ser una computadora heurística (muy semejante al pensamiento humano), ha sido planificado para cumplir sin objeciones las instrucciones originales recibidas, eliminando a los que dudan o son escépticos pues les considera “mecanismos fallidos”. En realidad lo que hace Hal es volverse contra sus creadores porque teme que lo desenchufen.

Reconocidos expertos en inteligencia artificial o la propia Universidad de Cambridge, que ha creado un seminario sobre el tema, apoyan esa posibilidad. No es ciencia ficción. De hecho existen estudios no solo para ver como utilizar los algoritmos (forma de usar la lógica) o las matemáticas para que las máquinas sean inteligentes, sino también como deben relacionarse para interpretar a los hombres. Por ejemplo ya se dispone de un software capaz de leer las emociones en el rostro de las personas con un acierto más que notable. Es posible que estemos más adelantados de lo que parece. Echando la vista atrás, basta recordar el caso de la máquina Enigma citado al inicio cuya historia real no se contó por muy diversas razones hasta la década de los 70. Una de ellas, no la única, porque tanto los americanos como los británicos siguieron vendiendo las máquinas a terceros países para de esa forma, como grandes conocedores de su técnica, poder intervenirlas y disponer de la información. A saber por un motivo similar cuantas de nuestras conversaciones estarán siendo interceptadas. Sin ir más lejos aún están recientes los últimos enfrentamientos entre Alemania y EEUU, teóricos aliados, por esta causa. En cualquier caso, en estos momentos el problema más preocupante de la inteligencia artificial se encuentra en su posible capacidad de reprogramación sin necesitar de las personas para tomar decisiones.

La carta firmada por miles de científicos contra los robots militares autónomos presentada el pasado mes de agosto en Buenos Aires en el mayor congreso del mundo sobre inteligencia artificial, liderada por Stephen Hawking, reconocido físico, y Toby Walsh, gran experto en el tema, es una clara señal de la gran preocupación que el asunto suscita entre la élite científica. Una actitud que se está extendiendo ante la posibilidad de abrir caminos muy peligrosos. Tras la pólvora y la bomba atómica, algunos lo han calificado como “la tercera revolución” en el arte de la guerra. Todos creen que ha llegado el momento de pararlo y fijar unas restricciones claras. Para muchos países este tipo de robots son una tentación muy fuerte. Como dice el propio Walsh: “Son mucho más baratos y eficaces que un soldado, no necesitan dormir ni comer, no sufren el frío ni el calor, y los podemos hacer tan pequeños que se pueden meter en cualquier parte”. La carta en ningún caso va contra los drones, porque al final de la cadena siempre se encuentra un ser humano que toma la decisión de disparar o no. Pero sí contra las armas autónomas como los llamados “robots asesinos”, y con más razón si pueden caer en manos de grupos terroristas que sin dudar los utilizarían para aterrorizar a la población. ”Un ‘robot asesino’ es mucho más sencillo de programar, una vez que se invente solo necesitas un buen hacker que sepa hacer el software o robarlo”, añade Walsh.

Es curioso que sean los propios especialistas en inteligencia artificial quienes hayan enarbolado la bandera de poner límites. Conocedores de sus enormes posibilidades para facilitar la vida de las personas, también son conscientes del gran peligro que supondría unos robots que puedan tomar decisiones de forma autónoma. Se sabe como programarlos para que maten, pero no como introducir una ética. Y no solo estas entidades virtuales están planteando este tipo de problemas, también otras aplicaciones de las que se comienza a hablar. Como los coches que se conducen solos, y en un momento determinado tendrían que tomar decisiones si otro vehículo en dirección contraria les viene encima. Y otras que poco a poco se están abriendo a la luz. Como resume Walsh: ”Tenemos que ir hacia adelante. La tecnología ha favorecido el enorme bienestar que tenemos. El cambio que llega con la inteligencia artificial es similar al de la revolución industrial. La gente dejó la agricultura por la industria, el campo por la ciudad. Ahora, los robots están destruyendo miles de puestos de trabajo. Y va a ir a más. Pero se crearán nuevos trabajos. Y aquí la clave es la educación. Una persona con mucha formación es mucho más difícil de reemplazar por un robot que alguien que solo cumple tareas mecánicas”.

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En realidad el concepto de inteligencia artificial no ha cambiado mucho desde sus inicios allá por los años cincuenta del siglo pasado con Alan Turing: “Sistemas de computación capaces de realizar tareas reservadas desde siempre a la inteligencia humana”. Sin embargo, en los últimos años se ha establecido una carrera por desarrollar los drones más letales, incluso robots asesinos y otras aplicaciones, que empieza a ser preocupante. Hasta el punto que han puesto a la comunidad científica en alerta. Ahora mismo, la inteligencia artificial es un ‘software’ que expresa emociones, pero no las siente; no surgen como tal, sino de un algoritmo matemático. Aún nos encontramos lejos de los robots con conciencia, pero el debate está ahí. Voces autorizadas han encendido la alarma. Hace pocos meses Bill Gates lo advertía en una entrevista: “No entiendo por qué no hay más gente preocupada por esta cuestión: la inteligencia artificial es una amenaza real”. Y poco antes, Stephen Hawking, posible candidato al premio Nobel de Física 2015, también decía: “De seguir así podría ser el final de la raza humana: los robots podrían empezar a rediseñarse a sí mismos a una velocidad a la que nosotros, los humanos, no podríamos competir”.
¡¡Ha llegado pues el momento de establecer límites!!


La última legión. Valerio Massimo Manfredi

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La última legión 02La última legión” es una entretenida novela de aventuras desarrollada bajo un trasfondo histórico donde la acción prima sobre el resto. Su autor es Valerio Massimo Manfredi al que se le supone un profundo conocimiento del tema por sus antecedentes como arqueólogo, profesor especializado en el mundo antiguo y escritor de obras de corte histórico. En esta ocasión, sin olvidar su rigor y seriedad, prefiere eno agobiar con demasiados datos sobre el último período del Imperio Romano con tal de conseguir un ritmo ágil al que pone colofón una atractiva relación con la mítica artúrica.

Sinopsis
Anno Domini 476. El Imperio romano está llegando a su fin. Dividido en dos partes y devastado por las invasiones de los bárbaros, son ya pocos los territorios donde se mantiene el dominio de aquel Estado que gobernó el mundo durante tantos siglos. Rómulo Augústulo, con trece años, es el emperador de Occidente tras haber sobrevivido a la aniquilación de su familia.

El general germánico Wulfila lo hace prisionero y lo lleva a la isla de Capri junto a su preceptor Ambrosino. Sin embargo, no todos se han rendido a las fuerzas bárbaras. Aurelio, un soldado de la última legión romana prácticamente derrotada por los germánicos, cumple la última voluntad de Flavio Orestes, padre de Rómulo, y parte en su búsqueda para rescatarlo. Para ello cuenta con la ayuda de Livia, una joven romana que le salva la vida tras ser derrotado en un primer intento. Ambos parten hacia el refugio donde Wulfila tiene apresado a Rómulo y Ambrosino, encontrándose en su marcha con un pequeño grupo de sus compañeros de armas que se les unen en la acción.

Entretanto, el joven Rómulo halla dentro de un pasaje secreto de la prisión una espada que había pertenecido a Julio César con una inscripción en celta: “Quien empuñe esta espada gobernará en Britania”. Se la entrega a Aurelio cuando por fin consiguen liberarlos y juntos inician un viaje por toda Europa huyendo de sus enemigos hasta llegar a los confines del Imperio, a Britania, el territorio de los druidas, donde se encontrarán un destino inesperado.

Valerio Massimo Manfredi nació en Módena (Italia) en 1943.  Arqueólogo de profesión y licenciado en letras clásicas, ha ejercido de profesor en distintas universidades de Milán, Venecia, Chicago y la Sorbona francesa. Como arqueólogo ha dirigido varias expediciones y excavaciones y publicado numerosos ensayos y artículos científicos, incluso documentales, sobre el mundo antiguo. Es también un reconocido escritor por sus novelas con fondo histórico. En España alcanzó un gran éxito con su trilogía “Alexandros” (“El hijo del sueño”, “Las arenas de Amón” y “El confín del mundo”) publicada en 1998 sobre la figura de Alejandro Magno.

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A continuación incluimos un pequeño resumen que el propio Massimo Manfredi dejó escrito a modo de preámbulo para una mejor comprensión de su novela “La última legión”:

“La caída del Imperio Romano es uno de los grandes temas de la Historia de Occidente y, al tiempo, uno de los más misteriosos por su complejidad y la escasez de fuentes y testimonios. Nadie, en efecto, se dio cuenta en aquel año 476 d.C. de que el mundo romano había terminado: no había sucedido nada distinto a lo que sucedía a diario desde hacía muchos años. Simplemente Odoacro, el jefe hérulo que había depuesto a Rómulo Augústulo envió las insignias imperiales a Constantinopla afirmando que un solo emperador era más que suficiente para todo el Imperio.

En esta historia, en gran parte fruto de la fantasía, el desenlace “artúrico” debe ser interpretado en su significado simbólico de parábola. Pero no solo esto, es un dato real reconocido ya por los estudiosos que los acontecimientos que dieron origen a la leyenda de Artús se desarrollaron a finales del siglo V en Britania y tuvieron entre sus protagonistas al misterioso y heroico Aureliano Ambrosio, “solus Romanus gentis” (“el último de los romanos”) vencedor de la batalla de Mount Badon contra los sajones y predecesor de Pendragón y de Artús (rey Arturo). Popularmente pensamos en esos personajes como en caballeros medievales cuando en realidad estuvieron mucho más cerca del mundo romano”.

Complementando la citada información, podemos añadir que en el caso de Uther Pendragón, rey mítico de la Britania post romana, padre del rey Arturo, su apellido es probablemente un epíteto. De manera literal significa “cabeza de dragón”, o “dragón a la cabeza”, lo cual podría aludir al “guerrero en jefe” en sentido figurado. En las historias más antiguas es llamado así porque es testigo de un gran cometa en forma de dragón que le inspira para incorporarle luego en sus estandartes. Otras versiones posteriores narran que fue Aurelio Ambrosio quien presenció el paso del cometa, y que cuando murió le pidió a Uther que adoptara el calificativo de Pendragón en su honor. En la “La última legión” (2002), Uther es también el nombre que adopta Rómulo Augústulo, último emperador romano tras ser depuesto por Odoacro, en su posterior huida a Britania donde se enfrenta a las invasiones sajonas que dan origen a las famosas leyendas artúricas. Ambientada en el final del Imperio, el desenlace que le da Massimo Manfredi alumbra una pequeña luz sobre una historia que, aunque ficticia, nunca se ha podido establecer con claridad la procedencia de Pendragón o del propio mago Merlín. Menos aún de la legendaria espada Excalibur, que según Manfredi tenía, además de su relación con Julio César y la inscripción latina en su hoja, también legibles las nueve letras que componen su nombre. Novela entretenida.


Canciones con historia: Oh! Carol. Neil Sedaka

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“Oh! Carol” fue una de las canciones más tarareadas por la juventud española en la primera mitad de la década de 1960. En pleno boom del movimiento ye-ye, coincidió con un cambio espectacular en nuestro país no solo en su cultura musical, sino en aspectos mucho más profundos. Ser ye-ye era algo más que un estribillo, ¡¡era todo un concepto!! Además de su significado dentro de la nueva cultura pop,  representaba un estilo de vida, una forma de ser, de vestir, una actitud, un comportamiento… Para entender su contexto sería necesario retrotraerse a una España aislada del exterior, de todos los grandes procesos en marcha como la revolución social de los negros, la guerra de Vietnam y sus consecuencias, la minifalda (aunque parezca exagerado),… En general de la cultura en su sentido más amplio, con una música dominada entonces por coplas, boleros, canción romántica, orquestas, y muy poco más. El fuerte impulso de la economía hace surgir a una clase media casi inexistente, con mayor poder adquisitivo, que empieza a consumir ocio, moda y música. Lo que unido a una apertura gradual al turismo exterior, mezcla distintos estilos de vida que contribuyen a abrir una brecha en las tradiciones más conservadoras de la sociedad. Oh Carol 01Se provoca entonces el despertar a la música foránea de unos jóvenes que comienzan a reunirse en los conocidos guateques (fiestas en casa de las familias) donde bailan con despreocupación y sobre todo prima la diversión. Es así como ‘aparece’ la música que se llamó “moderna”, al poco tiempo “ye-ye”, y siempre “música pop”, su expresión más aceptada.

Coincidiendo con mi estancia en la Universidad Laboral de Córdoba, allá por los años 1962-63, “Oh! Carol” era una de las canciones preferidas por nuestros compañeros de la emisora de radio para alegrarnos los despertares mañaneros y los momentos de ocio y deporte. Aunque también se escuchaba, y mucho, la versión del Dúo Dinámico, un espléndido Neil Sedaka ¡sonaba a casi todas horas! y nos impulsaba a cantar, y ¡de que manera!, los sinsabores que la dulce Carol provocaba en el novio que se siente abandonado.

Una historia bastante común, salvo que en este caso la chica de la canción no era otra que Carole King, reconocida compositora y cantante, cuyo nombre real es Carol Klein, al que le añadió la letra ‘e’ final así como su apellido artístico. Ambos, Neil y Carol, del mismo barrio neoyorquino de Brooklyn, cursaban estudios de Secundaria en el Queen College, surgiendo entre ellos algo más que una amistad. No debió ser muy duradera, aunque sí sus recuerdos a tenor de las canciones que se dedicaron. Primero fue Neil con su “Oh! Carol” compuesta en 1959 con apenas 18 años, que en 1961 alcanzó el nº 9 de las listas de éxito. Un tema que nunca faltaba en los guateques por su ritmo lento y soñador, y que muchas chicas llevaban en sus discos con fundas de plástico. Fácil, de letra sencilla, pegadiza, de corte romántico, con una melodía en línea con el doo wop, (en España “dua duá”), su estilo vocal nacido de la unión del rhythm and blues y el gospel en un principio dirigido a la audiencia adulta y afroamericana, pero terminó por extenderse al mercado adolescente y multirracial. Escrita junto a su amigo Howard Greenfield, lanzó la carrera de Neil Sedaka como cantante, apareciendo en los mejores shows de TV como el famoso Ed Sullivan Show. Un ascenso imparable como confesaba en una entrevista a la famosa revista Rolling Stone: “Tuve que pellizcarme para comprobar que no estaba soñando. Es imposible describir la sensación que obtuve cuando pulsé las teclas de la radio del coche y sonaban mis canciones”.


Neil Sedaka interpretando Oh! Carol en diciembre de 1959 en The Dick Clark Show (también conocido como Dick Clark’s Saturday Night Beechnut Show), un programa musical de difusión semanal de la cadena televisiva americana ABC.

“Oh! Carol”
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Pero Carole King no le fue a la zaga. Utilizando la misma melodía y ritmo que “Oh! Carol”, le contestó poco después con su “Oh! Neil”, una canción satírica en la que le decía:
“Oh! Neil, te he amado durante tanto tiempo que nunca soñé que me escribieras una canción. Soy Carol y vivo en Tennessee. Nunca esperaba que me recordases. Cariño, cuando te vi en el baile mi pulso soltó un latido. Mi corazón se sentía tan pesado como si hubiese comido demasiado. Entonces me llevaste caminando a la luz de la luna. Era, oh!, tan sublime, que sentí mucha dulzura con tus labios pegados a los míos. Oh! Neil, incluso dejaría un mes de tomar el chewin’ tobacky (tabaco de masticar) sólo por ser conocida como la señora de Neil Sedaky. Sin embargo, a mi abuelito no le gustan tus registros. Dijo que si los toco yo, ciertamente moriré. ¡Mira, le veo venir con su escopeta! No hay nada que hacer. Oh! Neil Seguramente voy a morir por ti! (se oye un disparo de escopeta y al abuelito diciendo) ¡Le dije a esta chica que no toque los registros “chicle” de Neil Sedaky!”
Parece que Carole pronto se arrepintió, pues al año siguiente, junto a su entonces marido Gerry Goffin (autor de grandes éxitos de los 60) escribió como muestra de desagravio “Will you love me tomorrow?” (“¿Me amarás mañana?”), una excelente balada que llegó el Nº1 en la versión de The Shirelles.

Sin título-2Neil Sedaka nació en Nueva York en 1939. Enseguida mostró sus habilidades con el piano y un sorprendente oído musical en el Queen College, donde un profesor aconsejó a sus padres que recibiera clases particulares. Poco después, tras recibir una beca, inició sus estudios en la famosa academia Escuela Juilliard. Mientras su familia deseaba que fuera un concertista clásico, él se encontraba mucho más entusiasmado descubriendo la música pop. A los 13 años un vecino, que le oía tocar a menudo el piano, le presentó a Howard Greenfield, otro adolescente, con el que a partir de entonces formó uno de los más famosos dúos de compositores pop de la época. En 1955 formó el grupo The Linc-Tones (más tarde The Tokens) con tres compañeros de clase grabando ‘”While I dream” su primer éxito, y a los que abandonaba dos años más tarde para iniciar su carrera en solitario. Mientras estudiaba en la Juilliard School (estuvo ocho años) fue contratado (con su amigo Greenfield) por la compañía Aldon en la que estaban una camada de jóvenes promesas que luego alcanzaron el estrellato como Carole King, Gerry Goffin, Barry Mann o Cynthia Weil, forjando lo que se denominó el “Brill Building Sound”, un sonido singular.

En 1958 consigue un gran triunfo como compositor con el tema “Stupid Cupid” (llegó al top 40) en la voz de Connie Francis, que le anima a dejar sus estudios en Juilliard y concentrarse en su carrera como solista. Su compañía, en concreto el directivo Steven Sholes, que le había encargado una maqueta con sus canciones, nada más escucharla no duda en ofrecerle un contrato. A su primer hit “The diary”‘ (Nº 15- 1958) le siguieron, además de la citada “Oh! Carol” (Nº 9- 1959), otros éxitos como “Calendar Girl” (Nº 4- 1961) o “‘Happy birthday sweet sixteen” (Nº 6- 1961). Su primer Nº 1 USA lo alcanza en 1962 con “Breaking up is hard to do”. Sin embargo, la llegada de The Beatles hace que sus discos comiencen a declinar en popularidad hasta desaparecer casi por completo. Su último triunfo en el top 40 lo consiguió con “Bad Girl” (Nº 33- 1963).

Neil Sedaka, Greenfield y Carole King 1963Foto realizada alrededor de 1963. Se encuentran muchos de los jóvenes contratados por la compañía Aldon, creadores de lo que se denominó el “Brill Building Sound”. Arriba, de izquierda a derecha, Jack Keller, Artie Levine, Lou Adler, Al Nevins, The Kirshners, Emil La Viola y Howard Greenfield (coautor junto a Neil Sedaka de grandes éxitos), y abajo, de izquierda a derecha, Barry Mann, Cynthia Weil, Gerry Goffin, Carole King (la célebre protagonista de “Oh! Carol”) y el propio Neil Sedaka.

La llamada ‘invasión británica’ no solo supuso un freno en la carrera de Neil Sedaka, también apartó de la escena musical a muchos cantantes que no estaban preparados para subirse a la nueva ola pop rock. Si bien en su caso lo pudo soslayar en cierta manera componiendo para otros grandes artistas como The Monkees, Frankie Valli, The Fifth Dimension, Tom Jones, Andy Williams, Peggy Lee, David Cassidy, Abba, Elton John, Tony Christie o The Captain and Tennille, entre otros. A pesar de su retirada de la primera línea siguió siendo bastante popular, sobre todo en el Reino Unido y Australia, realizando varias giras y grabando un último álbum en 1969 que no tuvo mucho éxito. En 1973 colaboró con el grupo Abba en el tema “Ring-Ring” para el concurso de Eurovisión, y en 1974 enterado Elton John que no tenía contrato con ninguna compañía se apresura a firmarle con su sello discográfico, grabando el recopilatorio “Sedaka’s back” que incluía el single “Laughter in the rain”, segundo nº 1 en su carrera. En 1975 compone otro nº 1 para el dueto Captain and Tenille (“Love will keep us together”) y un año más tarde logra su tercer y último Nº 1 como cantante con “Bad blood”, un tema que causó cierta controversia al ser acusado de misoginia por el uso del término ‘bitch’ (‘perra’, ‘puta’).

Alejado de los circuitos de masas, Sedaka siguió componiendo y actuando en giras por todo el mundo, y en el año 2006, durante un concierto en el Royal Albert Hall (Londres), entra en el Libro Guinness de los Récords al recibir un galardón como autor del éxito más vendido del siglo XXI por su tema “Amarillo” (“Is this the way to Amarillo”) al que dedicaremos un próximo post. Lo escribió para el cantante británico Tony Christie, llegando al Nº 18 de las listas del Reino Unido (1971). Sin embargo, en 2005 ocurre un fenómeno inusual: relanzado por segunda vez por el comediante británico Peter Kay con un llamativo videoclip para el que cuenta con la participación de celebridades como Brian May y Roger Taylor de Queen, el músico Shakin’ Stevens, el cantautor Shaun Ryder, el periodista Michael Parkinson o la modelo Heather Mills (esposa que fue de Paul Cartney- The Beatles), amén del propio Tony Christie, alcanza el Nº 1 de las listas convirtiéndose en ¡la canción que tardó mas en llegar al primer puesto del UK Singles Chart¡ ¡¡Nada menos que tuvieron que pasar 34 años!! En la actualidad, sigue al pie del cañón a sus 76 años, y ha sido incluido por la revista People With Money como el Nº 1 de los cantantes mejor pagados de 2015 y uno de los grandes talentos del rock melódico.

Neil Sedaka y Tony ChristieNeil Sedaka y Tony Christie en el concierto celebrado en el Albert Royal Hall de Londres en abril de 2006.

Aunque las canciones con nombre de mujer están plagadas de títulos a lo largo de la historia de la música, los años 60, con una juventud española desbordante de sensaciones, abierta a los nuevos aires musicales, trajeron un cúmulo de emociones con nombre femenino. Basta recordar al Dúo Dinámico que, además de su versión de “Oh! Carol” (1961), compuso canciones dedicadas a “Mari Carmen”, “Lolita”, “Mary Lou”, “María del Pilar” o Mónica”, o a Los Brincos con su “Lola” y ”Jenny”, “Layla” de Los Lone Star, “Lucía” y “Penélope” de Joan Manuel Serrat, “María Isabel” y Los Payos, “Melina” de Camilo Sesto, “Noelia” con Nino Bravo, “Norma mía”,… O temas foráneos tan conocidos como “Michelle” y “Eleanor Rigby” de The Beatles, “Aline” de Christopher, “Diana” de Paul Anka, “Angie” de The Rolling Stones, “Lady Laura” con Roberto Carlos, “Delilah” y Tom Jones, “Lola” con The Kinks, “Cecilia” y Simón&Garfunkel o “Barbara Ann” de The Beach Boys.

De lo que no cabe ninguna duda es que Oh! Carol” fue un gran soplo de aire fresco y de ilusiones. ¡¡Sueños de juventud!!


Neil Sedaka interpretando “Oh! Carol” durante una actuación en TV.


El Dúo Dinámico en junio de 2013 en el programa “Guateque de ‘chicas” de TVG interpretando tres de sus éxitos con nombre de mujer: “Oh! Carol”, “Hello Marilou” y “Mari Carmen”.


Neil Sedaka cantando junto a Tony Christie su gran éxito “Is this the way to Amarillo” (“Amarillo”) en el concierto del Royal Albert Hall de Londres 2006.


El conde Lucanor, el futbol y la fábula del burro

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Si el conde Lucanor hubiera imaginado que una de sus fábulas sería puesta como pretexto por algunos entrenadores de futbol para explicar, sin mucho sentido a veces, determinadas decisiones, habría quedado cuando menos sorprendido. Viene a cuento porque este verano, tal cual ‘serpiente’, lo han vuelto a poner de actualidad. Ha sido en esta ocasión Rafa Benítez, hoy en horas bajas en su club, quien recién nombrado entrenador del Real Madrid para demostrar que no le preocupan las críticas, o quizás sí, recurrió a la célebre ‘fábula del padre, el hijo y el burro’ para decir poco más o menos: ¡aquí estoy yo, las críticas no me preocupan, tampoco las comparto; es muy difícil que todos estéis de acuerdo con mis razones! Si bien no eligió el camino más correcto, sobre todo si los resultados no acompañan como así ha sucedido, puede ser un buen motivo para la reflexión.

Todo transcurría con normalidad durante la rueda de prensa del pasado 28 de agosto en plena pretemporada hasta que Benítez fue preguntado por la discutida posición del galés Gareth Bale como mediapunta. En su afán de buscarle un puesto donde rinda acorde a la categoría que se le supone, incluso encajarle con ‘calzador’ si fuera necesario, su respuesta inicial fue pragmática: “Tengo muchos jugadores de calidad y respeto a todos. Hay que acoplar a todos los jugadores de la mejor manera posible. Tengo que gestionar de la mejor manera para ganar”. Para a continuación sorprender a todos al contar la citada fábula comparándola con las críticas que está recibiendo sobre la posición en que alinea a algunos componentes de su equipo. Y más en concreto a Bale. Pero antes de entrar en materia hagamos un pequeño inciso para explicar quien era el conde Lucanor, sus cuentos, y en particular las cuatro críticas que encierra su fábula.

Conde Lucanor 03Juan de Castilla, más conocido por Don Juan Manuel (1282-1348), miembro de la casa real y escritor, fue uno de los principales representantes de la prosa medieval, en especial por su obra “El conde Lucanor”, un conjunto de cuentos moralizantes. Ostentó los títulos de duque y príncipe de Villena y señor de Escalona, Peñafiel, Elche y otras poblaciones importantes. Fue mayordomo mayor de los reyes Fernando IV y Alfonso XI, del que era tío y también su tutor hasta la mayoría de edad. Educado como un noble, sus preceptores se preocuparon de que aprendiese también historia, derecho y teología, convirtiéndose en uno de los hombres más ricos y poderosos de su época, compaginando toda su vida sus actividades como escritor y noble caballero. Bastante criticado por su vocación literaria, se pensaba que un noble de tan alto prestigio no debería dedicarse a algo que consideraban inferior.

“El conde Lucanor” es una obra narrativa escrita entre 1330 y 1335, y su título completo y original “Libro de los ejemplos del conde Lucanor y de Patronio”. Está compuesto de cinco partes, siendo la más conocida una serie de 51 cuentos tomados de fuentes como el famoso fabulista griego Esopo y otros clásicos, así como cuentos tradicionales árabes. Su propósito didáctico y moral es su principal característica. La estructura general de los cuentos comienza con un joven noble, Lucanor, que expone un problema al tiempo que le pide una pronta solución a su viejo consejero Patronio. Éste siempre le responde con humildad, pues no cree necesario hacerlo de otra forma a persona tan ilustre como el conde, al tiempo que le cuenta una historia que le permita extraer una enseñanza y le ayude en la solución.

Pues bien es en este contexto donde Rafa Benítez, a lo que parece nuevo filósofo o pensador, pretende que los periodistas se informen bien antes de escribir una crónica. Y para ello que mejor que poner como ejemplo una de las fábulas del conde Lucanor, en este caso la que hace referencia a lo que le sucedió a un hombre bueno con su hijo y un burro. Dice así:

“Un buen hombre tenía un hijo que, aunque joven, era muy inteligente.
El hombre y su hijo eran labradores y vivían cerca de una villa. Un día, el padre le dijo al muchacho:
– Hoy hay mercado en la ciudad, así que iremos a comprar algunas cosas y llevaremos al burro para traer la carga.
Así que fueron al mercado junto a su burro. Por el camino, se encontraron un viejo señor que, levantando las cejas, le dijo a su compañero:
– Este hombre y su hijo no saben lo que hacen, pues llevan al burro descargado y ellos van a pie.
Cuando el buen hombre oyó aquello, le preguntó a su hijo:
– ¿Piensas que tienen razón?
– Sí -respondió-, pues yendo el burro sin carga no es sensato que nosotros vayamos a pie.
– Pues, si así lo crees -dijo el padre-, sube al burro.
El hijo obedeció, y siguieron su camino.
Poco más adelante se encontraron con dos nuevas caras. Y empezaron a decir:
– Este vecino vuestro no sabe lo que se hace, pues va a pie a pesar de que el mozo tiene fuerzas bastantes para caminar todo lo que haga falta.
Al oír aquello, el labrador le preguntó a su hijo:
– ¿Crees que esos dos hombres tienen razón?
– Sí, padre.
– Entonces, baja del burro que me subiré yo.
Al poco rato, toparon con otros dos hombres que dijeron:
– ¡Menudo disparate! El padre deja que su hijo, que no es más que un chiquillo sin apenas fuerzas, vaya a pie, y en cambio él, que está acostumbrado a soportar las fatigas, va a lomos del burro.
Entonces el labrador le preguntó a su hijo:
– ¿Qué te parece lo que dicen esos hombres?
– Me parece que tienen razón.
– Entonces, sube conmigo en el burro.

El burro 03

De modo que los dos, subidos en el burro, siguieron su camino, encontrándose de nuevo con más personas:
– ¡Cómo pueden ir montados los dos en el burro si la bestia está tan flaca que apenas puede caminar…!
Al oír aquello, el labrador le preguntó a su hijo:
– ¿Qué te parece lo que dicen estos hombres?
– Me parece que tienen razón -respondió.

Entonces el padre se quedó mirando a su hijo y le respondió de esta manera:
– Hijo mío, cuando salimos de casa los dos íbamos a pie y llevábamos el burro descargado, y dijiste que te parecía bien. Después unos hombres murmuraron que era un disparate ir los dos a pie y te mandé subir en el burro mientras yo iba caminando, y dijiste que eso era lo correcto. Luego encontramos a otros hombres que criticaron lo que hacíamos, y por eso bajaste tú y monté yo, y tú dijiste que eso era lo mejor. Pero más tarde otros murmuraron que no estaba bien que tú fueses a pie, así que te mandé subir conmigo, y tú dijiste de nuevo que estábamos haciendo lo mejor. Y ahora éstos nos censuran porque piensan que no está bien cargar tanto al burro, y tú le das la razón. Así que te ruego que me digas qué debemos hacer ahora, pues ya lo hemos probado todo y cada vez nos han dicho que nos equivocábamos.
El hijo se quedó callado, y el padre dijo:
– No creas que todo esto es casualidad, hijo. Y es que jamás harás nada que contente a todo el mundo, pues, aunque obres de la mejor manera posible, nunca faltará alguno que venga a criticarte. Así que haz en cada ocasión lo que te parezca más conveniente sin escuchar lo que te digan los demás, pues, con respecto a las cosas ajenas, la gente siempre habla a tontas y a locas.

El consejo de Patronio le pareció tan bueno al conde que obró como le dijo y le fue muy provechoso. Cuando Don Juan Manuel escuchó la historia añadió los siguientes versos que encierran su moraleja:
Si no dañáis a nadie, haced lo que os convenga,
y que la gente vaya diciendo lo que quiera.

Benitez y del Bosque 01Rafa Benítez, actual entrenador del Real Madrid, y Vicente del Bosque, seleccionador nacional, cuando coincidieron entrenando a la cantera del conjunto blanco en los años 90.

A este célebre cuento se acogió Benítez para dar explicaciones a una pregunta en apariencia sencilla. Pero claro, se estaba hablando de Bale, del que no pocos piensan tiene que jugar casi por ‘decreto’ al tratarse de una gran inversión, además de una apuesta personal del presidente del Real Madrid. Nadie duda de su calidad, pero salvo en raras ocasiones su rendimiento no ha estado a la altura esperada. Ancelotti, el anterior entrenador, un hombre de club, que no líder, lo tenía muy claro. ¡Siempre alineaba la BBC (Benzema, Bale y Cristiano)! ¡Si o sí! Pero llega Benitez, con fama de duro en sus anteriores equipos y, cuando parecía que algo iba a cambiar, se observa con asombro que se pliega a las primeras de cambio a esa misma directriz no escrita. Eso si, no se le ocurre otra cosa que ampararse en el conde Lucanor, que ni viene a cuento ni se sostiene con argumentos. Cuando le sugieren que está siendo muy contemplativo con Bale, su reacción es… enrocarse. Sin darse cuenta, o quizás sí, que es lógica la inquietud que ronda por la mente de aficionados y periodistas. Lo que el equipo necesita es que el galés convenza en esa nueva posición ‘creada’ por su entrenador, y si no es así que se vaya a la banda que es lo suyo. En cualquier caso, una cosa está clara: ¡la solución no se encuentra en una fábula tan mal elegida!

Benitez no ha sido el primer entrenador en poner en práctica la fábula del conde Lucanor. Vicente del Bosque es el ejemplo más cercano. También le gustaba utilizarla. Joaquín Maroto, periodista deportivo, autor del libro ‘El método Del Bosque’, relata en uno de sus capítulos como en su época de entrenador del Real Madrid de los ‘galácticos’ había tres jugadores (Savio, Guti y Morientes) que casi siempre entraban en las sustituciones durante los partidos, suscitando todo tipo de críticas. Así que una mañana, ni corto ni perezoso, acudió a la habitual rueda de prensa y se puso a leer un cuento del conde Lucanor: ¡era también la fábula del padre, el hijo y el burro! Nada más terminar les dijo a los periodistas: “Ahora sacad conclusiones”, añadiendo: “Yo me identifico con Patronio”, y concluyendo para decir que se sentía tan mareado como el burro de la fábula. Más tarde, le pasó algo similar con el brasileño Ronaldo, que empezó a quejar de ser el jugador más cambiado del equipo. Aunque con resultado distinto. La reacción ‘aparente’ de del Bosque fue mantenerlo todo el tiempo en el campo en los siguientes partidos. Fue entonces cuando se empezó a especular con que si las presiones de las estrellas eran efectivas o bien era una mera coincidencia. Sin embargo, una vez más, se volvió a defender con otra frase muy explícita: “El que quiera cuentos que lea ‘El Conde Lucanor’; a mí me influyen pocas quejas, si me influyeran, estaría perdido”.

En el fondo lo que subyace muchas veces es una falta de liderazgo. En el caso de del Bosque porque practica un aparente ‘buenismo’ con el que pretende quedar bien con todos, incluido el poder fáctico. Y en el de Benítez porque se sorprende que cuestionen sus decisiones. Respuestas tan peregrinas como: “Si tirar más a puerta significa ser defensivo me he perdido. Será que me he ido al extranjero, he vuelto y me pierdo con las palabras del idioma español”. “Hay muchos medios y hay que estar continuamente dando noticias” o “Da igual donde ponga a uno u otro, el que quiera generar debate lo hará”, fueron algunas de las frases de un molesto Benítez durante la rueda de prensa en que ‘soltó’ la fábula del conde Lucanor. Solo que en esta ocasión ‘colocó’ mal el cuento.
Y para terminar una máxima: ¡hay que estar a las maduras, pero… también a las duras!


La cuerda y el cilindro

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Se trata de un problema propuesto hace tiempo por la Asociación Internacional para la Evaluación de Logros Académicos (IEA) a estudiantes de secundaria de 16 países. En realidad fueron tres los problemas, todos de Matemáticas avanzadas. Sin embargo, en uno de ellos, el que aquí se plantea, se dio la circunstancia de que solo pudo ser resuelto por el 10 % de los estudiantes. También fue muy llamativa la dispersión de resultados por países: mientras que en EEUU solo lo logró el 4%, en Suecia un 24% dio la respuesta correcta. En un análisis posterior, la propia Asociación expuso que la razón de que se hubiese fallado tanto: ¡no estaba en su complejidad, sino en su aparente sencillez! Es de pocos cálculos y apenas requiere conocimientos básicos.

Dice así:
“Se rodea con un trozo de cuerda una barra circular de forma simétrica. La cuerda da exactamente cuatro vueltas alrededor de la barra, que tiene una circunferencia de 4 centímetros y una longitud, de 12 centímetros.
¡Cual es la longitud de la cuerda?”

Sin título-2

Tan solo una pequeña ayuda:
¡Se recomienda leer bien el enunciado: tiene su importancia,… aunque no toda!

La solución en un próximo post.

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A continuación mostramos la solución al problema planteado en el post: “El acertijo de la Casa Blanca”.

Aunque el reto de Edward Felten hizo pronto furor en las redes sociales, Sin título-1muchos tuvieron que esperar tres días para conocer la respuesta. El propio Felten lo hizo de forma ‘oficial’ escrita en una servilleta de la Casa Blanca.

La estrategia que deben seguir Alice y Bob para tener garantizado ganar siempre será la siguiente:
“Alice ha de apostar que a Bob le sale lo mismo que a ella, mientras que Bob ha de apostar que le sale lo contrario que a sí mismo. Bajo esas circunstancias, cualquier combinación es acertada por uno de los dos”.

O lo que es lo mismo, estas son las cuatro posibilidades:
Alice saca ‘cara’, Bob saca ‘cara’: Alice acierta
Alice saca ‘cara’, Bob saca ‘cruz’: Bob acierta
Alice saca ‘cruz’, Bob saca ‘cara’: Bob acierta
Alice saca ‘cruz’, Bob saca ‘cruz’: Alice acierta.


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